─ chapter nine

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FALTABA CADA VEZ MENOS para el comienzo del Mundial, noviembre había llegado y en tan sólo unos días los jugadores y todo el plantel, junto con los demás trabajadores de la AFA involucrados, tendrían que viajar a Abu Dhabi para el último amistoso antes del inicio de la copa, contra Emiratos Árabes, y luego hacia Doha para instalarse en la Universidad Nacional de Qatar.

Octubre para Sol se había pasado volando entre las reuniones por su trabajo y todo lo que debían hacer, los distintos trámites sumamente extensos que había tenido que llevar a cabo para obtener los permisos necesarios para viajar a Qatar, las juntadas con sus amigas de siempre y también las juntadas con las parejas de los jugadores mientras estos estaban concentrados en el predio de Ezeiza con los últimos entrenamiento en suelo argentino. En varias ocasiones algunas de ellas habían ido a tomar mates al departamento de Sol, sobre todo Valentina con Olivia, con quien había generado una gran amistad, al punto de que todas las semanas se juntaban para almorzar juntas. Aunque también habían tenido varias salidas con las demás, donde la mayoría habían asistido, a distintas cafeterías de la ciudad o a restoranes tranquilos donde sabían que no iban a tener demasiados problemas con el tema del reconocimiento. En medio de todo eso, Sol también había asistido en varias ocasiones al predio de Ezeiza donde estaban los jugadores con los entrenamientos para grabar algunos videos más y contarles un poco de como sería todo con el desarrollo del Mundial.

Era viernes y se suponía que la semana siguiente todos emprenderían el viaje a Abu Dhabi, por lo que algunas de las chicas, las más allegadas a Sol, habían propuesto la idea de ir ese mismo día a un bar a comer y tomar algo tranquilo para festejar con los chicos por el inicio del mundial porque sabían que una vez en Qatar eso iba a ser imposible, a pesar de que todavía no estaba la lista de convocados definida. Y todos los involucrados habían estado de acuerdo, por lo que Sol ya se encontraba terminando de prepararse mientras daba vueltas por su departamento con Midnights de Taylor Swift resonando por todo el lugar.

Ya estoy a unas cuadras Sol, te espero abajo. Una sonrisa se formó en los labios de Sol al leer el mensaje, pero sobre todo al leer el nombre de quien lo había enviado. Juli, junto al emoji de una araña.

Después del juego de bowling con los demás, cuando Sol ya estaba por irse junto a Lionel, Antonella y los nenes, Julián se acercó a ella bastante nervioso preguntándole si podía pasarle su número para que pudieran comunicarse en caso de que necesitaran algo o que si surgía alguna emergencia y ella necesitaba ayuda podía recurrir a él. Sol estaba completamente enternecida viendo lo nervioso que el cordobés se encontraba y como la tonadita se marcaba mucho más robándole una sonrisa. Sin dudarlo, la menor de los Agüero había aceptado, tendiéndole su teléfono a Julián para que pudiera anotar su teléfono y se llamara a su teléfono para el que número de Sol también le quedara registrado.

Y ahora se encontraba pasándola a buscar para ir al bar con los demás gracias a que él mismo se lo había propuesto, algo que había sorprendido a la chica pero que había logrado avivar ese cosquilleo que sentía cada vez que algo involucraba a Julián. Cuando se encontraban todos organizando en un grupo de WhatsApp a dónde irían, cuándo y cómo, Julián había leído un mensaje de Sol donde ella aclaraba que iba en taxi porque todavía no tenía el registro y que después le pasaran la dirección específica para no terminar en cualquier lado. Y minutos más tarde Sol había recibido un mensaje de parte del cordobés diciendo que no se preocupara por el taxi porque él podía llevarla, que no quería imponerle nada pero que por favor aceptara porque le preocupaba la idea de que tomara un taxi sola de noche cuando él tranquilamente podía llevarla.

La chica de ojos chocolate tomó su cartera, su teléfono y las llaves de departamento, y apagando todo salió del mismo para agarrar el ascensor y bajar a la planta baja. En el momento en que las puertas volvieron a abrirse lo primero que Sol vio fue la figura de Julián a través de los cristales del hall del edificio, de pie en la vereda con las manos en los bolsillos de su pantalón.

DAYLIGHT | julián álvarezWhere stories live. Discover now