Luna No.4

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     Llegó agitada a la mansión, cerró la inmensa puerta detrás de ella y caminó logrando ver por la ventana a la señorita Beatrix quien agarraba a Shu para llevarlo a limpiar

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Llegó agitada a la mansión, cerró la inmensa puerta detrás de ella y caminó logrando ver por la ventana a la señorita Beatrix quien agarraba a Shu para llevarlo a limpiar.

"Creo que debo ir a buscar a mi padre" pensó mientras caminaba, pasó por las escaleras y vio como Kanato la miraba.

-Scarlet-san ¿en dónde has estado? ¿Qué le pasó?

-Me caí entre unas rocas cerca del lago.- Mintió, pero el ni lo notó.- Me podrías llevar hasta donde está mi padre.

-Claro, pero primero tenemos que curar tu herida.- Él la agarró de la mano y subió las escaleras.- Sabes hueles extremadamente bien, pero no demasiado para que los demás se alboroten.- Le sonrió.

Ella sólo rió nerviosamente. Llegaron a un baño muy grande en el cual Kanato limpió la herida y le puso unas vendas.

-Listo.- Dijo guardando las cosas y tomando su oso que siempre había llevado en su brazo derecho.

-Gracias Kanato-san, por cierto ¿cómo se llama tu oso?- Kanato frunció ligeramente el ceño.

-Se llama Teddy.

-Es muy lindo, al igual que tú.- Dijo can inocencia sacando una sonrisa de parte del pelimorado.

-Eres de las pocas personas que lo cree.

Ella lo abrazó y después de sonreírse el uno al otro caminaron por los pasillos de la planta alta hasta llegar a una habitación de donde provenían sonidos raros.

-¿Qué son esos sonidos?- Le preguntó con extrañeza a lo que Kanato no supo que responder. Ellos se acercaron a la puerta que estaba medio abierta y se miraron entre debatiéndose si veían qué pasaba o no.

-Te recomiendo que no lo hagas.- Le dijo ella apareciendo detrás de ellos. Scarlet la vio pero movió ligermanete la cabeza en señal de que no le iba a hacer caso.

El segundo de los trillizos abrió un poco más la puerta dejando ver a los dos la escena que ningún niño de su edad debería haber visto. Era la mamá de Kanato, Cordelia quien estaba manteniendo ralaciones sexuales con un hombre que no era su esposo.

Kanato cerró la puerta silenciosamente y tras hacerlo abrazó a su peluche contra el mientras Scarlet se mantenía en silencio y con la mirada perdida.

-Scarlet-san,- La llamó Kanato.- ¿qué estaban haciendo?

-No lo sé Kanato-san, pero será mejor no decir nada.- El pelimorado asintió, y los dos se dirigieron a donde se suponía tenían que estar los dos adultos, pero no había nadie.

-Deben de haber bajado antes.

-Entonces lo iré a buscar abajo, gracias por tu ayuda Kanato-san.- Lo abrazó.

-¿No me dejarás?- Le preguntó de la nada.

-Trataré de no hacerlo.- Besó su mejilla y corrió para ir escaleras abajo.

Diabolik Lovers: Sólo suya... Where stories live. Discover now