Noveno: encontrarte de nuevo

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Lover Of Mine
By: 5 Seconds of Summer
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Después de todo ella si necesitaba la operación, y Aegon fue buscado por su madre por cielo, mar y tierra. Incluso le advirtió que debía estar allí para entonces o lo haría ir a traer.

No esperó escuchar más a través del teléfono, tomó el dinero que creyó suficiente, el primer bus que sabía que lo llevaría a su destino y no le importó llegar a la casa a las 3:00 a. m. del día siguiente.

Cuando su madre abrió la puerta y lo vió ahí parado, con frío, lo primero que hizo fue hacer que entrará, después le dió un abrazo en el que podía notar la calidez y la manera en la que lo había extrañado, cuando se separaron ella comenzó a golpearlo.

- ¿Qué carajo te pasa, Aegon Targaryen? No pensaste en ella ni un momento, debería haberte dejado ahí afuera para que pagarás un poco de lo que nos has hecho sentir a todos, y más a ella.

Daeron, quien para ese entonces tenía dieciocho, el menor de los hermanos, fue despertado debido al bullicio.

Vió a su hermano bajar las escaleras y fijar su vista completamente en él, después de unos segundos su escandalosa risa resonó en la Sala.

- No creí que en verdad fueras a irte - dijo caminando hasta él, ofreciendo sus brazos para ser recibido con un abrazo.

Ambos estuvieron así unos momentos, ambos dando palmadas en sus espaldas.

- Creciste, ahora eres más alto que yo - dijo cuando se separaron, despeinando su cabello.

Daeron sonrió.

- Mamá te extrañó, al principio incluso quiso dar aviso a la policía, envió a Criston a buscarte por donde pudiera - susurro y soltó una pequeña risa - no las preocupes más. En unas horas estarán preparando todo para operarla, no le falles y ve a verla.

Eso último lo había dicho en voz alta, Aegon asintió agradeciéndole y volviendo con su madre.

Su madre le dió una taza de té de manzanilla y estuvo platicando con ella por un rato. Hasta que le dijo que durmiera, debido a que a las 7:00 a. m. Elois entraría al quirófano, aceptó quedarse en el cuarto de visitas. Fue despertado por su alarma a las 5:00 a. m. Se baño, vistió, comió un poco y salió hacia el hospital en el que ella estaría.

El camino en taxi fue tedioso, su mente vagando de todas las maneras posibles en los mil y un errores cometidos, en el hecho de que no se habían casado. Se reprendía a sí mismo cada que el panorama de peor calidad aparecía en su mente. "Ella va a estar bien" se repetía "Aún tenemos que casarnos, ella va a estar bien".

Era una operación peligrosa, eso dijo el doctor.

Al llegar al hospital, preguntar por ella y ser indicado el piso del edificio, entró al ascensor mientras sus dedos estaban entrelazados detrás de su espalda, demasiado ansioso para ser consciente de sus propios movimientos.

El ascensor se abrió frente a él y camino, a lo lejos divisó la cabellera negra algo canosa de su futura suegra, reconociendo los lentes que solía utilizar. Caminó hasta ella, saludando.

- Señora - dijo viendo desde arriba, ella estaba sentada en una de las tantas sillas del Hospital.

- Aegon, querido - ella se levantó, dándole un abrazo, el cual correspondió.

Habían pasado dos años desde que la había visto por última vez, sus ojos se notaban más cansados que cuando la vió unos días antes de irse, bolsas se marcaban debajo de ellos, su semblante luciendo un poco más intranquilo de lo que normalmente poseía siendo que era una persona muy brillante y pacífica.

Cuando se separó preguntó por Elois, ella respondió que lo esperaba adentro, también afirmó que ella había prometido que él llegaría y que no falló.

Aegon agradeció y entró en la habitación a la que le habían dicho.

Ella estaba sentada en la camilla, viendo hacia los ventanales en la habitación y cuando escuchó la puerta giró su cabeza.

La expresión neutra que tenía sobre su rostro desapareció, no había rastro de ella en cuanto lo vió entrar. En cambio una hermosa sonrisa apareció en sus labios, una que mostraba su dentadura por completo y lágrimas llenaron sus ojos.

En ese momento olvidó que llevaba un ramo en sus manos y casi corrió hasta la camilla en la que se encontraba, era la tercera de izquierda a derecha, en el lado derecho de la gran habitación.

En cuanto estuvo cerca, ella casi se lanzó hacia sus brazos, desprendiéndose de aquellos dolores que solían atormentar su pecho y se permitió llorar entre su abrazo.

- Vuelve a irte y juró que esta vez sí voy a apoyar a tu madre para llamar a la policía.

Soltó una risa ahogada por las lágrimas que también bajaban por sus mejillas, ajustó más su agarre sobre el pequeño cuerpo de su amada y enterró su nariz en su cabello.

- No volveré a hacerlo, lo prometo, ahora irás conmigo a donde yo vaya - besó su cabeza.

Ambos estuvieron así el mayor tiempo que pudieron, casi sin soltar palabras, solamente en compañia del otro.

Hasta que las enfermeras entraron, entonces le pidieron que saliera del lugar.

Salió, rezando, como sabía que su madre hacía, para que ella saliera bien de allí.

Porque ya tenía una casa, ya tenía una mejor vida para ella, ya tenía algo que ofrecerle y no tendría porqué huir más tiempo.

Porque la amaba y habían cosas que no había hecho aún a su lado.

Remember - Aegon II TargaryenWhere stories live. Discover now