Starry Nights | Avatar Neteyam Fanfic

≪•◦ 05 ◦•≫

Caminé hacia la cabaña, en donde se encontraba mi madre meditando.

— Mamá, ya estoy aquí.

— Mikaya — hizo un gesto para que me sentara a su lado—. He notado algo distinto en tí, ¿qué sucedió en el Árbol de las Almas?

— Eywa me advirtió de algo. No estoy segura del todo, pero vi cómo asesinaban a Neteyam.

— ¿Te dejó ver el futuro para que lo impidieses?

— Creo que esa sería la respuesta más lógica, madre.

— Debe haber algo más... algo más profundo — dijo aún con los ojos cerrados —, ese mechón tiene que explicar algo más.

Mi madre se levantó y caminó hacia el mar, acto seguido por mí. Ambas llamamos a nuestros Ilus y nos dirigimos al Árbol de las Voces.

Al llegar, esta me indicó para realizar el Tsaheylu y poder comunicarme con Eywa.

Todo era negro, no podía ver nada, en cambio en mi interior podía sentir un fuerte poder, como si el agua alrededor mía pudiese ser controlada por mí. Poco después, desperté de aquel vínculo, volviendo a la realidad.

Más tarde de aquello, volví hacia el pueblo, separándome de mi madre para juntarme con mis amigos a comer los peces que cazaron.

— Kiri — dije mientras me sentaba a su lado.

— ¿Si?

— Últimamente... ¿has notado alguna cosa extraña?

— ¿A qué te refieres?

— No sé, como si... tu entorno se adaptase a ti — esta abrió sus ojos como platos, por lo que di por aludida que sí le estaba sucediendo algo parecido.b

— ¿Por qué lo preguntas? — su rostro estaba iluminado, como si ya supiese una respuesta.

— Eywa, siento que me guía hacia ti. Es como si...

— Como si estuviese dentro de ti, como si formases parte de Eywa — terminó ella.

Ambas nos miramos, como si nos entendiesemos a la perfección.

Al terminar de comer, vi como mi padre llegaba con cara de preocupación, por lo que caminé hacia él para ver que sucedía.

— Padre, ¿va todo bien?

— No, la gente del cielo ha llegado hasta las aguas Metkayinas, y están buscando a Jake.

Yo ya me esperaba una respuesta similar, ya que al fin y al cabo lo vi a través de Eywa.

— Iré a buscar a los Sully, intenta entretener a sus hijos mientras hablamos.

— Está bien, padre.

Caminé hacia donde se encontraban todos y me senté entre Reya y Kiri.

— ¿Qué sucedió? — susurró Reya.

— Padre necesita hablar con Jake y Neytiri, y me ha pedido que les entretenga.

— Parece ser importante — volvió a mirar a los demás —. Vamos al agua chicos, ya habéis descansado lo suficiente.

— ¡Si! — Tuk dijo con emoción — ¿podemos ir a alimentar a los Ilus?

— Claro, vayamos con los Ilus — respondió Reya.

Todos fueron hacia los Ilus, en cambio Kiri y yo nos detuvimos entre los corales.

Mientras Kiri bailaba con las criaturas marinas, yo intenté controlar el agua, como cuando estuve en el Árbol de las Voces.

Concentré mi respiración en mi pecho; noté cada parte del cuerpo y sentí cómo mi sangre y el agua fluían por igual.

Noté un cosquilleo en la palma de mi mano e hice algo de fuerza, notando cómo levantaba el agua.

De repente, perdí el control de mi cuerpo, y noté cómo caía hacia bajo.

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Kiri me llevó a la superficie, dejándome en la arena.

— ¡Mika! — escuché a Reya llamarme desde lejos.

Neteyam vino corriendo hacia mi dirección y me levantó la cabeza con uno de sus brazos.

— ¿Estás bien? — preguntó mientras apartaba mi pelo de la cara.

— Sí... — respondí recuperando la consciencia.

Kiri se encontraba sentada en mi lado izquierdo y me cogió de la mano.

— Eres increíble... ¿cómo has hecho eso? — preguntó alucinada.

— ¿El qué? — Reya dirigió su mirada a Kiri intrigada.

— Ella... levantó el agua — dijo intentando explicar con las manos —. Fue... alucinante.

Cuando ya más o menos tenía las fuerzas para levantarme, me separé del regazo de Neteyam, quien me ayudó apoyando su mano en mi espalda.

— ¿Estás segura de levantarte? No creo que sea buena idea — dijo Kiri.

— Estoy bien, no te preocupes — me rasqué la nuca mientras le sonreía.

— ¿Dónde están los demás? — pregunté al ver que Tuk, Lo'ak y Aonung no estaban con nostros.

— Están con los Ilus, no te preocupes — respondió Neteyam.

— Volvamos a la cabaña — Reya se levantó para ayudarme a volver, el cual rechacé.

— Estoy bien, volvamos con ellos — dije yendo en dirección de los Ilus.

— Los mantendré ocupados junto a Aonung, mejor ve y descansa.

— No debería, tengo que- — me interrumpió Reya.

— Tienes que descansar, confía en mí — dijo mientras me sonreía.

— Me sentaré en la orilla — Neteyam me llevó de la mano con ellos.

Al llegar, estos entraron al agua, y el mayor de los Sullys y yo nos sentamos en la orilla.

— Tu pelo... — dijo señalando en donde se encontraba el mechón rubio.

— ¿Qué pasa? — pregunté mientras agarraba el mechón.

— Parece que se está expandiendo.

— Puede ser por haber usado demasiado poder espiritual, no te preocupes — tranquilicé a Neteyam, en cambio por dentro estaba preocupada. ¿Pasará algo si mi pelo se cuelve totalmente plateado?

— ¿Mañana seguimos con el entrene? — pregunté cambiando de tema.

— Claro — contestó contento —. Estaría bien que te enseñara a usar una daga para protegerte.

— Creo recordar que tengo una guardada por ahí. Mi madre me hizo una cuando recién nací.

Ambos la pasamos charlando, y ya cuando se hizo algo más tarde, volvimos cada uno a su cabaña.

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Fin del capítulo <3

Estoy intentando escribir siempre que puedo, así que bueno, espero que lo disfrutéis.

Por cierto, no estaría mal que me pusieseis alguna idea por aquí >>

Más o menos sé cómo quiero que siga la historia, pero estaría bien añadir algun idea vuestra ;)