Emma, una joven de veintidos años de edad, que viaja a nueva York en busca encontrar empleo, sin saber que el destino le dara más que lo que fue a buscar.
Será secretaria de uno de los hombres más codiciados de nueva York.
Aaron Monroe, un hombre ar...
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(Dos meses atrás, Parte 1/2)
_Te dije que no te quiero aquí_ Digo ya cansado de sus caprichos de niña mimada.
_Lo se, solo quiero hacerlo una última vez antes de que me vaya del pais_
Sus largas piernas se dejan ver, ya que su falda es demasiado corta, su postura no ayuda a concentrarme, soy hombre,soy débil.
_Estoy casado_ respondo mirando hacia otro lado
_Ella no se enterará_ musita en mi odio, a la vez que apoya su mano en mi entrepierna.
Cierro los ojos por inercia e intento hacer lo correcto, sin embargo, mi polla ya está dura, y cuando quiero objetar, ella ya la sostiene en su mano, mientras sube y baja lentamente, haciendo que todo pensamiento, se esfume de mi cabeza.
La tomo de el cuello y la empujó contra el escritorio, levanto su falda mientras hago a un lado sus bragas.
_No te puedes resistir a mi_ susurra
_No te creas especial, soy yo el que te coje, no tu a mi_
La embistió y tapo su boca con mi mano para que no escuché nadie.
Cierro mis ojos tratando de concentrarme y es ahí, cuando la imagen de Emma viene a mi mente.
Sus ojos, sus labios, la forma en la que gemia y gritaba mi nombre.
La manera en la que me miraba y la sonrisa que adornaba su rostro al hacerlo.
Caigo en cuenta de lo que estoy haciendo y me separó bruscamente de la rubia que yase en sentada en mi escritorio.
_¿Que sucede?_
_Sucede que te vas_
Acomodo mi ropa y me limpio los labios.
_¿Porque?_
_Por que yo te lo estoy ordenando_ respondo agarrándola del brazo y llevándola a la puerta.
Rápidamente se acomoda la ropa, pero no le doy tiempo a nada, abro la puerta sin ver quién está allí.
Veo como la rubia sonríe de manera triunfante, giro mi vista a dónde mira, y ahí se encuentra ella.
Puedo ver cómo sus ojos aguantan las lágrimas, como su mirada se rompe.
Intento guarda bajo llave cualquier emoción que demuestre mi arrepentimiento, aunque quiero decirle a gritos que nada paso.
Emma levanta la vista y sin más, sale de la oficina.
_Al menos ahora sabe la clase de hombre con el que se caso_ se burla la plástica saliendo de mi oficina.
Queriendo olvidar el momento, mando a llamar a mi primo, estoy arto de arreglar las cagadas de otros.