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Al día siguiente, me reuní junto a mis hermanos y con los Sully, ya que Ao'nung debía disculparse, especialmente con Lo'ak.

Todos nos sentamos, haciendo que Lo'ak empezase a hablar sobre aquel Tulkum que le salvó la vida.

— ¿Estás seguro de que era un Tulkum? Los Tulkum no han regresado aún — intenté decirlo sin desilusionarle.

— Estoy seguro de que era uno, pero él... tenía una aleta rota — dijo mientras explicaba con sus manos.

— Payakan — pensé en voz alta.

— Payakan fue desterrado hace tiempo... él es un asesino — Reya agarró su palma con preocupación.

— Un asesino tanto de Na'vis como Tulkums — siguió Aonung.

— Lo'ak... menos mal que saliste ileso — terminó Reya.

— No, no es un asesino. Él me salvo — dijo pronunciando más fuerte.

— Lo'ak — dije aclarándome la garganta —. Sé cómo te sientes, él y yo éramos cercanos antes de que le desterraran. Él tiene un corazón grande, y haría todo lo que fuese por proteger a sus queridos — Tsireya puso su mano en mi espalda, intentando calmar mi dolor —. Pero en las costumbres de los Tulkum, sí es un asesino, y debe cargar con ese peso, quiera o no — terminé dando un suspiro.

— Mirad, mi hermano ha sobrevivido a un Tulkum asesino — Neteyam se levantó orgulloso, haciendo que le mirase con disgusto.

— No... no me estáis escuchando — Lo'ak soltó la mano de Reya.

— ¡Yo sí estoy escuchando! — dijo Tuk antes de que se sumergiese en el agua.

Acto seguido, hice lo mismo; llamé a mi Ilu para ir detrás de él.

— Tú sí me crees, ¿verdad? — preguntó Lo'ak mientras nadábamos.

— Claro que te creo, conozco a Payakan desde que nací — Lo'ak sonrió ante mi respuesta.

Llegamos a la Roca de los Tres Hermanos, en donde este empezó a llamar a Payakan, acción seguida por mí.

Vi cómo un Tulkum se acercaba a donde nos encontrábamos, haciendo que me emocionase.

— ¡Payakan! — grité mientras nadaba rápidamente hacia él —. Te he echado mucho de menos — me abalancé con los brazos abiertos para darle un abrazo.

Este cerró los ojos para recibir mi abrazo y Lo'ak se acercó a nosotros. Ambos nos sentamos en una de sus aletas y comenzamos a hablar sobre lo sucedido últimamente.

— ¿Por qué te llaman asesino? — preguntó Lo'ak triste.

Payakan nos sumergió bajo el agua con su aleta, y abrió su boca para que pudiésemos entrar.

Lo'ak me siguió hasta lo más profundo, y pudimos observar cómo Payakan mostraba su cola neuronal para que nos conectaramos con él.

— Hazlo tú — dije señalandole —. Yo ya conozco la historia.

Minutos después de haber hecho el Tsaheylu (vínculo), este abrió los ojos, mostrando una expresión de dolor.

Ambos salimos de su boca y nos dirigimos a la superficie para ver a Payakan.

— Lo siento... — Lo'ak se acercó a Payakan dándole un abrazo.

En ese entonces, noté cómo una lágrima bajaba por mi mejilla, en respuesta a lo que estaba viendo. Ver como Payakan estuvo solo después de intentar vengar a su madre... me dolía, pero ver que encontró a su hermano espiritual me alegró mucho más.

Después de nadar un buen rato junto a Payakan, este nos llevó de regreso al pueblo.

— Lo'ak — dije para llamar su atención —. ¿Quieres ir al Vitraya Ramunong (Árbol de las Almas)? Es momento de eclipse, y se verá alucinante.

— Claro — asintió.

Al llegar ahí, nos topamos con los demás, que estaban también de camino.

— ¿Dónde estuvisteis? — Neteyam se acercó mirando mal a su hermano.

— Fuimos a ver a Payakan — dije mientras nadábamos hacia el árbol.

Noté cómo me miraban desde lo lejos, pero no le di mucha importancia.

Me vinculé junto al árbol como los demás, y noté aquel cosquilleo antes de viajar a Eywa.

El primer escenario que observé fue fuego en una especie de nave; segundos después vi cómo Neteyam nadaba con dificultad, haciendo que mi corazón encogiese. Al parecer la gente del cielo habían disparado justo en su pecho, haciendo que se desangrara.

Lo llevé lo más rápido posible a una superficie, y lo tumbé con cuidado.

— Neteyam... — dije entre palabras ahogadas — aguanta porfavor — estaba haciendo presión para intentar parar el desangrado.

— Mikaya... — dijo con dificultad — quiero... volver a casa... — este puso su mano justo en mi mejilla. El tacto era... tan real.

— Volveremos a casa, pero necesito que aguantes un poco más — dije mientras mis lágrimas caían en su mejilla.

— Mikaya... — dijo por último, antes de que sus pupilas se dilataran.

— ¿Neteyam? — pregunté con las pocas fuerzas que me quedaban.

De repente, noté cómo salía de Eywa, y mi cuerpo dejó de reaccionar.

No era capaz de controlar mi cuerpo, pero noté cómo me llevaban a la superficie.

— ¡Mikaya! — escuché borroso a Tsireya decir preocupada.

Segundos después noté cómo los labios de alguien se juntaban junto a los míos, haciendo el boca boca para que respirase.

Después de ello, perdí la consciencia, ya que desperté repentinamente en una cabaña.
Mi madre estaba justo en frente, haciendo pequeños soplidos que di por hecho que era el ritual.

— ¡Neteyam! — me levanté de golpe.

— Estoy aquí — Neteyam entró a la cabaña en dónde me encontraba —. ¿Soñaste conmigo? — dijo agachándose hacia mí mientras reía.

— Esto... no del todo — dije avergonzada.

— Veo que no pinto nada aquí — dijo mi madre mientras salía con su cesta.

— Entonces... ¿me explicas tu reacción? — me dio su mano para ayudarme a levantarme.

— Bueno, verás... — dije mientras jugueteaba con mis dedos.

— Es broma, no tienes por qué contármelo si no quieres — este puso su mano en mi cabeza, haciendo que me calmase un poco más.

Ambos salimos riéndonos por mi reacción al despertar, y nos dirigimos hacia la orilla para ver a los Tulkums, que ya estaban de regreso.

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Hasta aquí el capítulo de hoy^^
Espero que hayan disfrutado el capítulo <3

Starry Nights | Avatar Neteyam FanficWhere stories live. Discover now