captain hwang ;💛; chanjin

eleven

Una canción de amor de Taylor Swift sonaba en los auriculares de Hyunjin mientras preparaba sus cosas para salir a quedar con Christopher. Escuchaba a la mujer cantar sobre como la relación con el chico por el que sentía algo sería delicada por culpa de su reputación y como el hombre debía quererla por como era y no por lo que los demás decían de ella. Hyunjin jamás se había sentido tan identificado con una canción como en ese momento.

Cuando finalmente salió de su casa ignoró las preguntas de su madre para saber a dónde iba, porque estaba demasiado sumido en su propio mundo como para ponerse a inventar excusas.

Llegó a la cafetería encontrando a Christopher, quién le había sonreído nada más cruzar la entrada. Se sentó y se quitó sus auriculares, previamente pausando la música.

- Me sorprendió que me escribieras. - Confesó Hyunjin.

- Y a mí que aceptaras. - Ambos rieron. - ¿Qué te gustaría hacer? -

- Lo que quieras tú, decide. -

Chris sonrió por tener la oportunidad de hacer lo que quisiese con Hyunjin. Era un momento perfecto, así que debía elegir bien. Veía al pelinegro beber el café que acababa de pedir y podía pensar en mil maneras de pasar el tiempo con él, pero había una de ellas que resaltaba entre todas.

- Podemos ir a las recreativas. -

Hyunjin pestañeó exageradamente dos veces, pensando que quizás Chan le diría de tener sexo o algo así. Quizás estaba demasiado acostumbrado a pasar tiempo con Wooyoung.

- ¿No te gusta la idea? - Al parecer se había quedado demasiado tiempo callado, porque Chris esperaba una respuesta de él.

- ¡Me encanta! Hace mucho que no quedaba con alguien que no fuera para tener sexo sin ser Félix. - Y al parecer había dicho eso muy alto, porque varias personas en la cafetería lo miraban. - Mejor vámonos, ¿no? -

Christopher se fue riéndose de la cafetería siguiendo a Hwang, quién caminaba a paso rápido hasta alejarse lo suficiente de aquel lugar.

...

Ya en las recreativas, el australiano y el de la coleta jugaban a un juego de peleas algo antiguo, siendo observados por varias personas de alrededor. Hyunjin estaba haciendo varios combos complicados y la gente se preguntaba cómo siquiera conocía de esos trucos.

- No sabía que eras tan bueno en este. -

- Soy bueno en muchas cosas, que la gente no se fije en ello no es mi problema. -

Se miraron y Hyunjin sonrió como un pequeño diablillo, haciendo sonrojar al contrario.

- ¿Hyunjin? -

El pelinegro se quedó congelado en el sitio al escuchar aquella voz, provocando que Christopher le ganara. La gente que estaba mirando se fueron al ver como el espectáculo había acabado excepto aquella persona que había nombrado al pelinegro.

- ¿Por qué te quedaste quie-.? - Al voltear y ver a aquel rubio, lo entendió. - Oh. -

Jaemin, el chico que tenía un crush con el pelinegro, estaba allí junto a sus amigos.

- Hola, Nana. - El nombrado se sonrojó y ocultó su emoción. Su crush lo había llamado por su apodo y con su voz sonaba más lindo de lo normal. - Estoy con un amigo, ¿tú viniste solo? -

No sabía si era la sonrisa seductora de Hyunjin o el ceño fruncido con el que lo miraba aquel australiano, pero algo lo había hecho tragar saliva exageradamente. - No, vi-vine con Jeno y Ma-Mark. -

- Pásalo bien, nos vemos en clase. -

A Jaemin le temblaba tanto la voz que sólo consiguió asentir con la cabeza y salir casi corriendo a donde estaban sus amigos. Christopher se alejó de la máquina recreativa sin hablar con Hyunjin, el cual miró extrañado como se iba.

- ¡Espera! - Gritó, persiguiéndolo a la salida del lugar. - Nos lo estábamos pasando bien, ¿qué pasó? -

- No sé cuál es el verdadero tú, eso es lo que pasa. -

Hwang suspiró. - Entiéndeme, Chris. Esto es difícil para mí. ¿Podríamos... hablar en un lugar más privado? -

Juntos buscaron un callejón sin salida poco concurrido y se metieron allí para poder hablar en paz.

- Estabas ligando con Jaemin, ¿verdad? -

- Dios, sólo estaba jugando a ser un poco seductor, eso no afecta a nadie. Sólo era para que no se hiciera ideas sobre nosotros, sabes que llevo más de un mes soportando rumores sobre que me han oído gimiendo por más en las aulas abandonadas. -

- El problema es eso, juegas con él. ¿No te has dado cuenta de cómo te mira? Está enamorado de ti, Hyunjin, y tú sólo le haces ilusiones. -

- Ni siquiera puedes saber cómo se siente. - Bajó su mirada. Sabía que Chris tenía razón, pero jamás se la daría.

- Sí, sí lo sé. Porque me siento igual que él. -

Hyunjin levantó su mirada, sorprendido. Sus ojos estaban acuosos y su corazón golpeaba fuerte contra su pecho. Ahora sabía que Christopher se sentía igual que él. ¿Estaba enamorado desde hace un año al igual que él? Esperaba que sí.

- Chris, yo... ¿te acuerdas cuando te dije que no me gustaba el tema de relaciones? -

- Sí. Pero me da igual si te alejas de mí por esto porque-. -

- Te mentí. - Hyunjin se juntó a él con desesperación en su mirada. - Pero tenía tanto miedo de lo que dijeran mis padres y el instituto que no te dije nada. Mierda, llevo enamorado de ti desde que tuve que guiarte hasta los baños cuando viniste de Australia el curso pasado y comenzaste a tartamudear cuando te dije que me gustaba tu estilo. Desde ese momento supe que había algo en ti que me llamaba la atención. -

El rubio de pelo rizado lo miró intentando asimilar toda aquella información. Le gustaba a Hyunjin incluso antes de que él comenzara a sentir algo por el pelinegro.

- ¿Y qué significa eso? -

- Sabes muy bien lo que significa. -

El australiano sonrió ampliamente. - Pero quiero que lo digas. -

- Que te quiero, Chris. Y mucho. -

Sintió las manos del chico con gafas en su cintura y como sus labios estaban a punto de juntarse. Su sonrisa se borró al oír a lo lejos las risas de Jaemin devolviéndolo a la triste realidad, apartándose del australiano que lo miraba confundido.

- Pero esto no puede ser. - Debía retener las lágrimas. - Tenemos que dejar de vernos, incluso si es sólo para tener sexo. -

- ¿Qué? - Chan lo miraba enfadado y confundido, pero había algo peor reflejado en sus ojos: decepción.

- Lo siento. -

Hyunjin salió casi huyendo. Sabía que debería haberse explicado mejor, pero las lágrimas ya habían comenzado a salir y no quería que Christopher lo viese así.

Ignoró las miradas confundidas de Jaemin y sus amigos e ignoró los gritos de su mente pidiéndole que volviese, pero no podía. O mejor dicho, no debía.

Mientras tanto, Christopher sujetaba con fuerza su camiseta por el lado del corazón, sintiendo sus mejillas mojadas por culpa de las lágrimas. ¿Así se sentía tener el corazón roto? Era peor de lo que imaginaba.

Haría caso a Hyunjin por mucho que no quisiese. Dejaría de verlo y de hablar con él, para siempre.