─ chapter fourteen

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ARGENTINA VS. MÉXICO. El segundo partido para la Scaloneta había llegado y la presión que estaban experimentando los jugadores era enorme, porque sabían que si querían seguir en carrera debían ganar ese partido y no estaban dispuestos a defraudar a la gente.

El día anterior Sol había subido a la cuenta de Instagram un video con un desafío sobre himnos, donde los jugadores debían decir a que país pertenecía cada himno, habían competido en grupos de a dos y el video había estado lleno de risas por lo desastrosos que eran en ese juego. Y la gente lo disfrutaba tanto como ellos, dejando comentarios de apoyo, dejándoles saber que todo un país los alentaba sin parar.

Una hora antes de dirigirse hacia el estadio para el partido, Sol había subido también en todas las redes de la cuenta nueva, la imagen de los jugadores de la Scaloneta con la estética de Red, recordando la hora del partido y los canales por los que podían verlo. Y es que con su equipo de trabajo habían notado la creciente cantidad de edits que circulaban por tiktok con diferentes canciones de Taylor Swift y lo acorde que quedaban las letras de las canciones con los jugadores, sus historias y lo que estaba ocurriendo. No habían estado seguros de realizarlo antes del partido contra Arabia porque no sabían como lo iba a tomar la gente, pero si ya estaban en el baile, entonces iban a bailar, y decidieron arriesgarse y poner en marcha ese proyecto. Y estaba generando el efecto que querían, cientos de citados diciendo que les encantaba, comentarios pidiendo que hicieron lo mismo con los demás jugadores para imprimirlos como póster.

A diferencia del partido contra Arabia, Sol no iba a ver el partido desde el palco con su hermano, su sobrino y los demás, sino que lo vería junto a Valentina, la pequeña Olivia y Camila en la tribuna un poco más abajo de donde estaba ubicado el palco, acompañadas de la familia de Enzo. Y tal y como se los había prometido, Sol se había colocado la camiseta que Valentina y Enzo le habían regalado con el apellido del jugador y el número veinticuatro en la espalda, para continuar con la cábala después de lo que había ocurrido en el de Arabia.

El estadio ya estaba casi a tope de la cantidad de gente que había, y mientras esperaban a que los jugadores salieran para dar inicio al partido, Camila se encontraba tomándoles unas fotos a Valentina, Olivia y Sol, las tres de espaldas para que se viera que tenían la misma camiseta, y luego una de frente de las tres sonriendo. Podía oírse los gritos de las dos hinchadas, podía oírse el canto de los argentinos y los gritos de los mexicanos abucheando y tratando de responder a lo que los argentinos decían.

La zona en la que estaban las chicas estaba colmada de argentinos y de algunos que otros mexicanos, y en el momento en que los jugadores salieron en una fila acompañados con los nenes, todos se colocaron de pie. Olivia miraba con atención todo lo que ocurría a su alrededor, tranquila gracias a los audífonos que Valentina le había comprado para casi apagar por completo todo el ruido y que no le lastimaran los oídos.

No llevaban ni cinco minutos de partido y Sol ya quería meterle una media en la boca a uno de los hinchas mexicanos que tenían sentado atrás y que no dejaba de decir "OLEEEEE, OLEEEEE" cuando México lograba quitarle la pelota a Argentina a pesar de que la posesión les duraba menos de un minuto gracias a que alguno de la Scaloneta volvía a recuperarla con facilidad.

— La concha de la lora, casi me da un ataque. —se quejó la menor de los Agüero cuando en el minuto nueve los jugadores mexicanos se habían acercado al arco argentino y habían pateado en un intento por hacer gol.

— ¿ESTÁ JUGANDO MESSI? ¿DÓNDE ESTÁ MESSI QUE NO LO VEO? —Sol respiró profundo al oír lo que decía el mismo mexicano de antes, tratando de picar a los que estaban ahí.

— Ya lo vas a ver, quedate tranquilo vos. —dijo Valentina sin siquiera molestar en girarse para verlo, provocando que Camila y Sol sonrieran.

— ¡EH! FALTA, ¡FALTA! —exclamaron los mexicanos cuando el arquero acabó tirado en el piso.

DAYLIGHT | julián álvarezWhere stories live. Discover now