Emma, una joven de veintidos años de edad, que viaja a nueva York en busca encontrar empleo, sin saber que el destino le dara más que lo que fue a buscar.
Será secretaria de uno de los hombres más codiciados de nueva York.
Aaron Monroe, un hombre ar...
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(Parte 2/2)
_¿Otra vez?_ escucho que dice por décima vez.
_¿Que haces aquí? Te di el día libre_
Mi voz sale arrastrando cada palabra, mi garganta arde, mis párpados pesan, solo veo la sombra de mi Nana, mi visión es tan escasa, que solo distingo su figura entre destellos negros.
_Lo se, pero sabía que te iba a encontrar en este estado_ regaña _¿Hasta cuándo vas a seguir así?_
Eso mismo me preguntó yo, cada maldito día.
Quizás hasta que el alcohol me ayude a olvidarla, o me de la valentia de ir a buscarla.
_Nana, soy un hombre adulto, Maduro, independiente. ¿No crees que ya pasó la etapa en dónde me regañas?_digo cansado de eso
_No_ responde con el mentón en alto _Y si tan maduro dices ser, entonces deja de comportarte como un escuincle y empieza a actuar como un hombre_
Me quedo mirando su figura con el ceño fruncido y a la vez una sonrisa de lado.
_Eso fue ofensivo_ admito en voz baja
_Aaron, no dejes ir lo único que le da sentido a tu vida, no abandones el amor, lucha por ella, por ambos_
Da media vuelta y sale de la sala, escucho la puerta cerrarse avisando que por fin, ya estoy solo.
Mi mente viaja a el día en el que nos conocimos, en su nerviosismo, y en su valentía de no quedarse callada ante mi.
_Buenos días_ escucho que dice una voz suave.
Levanto la vista y me encuentro con una señorita, que a simple vista, me doy cuenta que no sabe cómo venir vestida a una entrevista.
_Tome asiento_ le ordenó, volviendo a mirar mi laptop.
Siento su nerviosismo, como su respiración se acelera a causa del silencio, sus ojos azules me escanean sin vergüenza alguna.
_¿Cómo se llama?_ Tarda en reaccionar ante mi Pregunta, seguro por andar pensando estupideces.
_Emma, Emma Blossom_
Veo la duda en sus ojos azules, como muerde su labio inferior a la vez que juega con sus manos.
Vuelvo a la realidad cuando la copa de whisky que traía en mi mano, cae al suelo.
Cada vez que pienso en ella, es como si volviera a vivir cada recuerdo, como si fuera la primera vez.
Desde aquel día, supe que ella sería la persona que podría ayudarme en mi plan, claro esta que no espere enamorarme.
Un mes y medio paso desde que no se de ella, muchas veces tuve ganas de buscarla, pero sabía que sin mi estaba mejor.
Me torturó cada noche, pensando que me olvidó, que está con alguien más, que es otro quien la acaricia y la besa.
