El pasado suele ser amigo pero también un peor enemigo, eso es lo que piensa Daren Volkov el Pakham de la Mafia Rusa.
Ya que lo que se graba a fuego en el corazón no se borra ni se olvida pero él desafiará los mitos y viejas leyendas demostrando que...
Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.
Impactó Daren
El nombre de Cerius es vitoreado por el público extasiado, la expresión de Mark altera mi ritmo cardíaco, porque no me gusta el augurio que me transmite.
Los telares blancos se despliegan del techo dejando la silueta de una mujer, la cual se proyecta en ellos, moviendo sus caderas como toda una experta, las luces se encienden y se apagan embelesando con su show oriental exótico, abrazándose a los telares sin dejar su baile de lado.
En un momento dado se proyecta en el telar del centro, el cual arranca para dejarlo caer desde lo alto, y revelarse ante su público, el traje que la cubre deja poco a la imaginación, ya que la lencería es transparente y cubierta de pedrería, los hombres babean por ella y a ella parece no importarle concentrándose únicamente en su baile, lo cual me hace pensionar mi mandíbula, porque solo conozco una persona en la faz de la tierra que hace lo mismo.
Su baile es sensual y delicado, apreciando el momento dónde se acaricia a ella misma sin dejar de mover sus brazos, las caderas, y sus piernas de manera perfecta, se concentra en un momento de su baile en el palco privado de Slavoi bailando para él, como si el resto del público no existiera.
La irá empieza hacer meya en mi interior cuando se le insinúa, y es estúpido, porque su silueta me recuerda aún cuerpo que yo recorrí muchas veces, pero que tan mierda podría ser el destino que te coloca de frente con el pasado que tanto quieres erradicar.
No puedo ver su rostro, ya que esté está cubierto por un velo de pedrería, levantó a Farisha del sillón de cuero del palco sacándola de su embelesamiento.
—Lárguense al hotel ahora mismo —ordeno, con tono frío, sin apartar mi mirada de la mujer del escenario.
—Señor no...
—¡Que se larguen! —vocifero, enfurecido —. Y llévatela, no los quiero aquí.
Bryce y los demás boyevik asienten sin cuestionar, mientras Mark se debate entre obedecer o no, pero prefiere no decir nada y tomar a Farisha del brazo sacándola del lugar.
Me siento a esperar a que el show termine, ordenando una botella de whisky para que mi estadía se haga más ligera, la mujer del escenario hace que los recuerdos traten de regresar, pero me niego hacerlo, no pienso perturbar lo que tanto trabajo me ha costado mantener.
La mujer sale del escenario y uno de los guardias de Slavoi la intercepta en el camino hablándole al oído, a lo cual ella asiente siguiéndolo sin problema alguno, meditó mis opciones, quedarme a esperar el desastre del que tanto hablan o perseguirlo.
La ansiedad se interpone entre lo real y lo irreal, ya que me niego a creer que esa mujer sea... No, es imposible que después de tantos años vuelva aparecer en mi camino. No puedo permitir se lo.
—Bailar es mi devoción, no mi vocación — expresó hacia mi dirección con las mejillas sonrosadas por el ejercicio y sus ojos grises brillantes — Bailo para mí, no para otros, y el día que haga lo contrario es porque esa persona debe importarme demasiado.
