CAPITULO 30. FINAL.

610 20 3
                                    


VANESSA.

Ya hemos llegado a casa, lamentablemente. Encuentro a Joseph y a mí suegra ya desayunando. Maximiliano deja nuestras maletas en la sala y saluda a todos con su habitual seriedad.

— Buenos días, con todos. —se sienta al lado de su madre.

— Buenos días. —yo saludo acercándome a mi asiento. Dejo un beso en la mejilla de mi "esposo" y le sonrío como si nada. Mi suegra solo me ve molesta.

— Espero que se hayan divertido en aquel viaje, porque como saben esto ya terminó.—noto algo raro en lo que dice. Parece que lo dijo en doble sentido.

— Lo sabemos, y no fuimos a divertirnos, teníamos cosas que hacer allá.—habla Maxi.

— Pero, no me digan que no se divirtieron en la playa.

— Fue algo para relajarnos. Mejor, desayunemos, por favor. —pido lo más amable.

Joseph no ha hablado hasta ahora. Desde que me levanté he sentido algo raro en el pecho, un presentimiento de algo, pero ¿De qué?

Joseph se levanta y con su maletín sale de la casa, observo extrañada por dónde se ha ido. Que raro está.

—  Más les vale a los dos que esto se termine pero ya.—habla fuerte y claro y mierda, se que sabe sobre Max y yo.

Ella se va a su habitación dejándonos solos. Grave error, porque aún los dos queremos estar más juntos.

— Es madre, siempre se enterará de todo.

— Me sorprende que no me hay votado de la casa o le haya dicho la verdad a Joseph. Con lo mucho que ella me odia —le digo cuando me acorrala contra la encimera de la cocina.

— Al parecer estas condenada a qué ella siempre sea tu suegra.—rio negando con la cabeza al escuchar lo que me dice.

— Será.—nos besamos mientras sonreímos los dos.

¿Que habrá Sido? ¿El destino, él habrá decidido que este era el momento perfecto para que todo salga a la luz?

No sé en qué momento del beso alguien ingresa a la cocina. El ruido de algo cayéndose nos hace separarnos y cuando volteamos vemos a quien no queríamos.

— Joseph...—susurro sin saber que hacer al verlo ahí. Sus ojos demuestran el dolor que está sintiendo. Su respiración se ha vuelto desastrosa.

— ¿Que mierda acabo de ver ahora?—dice enojado y anonadado.

— Escúchame...—trato de hablarle pero él solo se aleja.

—¿¡Que mierda acabo de ver!?—me grita y me siento pequeña, Maximiliano se pone delante mío con aire protector.

—¡Cálmate!—le grita Max.

—¿¡Cómo mierda quieres que me calme!? ¡Acabo de ver a mi hermano besandose con mi mujer!—explota y tengo miedo.

— Vete a tu cuarto —me ordena Max y nuevo con la cabeza. — Por favor, ya después hablaremos todos juntos.

Asiento y le susurro unas disculpas a Joseph cuando paso por su lado. Me paso por la habitación d mi suegra y felizmente la veo durmiendo.

MAXIMILIANO.

Entiendo su enojo, pero no dejaré que le guste a Vanessa.

Sabía que podría reaccionar así o peor, pero no estaba preparado para que ya nos descubran.

— ¡Respóndeme, imbécil!—me grita enojado mientras me agarra del cuello me empuja hacia la pared.

— ¿No es evidente? ¿Eres ciego o qué? —espeto empujándolo y logro que me siente, siempre tuve más fuerza que él.

AMOR PROHIBIDO. TERMINADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora