2° IRREAL

2 3 0
                                    

—Despierta—susurro.

En ese mismo instante Valery se encontró dormida en el asiento del copiloto en el automóvil, intrigada bostezo y miro a su izquierda en donde se suponía estaba el asiento del conductor y solo observo el vidrio roto y la bolsa de aire activada, se tocó la frente estaba sangrando y noto que tenía el cinturón de seguridad puesto, respiro profundo y distinguió que el auto había sido chocado contra una lámpara de luz en el borde de una carretera a las afueras de una ciudad que ni siquiera conocía, se desabrocho el cinturón y salió del auto en mal estado , calculo la hora por la altura del sol como se lo enseño el profesor de física que fue astrónomo, y logro darse cuenta de que era de mañana, guardó la calma puesto que aún no recordaba lo que había sucedido , ella juraba que lo que estaba pasando era un sueño y a medida que caminaba a la ciudad percibía una extraña sensación ,tal vez un Deja vu, pensó.

«¿Qué sueño tan raro? Siento que conozco esta ciudad de algún sitio, pero no lo sé, debo despertar» se cubrió el rostro con la mano puesto que el sol le reflejaba en parte de la cara para no dejarla ver bien, mientras llegaba a las afueras de la ciudad observo un cartel que decía: "Bienvenidos a Bismark ".

La chica sedienta miro en sus bolsillo a ver si tenía dinero , y solo encontró 10 dólares , suficiente para un agua mineral en una gasolinera, que atendía un chico pecoso con grandes lentes y alergias, ella se rió un poco cuando el chico abrió la caja y derramo su jugó en el desayuno, él le entregó el agua y ella salió a beberla y a continuar su camino, de momento un chico bien parecido en una Toyota se detuvo a cargar gasolina y la miro con sus ojos verdes , le guiño un ojo y se acercó a ella en lo que dejo la máquina trabajando.

—No eres de por aquí ¿cierto? — Se acercó coqueto.

Ella no respondió, le dio la espalda y siguió caminando hacia la ciudad.

—¡Oye, espera! —Dijo el chico de cabello castaño.

Allí se dio cuenta de que la gasolina estaba derramándose afuera del tanque, salió corriendo avergonzado y hasta maldijo, encendió la camioneta y fue tras la chica.

Mientras el chico con alergias detrás del mostrador dijo entre dientes.

—Diablos eso me lo van a descontar—Bajo la mirada.

Valery ya estaba muy avanzada y se bebía su agua poco a poco, entretanto comenzaba a debatirse si esto realmente era un sueño ¿Por qué se sentía tan real? Suspiro al recordar lo que le sucedió, la criatura, las manos y el portal. No estaba soñando todo fue real, cada segundo y minuto que vivió en ese cuarto eran tan reales como su caminata a la ciudad, trago saliva y cerró los ojos un momento.

Junto a ella la Toyota azul desaceleraba lentamente para andar a la par, el chico miraba el camino y luego se dedicó a verla a ella, la chica de ojos claros y cabello negro que tanto había llamado su atención.

—Me llamo Ian— Le dijo.

—No me interesa—Increpo.

—Está bien—Con tono sorprendido— ¿Te llevo? —Persistente.

—Puedo caminar—Gruñó.

—Te diré algo, te faltan casi 50 kilómetros, el sol está comenzando a joder y esa botella de agua tuya no durara para siempre, yo te ofrezco el aire acondicionado y una jarra de jugo de manzana ¿Qué tal? — La persuadió.

—Valery, y bien, pero deja de fastidiar tanto— Álgida.

Él sonrió y abrió la puerta tan rápido pudo, ella subió miro a su alrededor y se fijó en un control de forma circular con un botón transparente, frunció el ceño al escuchar a Ian hablarle.

La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora