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Después de todo ese vergonzoso suceso. Todos los niños se encontraban caminando por el bosque. Taeyang y Daehyun caminaban con sus maletas en mano. Martha había sido claro con ellos, iban a estar castigados. 

La hija de Martha tocó el silbato. 

— ¡Muy bien, niños! ¡Todos vuelvan a sus actividades! —habló Martha por el megáfono. Los niños exclamaron contentos alejándose cada vez mas.— En cuanto a ustedes, irán a la cabaña de aislamiento. 

Martha señaló una cabaña, era la única en ese espacio y estaba un poco alejada de todo. 

Sin decir mas ambos niños fueron a la cabaña. Para suerte de ambos habían dos camas en cada extremo. Cada uno escogió su lugar y empezaron a acomodar sus cosas. 

Al caer la noche cado uno se encontraba en su cama. Taeyang escribía algo en su cuaderno. Daehyun gruñía molesto ya que la luz no lo dejaba dormir. 

— ¿Podrías apagar la luz? —dijo mirando a Tae. 

— No, estoy escribiendo. 

— ¡Quiero dormir! 

Taeyang lo ignoró. 

Daehyun apretó los labios, bajó el tictac de la luz. Taeyang lo miró mal, prendió de nuevo la luz con su tictac que tenia de su lado. Ambos se miraron y empezaron una guerra de prender y apagar las luces. 

El foco explotó, asustando a ambos niños. 

La cabaña quedó oscura. 

— Genial, lo que faltaba. —ironizó Dae. 

Taeyang suspiró, dejó el cuaderno en su mesita de noche y se acomodó en su cama. Iba a ser duro convivir con aquel niño. 

(...)

La mañana había amanecido con lluvia, truenos y un viento frio. Los niños se encontraban en sus cabañas, se habían cancelado las actividades gracias a esa pequeña tormenta. Ambos pelinegros habían aprovechado eso para decorar su lado de la cabaña. 

Daehyun había pegado varias cosas en su pared. Miró de reojo la esquina de su compañero, este se encontraba sentado en su cama mirando algunas fotografías. 

Un fuerte aire entró por la ventana, haciendo volar los poster y fotos que Daehyun había pegado. Él rápidamente trato de cerrar la ventana, pero esta no cedía. Taeyang al ver a su compañero batallando se levantó de su cama y lo ayudó a cerrar la ventana. Entre los dos lograron cerrar la ventana con un fuerte golpe. 

Se miraron y sonrieron. 

— Gracias. —dijo Dae. 

— No fue molestia. —sonrió Tae. 

— Ay, no. —musitó Daehyun sentándose en el piso y recogiendo lo que se había caído . 

Taeyang copió su acto, también sentándose y recogiendo las fotografías. Vio al conejo de peluche tirado, dudando lo tomó. 

— Aquí esta tu... 

— Copito. —dijo Dae, tomando a su conejo. 

Tae asintió.— ¿Se arruinaron tus fotografías? 

— Solo el guapísimo de Jeon Jungkook.

Tae frunció su ceño.— ¿Quien? 

— ¿No has oído de Jeon Jungkook? —exclamó Dae.— ¿Acaso Londres esta en otro planeta? 

— Bueno, no esta en otro planeta, pero si en otro continente. —Tae se alzo de hombros.— ¿Y tu que tan lejos vives? 

— No tanto, vivo acá en corea en la ciudad de Seúl. —respondió Dae.— Oh, mira, acá tengo una foto de mi casa. —el pelinegro le entregó una fotografía en las manos de Tae. 

𝒯𝑜 𝐹𝒾𝓃𝒹 𝒰𝓈 𝒜𝑔𝒶𝒾𝓃 - Yoonmin.Where stories live. Discover now