Zhan creyó qué Yibo cumpliría con su servicio militar durante dos años y luego regresaría a casa, pero la nación de Wen atacó y un virus brotó en la ciudad así qué las cosas se complicaron un poco...
Los días restantes sólo se dedicaron a ellos, a pasar tiempo juntos y a amarse cómo sí no hubiera mañana.
Zhan le abrazaba con fuerza, se había vuelto extremadamente pegote a él pero era lo último que podría molestarle.
El lo necesitaba tanto cómo él.
Lo iba a echar tanto de menos, no sabía que haría sin despertar y tenerlo en sus brazos, sin sus besos y todo lo que conllevaba su vida junto al pelinegro.
Varías generaciones de Wang habían cumplido con el deber por lo qué también esperaba que su foto se sumará a la colección qué la abuela presumía con orgullo sobre la chimenea.
Dos años se pasaban en un pestañeo pensaba, luego se encargaría recompensarle al pelinegro qué ahora descansaba en sus brazos por cada día separados.
La leve luz de la madrugada iluminaba sus rasgos, viéndolo así tan pequeño, puro y hermoso agradecía internamente qué la familia Xiao no contará con esta tradición de enlistarse al servicio militar.
No es qué dudará de sus capacidades o qué esté no era tan apto ni nada por el estilo sólo qué no podía imaginar tal pureza en aquel ambiente que podía tornarse bastante hostil y los entrenamientos podían llevarte al límite tanto físico cómo mental.
Por eso lo agradecía, su pequeño novio era un ángel por lo qué el no permitiría jamás qué pasará por ninguna situación qué perturbara tal pureza e inocencia.
Zhan se removió en sus brazos y éste lo pegó más hacia su pecho dejando un beso en su cabello los cubrió a ambos con el edredón y decidió descansar un rato más a su lado.
...
El dia llego rápidamente, para cuándo quisieron darse cuenta ya estaban en la estación de trenes que estaba concurrida de familias y reclutas.
-Ya debo subir al tren.-Le dijo su novio qué se aferraba a él.
-Esta bien.-Le respondió éste intentando ser fuerte.
-Se que estarás bien amor.-Acarició sus narices.-Estaremos en contacto, ¿Si?
-Te voy a extrañar mucho.-Apretó su agarre.
-Y yo a ti, te enviaré todas las cartas que pueda.-Le respondió.
-Cuidate mucho porfavor.
-Lo haré.-Lo abrazó bien fuerte, llenándose del dulce aroma del doncel.
El llamado del capitán desde el tren alerto a todos de que ya era hora de partir, se podia sentir el aroma a la despedida de las familias.
-Te amo muchísimo.-Tomó su rostro dejando un último beso en sus labios.-No lo olvides.
-Te amo más, cuídate y te esperaré hasta que regreses.-Respondió Zhan.
...
Luego de despedirse también de su familia que había viajado a la ciudad especialmente para despedirlo, Yibo subió al tren y tomó su respectivo asiento al lado de la ventanilla.
A unos metros aún estaba un tembloroso Zhan que se aferraba a su sweeter buscando en que ventanilla este se encontraba.
-¡Zhan!.-Le llamó y este capto su atención llendo hacía él, al estar cerca de la ventanilla Yibo sacó la mitad de su cuerpo por esta y jaló al pelinegro en un profundo beso.
Sus compañeros bociferaron y aplaudieron a su alrededor, otro lo sujeto para evitar qué cayera.
El pelinegro tuvo que sujetarse del saco de Yibo para no caer también.
-Te amo ¿Si?, Te amo con mi vida, Volveré por ti.-Yibo se negaba a soltarlo.
-Te esperaré lo que sea necesario.-Respondió Zhan contra sus labios.
El abrazó y beso duro hasta que sintieron que el tren comenzaba a avanzar y el mismo movimiento los separo.
Yibo le dio una última mirada a su pareja y regresó a su asiento dentro del vagón.
-¡Yibo!.-Zhan corrió alado del tren.-¡No te vayas, no me dejes sólo!.-Su gritó fue ahogado por la fuerte bocina del tren.
Cayendo de rodillas al final del anden dejo salir sus lágrimas, un momento después unos brazos lo cubrieron.
Era Zhuocheng quién también acababa de despedirse de Haikuan.
A partir de ahora sólo serían ellos dos por un tiempo.
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