Capitulo 8

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Yibo curioso por conocer más a su hijo quién ahora bebía un poco de sopa instantánea que consiguió para él, revisó la galería de fotos de ese teléfono que estaba pronto a apagarse.

Sonrió, literalmente era una cronología del día a día de Zhan junto a Cheng y su hijo, al bajar en las fechas Rulan era cada vez más bebé, desde las fotos de sus cumpleaños a sus primeros pasos y fotos de todos los días hasta su nacimiento.

Sus ojos picaban al ver al pequeño bebé en brazos de Zhan, su pecho apretaba en la angustia de no haber estado ahí, a su vez de la calidez que este transmitía.

Pero las qué más le aceleraron el corazón fueron las primeras fotos qué eran de Zhan con su pancita en crecimiento, se veía más que hermoso...

Si tan sólo hubiera sabido antes, juraba que dejaba todo el servicio al carajo e iría a cuidar de su pareja y bebé.

Pero el tiempo ya había pasado y no era tiempo de pensar que hubiera hecho o que hubiera pasado sino de mirar hacía adelante y enfocarse en la situación actual la cuál era bastante desoladora.

Debía encontrar ya mismo una pista que lo llevará hacía dónde estaban Zhan y Zhuocheng.

Unos toques se escucharon en la puerta, por lo que saliendo de sus pensamientos apartó el agua salada que amenazaba con caer de sus ojos.

-Pasa.-Respondió y Haikuan fue quién entró a la habitación.

-¿Cómo estás?.-Le preguntó.

-Procesando todo ésto.-Le respondió acariciando el cabello del niño qué seguía bebiendo su sopa.

-Sabes sí...-Kuan comenzó algo nervioso, entre ambos no tenían que tener el semblante de soldados fríos.

-Sí, Cheng está con Zhan.-Le respondió Yibo.

-¿Seguro?, es posible que los hayan separado.

-¿Se refiere a mi tío Cheng?.-Preguntó él castañito.

-¡Sí!¿Recuerdas algo más de anoche?.-Le preguntó Haikuan.

-Mi papi me despertó porqué dijo qué iríamos con el tío Cheng pero nos escondimos en el armario...-Les contó Rulan.-Cuándo salimos un hombre feo jaló a mi papi y ami también y nos empujó hasta un camión grande dónde estaba mi tío Cheng con muchas pupas en la cara...-Sus ojitos se aguaron, Yibo no quería presionarlo más a contar la mala experiencia pero era importante saber.

-¿Y que pasó después?¿Cómo saliste del camión?.-Le preguntó.

-Mi papi me dijo qué tenía que salir para buscar a mi papá qué era un soldado, me dio sus cosas y...¡Tio Cheng también me dio algo!.-Recordó y descubrió de su ropa el collar en el qué aún colgaban el anillo y la pulcera.

-¡Es la pulcera que le regale en nuestro aniversario!.-Exclamó Haikuan.

-¿Usted es su esposo?.-Le preguntó Rulan tímidamente escondiéndose en brazos del soldado.

Ya se había quedado pegado a su papá y de ahí no se movería.

-¡Sí, lo soy!.-Le respondió Kuan.

-Tío Cheng me contó mucho de su esposo, qué lo extrañaba mucho y qué le gustaban sus besos pero mi papi lo reta cuándo me cuenta esas cosas de grandes.-Soltó el pequeño haciendo que ambos soldados rieran aliviando un poco sus tensiones.

-Dios sí, no hay dudas de qué este pequeño es tu hijo.-Haikuan los observó a ambos, eran dos gotas de agua.

-Si tan sólo hubiera sabido de él antes...-Se lamentó el castaño.

• ʙᴀᴄᴋ ᴛᴏ ʏᴏᴜ • ʏɪᴢʜᴀɴ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora