Eternity

10- I'm all out of chances

"El diablo puede llevarme

Pero tú no tienes la culpa

Sólo una atracción fatal

Que no puedo explicar."

23 de octubre, 2012

Él sabía que no volvería a ser el mismo desde el primer momento en que la vio, aquella pelirroja le cambió la vida para siempre.

Pero ahora, parado frente al gran agujero escondido entre los rózales, Lucas se preguntaba si llegaría a verla una vez más.

Lo que más recuerda de ella es su sonrisa burlona, y lo libre que se veía cada vez que ella y Pippin salían a cabalgar. Como su cabellera lograba mezclarse en el invernadero, pasando por una rosa más.

Recuerda pasar tiempo con ella, y todas sus conversaciones. Algunas divertidas, otras serias, y otras más tristes. Pero el sabor de sus labios es algo que esperaba nunca olvidar.

Ambos adolescentes se escabullían juntos por los túneles todo el tiempo, a escondidas de los Hargrove y cualquier mal que les asechara, eso no quiere decir que jamás los descubrieron.

El chico Sinclair estaba seguro de que jamás podrá olvidar el agonizante dolor causado por los azotes del mayor de los Hargrove cada vez que lo encontraba con su hijastra, él era tratado como un esclavo, así como también su familia, quienes tenían que soportar el trato que se les infringía, todo para conservar su hogar.

Muchas veces Max trató de defenderlo, pero ella terminaba mucho peor que él. Así que, con el tiempo, Lucas comenzó a pedirle que dejara de interferir. Y así, ambos adolescentes tenían que soportar los golpes y los insultos, tratando de ignorarlo para seguir adelante.

Mucho ha sido lo que Lucas ha tenido que soportar, pero su corazón dejó de ser suyo en el momento en que conoció a la pelirroja. Y la verdad es que él prefería quedarse con las cosas buenas.

Incluso, allí parado frente a la que probablemente sería su propia tumba, Lucas no la culpaba a ella. Jamás la culparía a ella.

Después de que Max aceptara salir con él y sus amigos (a pesar de las protestas de Mike), la pelirroja y Lucas se volvieron inseparables.

Cada vez pasaban más tiempo juntos.

Lucas recuerda su primer beso claramente.

Max lo había arrastrado con ella al rancho, como casi siempre lo hacía.

Ni Neil ni Billy estaban en casa, así que no había necesidad de preocuparse por aquello.

Eran libres.

Momentáneamente, pero aún contaba.

Los chicos cabalgaron toda la tarde por los terrenos, para finalizar lanzándose al río en un claro cerca del bosque.

"¿Has pensado alguna vez en salir de Hawkins?" Cuestionó la pelirroja a Lucas.

"La verdad es que nunca creí que alguna vez pudiera conseguir los medios para hacerlo." Explicaba él pensativamente.

Ambos estaban sentados frente al río, esperando que sus ropas se secaran con el sol de la media tarde.

"Pero apuesto a que tú no puedes esperar para salir de aquí." Continuó con un tonó burlón.

"Extraño California, me encantaría poder volver." Dijo la pelirroja.

"Si sirve de algo, tú eres lo mejor que le pudo pasar a Hawkins."