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El viaje de luna de miel es adorable, el resultó ser un esposo bastante atento, aunque en el fondo se que aún tengo temor a sus arrebatos y no pierdo el miedo que me causo el día que me hecho de su casa. Supongo que en el fondo todos tenemos que superarnos a nosotros mismos y yo no soy quien para juzgarlo, yo menos que nadie puedo juzgar a una persona cuando la realidad es que apenas me puedo entender a mi misma.

Estamos arribando a nuestro nuevo alojamiento, ya que en el hotel anterior nos pidieron amablemente que dejemos las instalaciones por ruidos molestos. Creo que nos volvimos adictos a nuestros cuerpos y por lo tanto no modulamos cómo se debe el tono de nuestra voz… o gritos, tal vez.

Nunca pensé que Jasón decidiría venir a Roma, teniendo en cuenta que es el lugar donde casi vive el papa, a unos metros en realidad. El Vaticano hogar del papá y centro de toda una religión es un lugar agradable, pero se siente algo incómodo que todo gire en basé lo mismo. Las calles son de piedras y por los parques solo ves turistas como nosotros y algunos obispos, los oriundos del lugar deben salir constantemente por trabajo y educación, me da mucha curiosidad el poder entender los manejos internos de habitar en un pequeño país que está dentro de otro.

— Listo criatura, nuestro nuevo hogar por algunas semanas más —dice mi esposo mientras me introduzco dentro de nuestra habitación.

— Tiene una hermosa vista —me percató que Jasón no es ostentoso, no gasta su dinero en banalidades. Tampoco sé cuál es su patrimonio y a decir verdad no me interesa, pero me gusta su forma de vivir, si fueran mis padres los encargados de este viaje ya hubieran gastado toda una fortuna. Me gusta esto de estar solos y tranquilos con lo justo y necesario.

Carol

La culpa me invade por completo. ¿En qué mierda estaba pensando? ¿Por qué me acosté con Devon? La respuesta es simple, pero no justifica nada. La monotonía, la rutina, los celos y el agobio de Ben me orillaron a esto. Dios a quien quiero engañar, es todo por mi egoísmo y mi pensamiento estúpido de querer vivir mi vida y que el simplemente se acople a mi.

Camino al castillo mientras los pensamientos de culpa me invaden, no sé que hacer ni como actuar. Hablar con Ben sería dar por terminado mi matrimonio y no estoy segura que Devon sobreviva.

— Hola Carol —gritan a mi espalda, me giro y me topo con Antonella saliendo del hostal dónde se aloja con su familia.

— Hola —saludo distraída, no tengo cabeza para sociabilizar, tal vez si fuera Lovely que es más contemporánea a mi sería más sencillo, Antonella es más alocada y por lo tanto no me da esa confianza que su hermana si.

— Sabes decidí quedarme un tiempo en Rumania, no sé conocer el lugar, estar con mi hermana y tal vez conocer un poco más a Devon —¿Qué? Porque está mocosa se cree con derecho de conocer a Devon <<porque le gusta y a ti eso no debería importarte Carol, estás casada, te lo recuerdo por si lo olvidaste>> me susurra mi subconsciente y asiento ante la niña tonta frente a mi.

— Tu hermana estará feliz de tenerte cerca —comento y está asiente.

— Hola —saluda el recién nombrado acercándose a nosotras, por unos segundos recuerdo sus besos en mi cuello pero me percató que el queda tildado mirando a la niña junto a mi. Y así descubrimos quien era la que te interesaba realmente Devon querido.

— Hola —saluda ella y siento la ira invadiendo mi ser, maldita estúpida, que tiene esta niña que no tenga yo? Si fuera Lovely lo entendería, tiene estilo, delicadeza, por eso mismo Jasón se fijó en ella, pero su hermana es lo más vulgar y corriente que he conocido. No me gusta hablar mal de otras mujeres y Antonella es una chica adorable, pero realmente los celos hablaron por mi. Estoy tan acostumbrada a tener a Ben al pendiente de todo lo mío que me es difícil ver a un hombre que me gusta darle interés a otra.

◇Los Secretos De JASÓN ◇Where stories live. Discover now