01- Welcome home

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24 de marzo, 2022

"Date prisa, Victoria. Tenemos un largo viaje por delante."

Victoria.

Ella odiaba la forma en que él decía su nombre. La hacía extrañar a su mamá mucho más de lo que ya lo hacía. Ella era mucho más dulce, solía llamarla Vicky, y a ella le encantaba el cómo sonaba con su voz. Pero cuando creció, comenzó a pensar que Vicky era demasiado infantil.

"Así que, quieres un nombre de niña grande, ¿no?"

Ella solo sonrió con emoción.

"¿Qué tal Tory?"

"¡Lo amo!"

Para su papá siempre fue Victoria. Su mamá perdió la batalla contra el cáncer, y, aun así, él seguía llamándola Victoria; con esa fría voz a la que ya se había acostumbrado. A él ni le importó lo sucedido.

Fue aún peor cuando Tory comenzó a ver a su madre, su papá la creyó loca. Este la envió a terapia y finalmente terminó internándola en un hospital psiquiátrico, allí la medicaron tanto que la pelirrubia se forzó a si misma a dejar de ver al fantasma de su mamá. Pero sin importar lo que hiciera, para todos siempre sería una loca.

Saliendo de su trance, Tory tomó en sus manos la última caja y se hizo camino hacia el vehículo de su papá, donde él la esperaba.

...

El viaje a Hawkins fue una tortura, y al ya estar allí parecía que las torturas no acababan. El lugar parecía estar atascado en otra época, la gente era rara y el frío era insoportable.

Peor aún era el estado de su nuevo hogar, la casa Maiden. Era casi como una mansión, pero estaba completamente en ruinas. Todo estaba cubierto en polvo, y era imposible mirar por las ventanas.

Lo único bueno era que había mucho lugar, con suficiente espacio para evitar a su papá. Lugar que se extendía por hectáreas y campos, habiendo también un invernadero que Tory se propuso visitar luego.

Las labores de la pelirrubia y su padre fueron interrumpidas por un alto hombre rubio de ojos azules, quien se presentó como Johnny Lawrence. Y el otro parecía estar cerca de la edad de Tory, cabello castaño y unos penetrantes ojos verdes, Robby Keene. Este sonrió dejando a la vista sus hoyuelos, Tory no pudo evitar sonreír de vuelta.

Al parecer ambos vivían en la pequeña casucha que solía pertenecer a los Sinclair, al lado de la casa Maiden, así que se presentaron como los nuevos vecinos y los ayudaron a desempacar. No pasó desapercibido para ninguno de los dos la frialdad del adulto frente a su hija.

...

"No pareces muy feliz de estar aquí." Agregó Robby, mientras miraba la que sería la habitación de la pelirrubia.

"No quiero estar aquí." Respondió ella simplemente. "Esta casa parece salida de una película de terror."

"Los Maiden te visitarán cada noche." Continuó el castaño mientras Tory le daba un codazo, él solo rio. "Si tienes miedo puedes lanzar una piedra a mi ventana." Dijo, mostrando una ventana que estaba justo frente a la de Tory.

"No creo en fantasmas."

"Cambiarás de opinión cuando conozcas a los Maiden."

"¿Qué hay con este pueblo y los Maiden?" Tory no olvidaba la mirada que le dieron a ella y su papá cuando llenaron de bencina el automóvil al mencionar a donde se mudaban.

"¿No conoces la maldición de los Maiden?"

Eso era todo lo que necesitaba oír. "No creo en maldiciones tampoco, suficiente de los Maiden."

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