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A veces no sabes cómo perder un paciente. Te preparan para eso en toda la enseñanza. Apenas entras en una sala de medicina lo primero que escuchas retumba en tu mente todos los años siguientes; "El sentimiento no existe con el paciente. Se debe diferenciar. Profesional, paciente". Lo retenes, lo repetís, lo aprendes.

Existen las excepciones, en todo, menos en medicina. Una medicación mal dada trae una muerte. Una herida mal cerrada trae infección. Un brazalete de maternidad madre-hijo colocado erróneamente terminaría con tu carrera, incluso te llevaría a la cárcel. Lo retenes, lo repetís, lo aprendes.

¿Blanco o negro? ¿Extender un poco tu vida o morir? Nunca gris, nunca vivir eternamente.

Los lazos de tiempo con un ser querido en esta vida pueden ser tan cortos como tan largos. Podes ser amigo de tu maestra, podes enamorarte de tu vecino, incluso podes tener sexo con tu compañera de trabajo sin que te pueda traer consecuencias: pero nunca, nunca, una relación con un paciente. Ni siquiera amistosa.

Y cuando eliges la excepción, eliges por sobre tu carrera -porque sabes cual es el costo.

Siempre hay algo por lo cual rompes tu mayor regla.

Σ

-¡Opa, miren quien apareció! - Zayn volteo sus ojos cruzando sus brazos -Hijo de puta, me dejaste con esos viejos y te fuiste a... A quien sabe dónde.

-Oye, me perdí -contestó mientras corría la silla hacia atrás para sentarse -y cierto médico, con el cual no sé porque mierda me lo encuentro siempre, me encontró en medio de un pasillo hablando solo de mi pene, y... agh, idiota

- ¿De tu... -se pauso expresivo -Espera, ¿Qué? - y comenzó a seguir al castaño quien empezó a caminar divertido por las preguntas del morocho.

Y antes de que Louis pudiera contestar, al menos una palabra de la que el amigo le decía, una enfermera les robo la atención con su grito desde el otro extremo del pasillo - ¡Peterson, urgencias, ahora!

Σ

Los gemidos retumbaron en todo el pequeño cuarto de limpieza. Cualquiera que pasaba por esa puerta los oiría, pero para la suerte -planeada obviamente- aquel cuarto quedaba en algo alejado.

- ¡Li-Liam! Ah... Mierda, esto es... eres increib -pero no pudo terminar la frase ya que de repente sintió venir aquella explosión entre sus piernas, y se ahogó en un grito interno contra el hombro de su acompañante.

A los minutos Liam se retiró de ella y se vino dentro el condón.

- Me arrepentí con lo que dije antes -todavía no terminaba de recuperar el aliento- Si quiero seguir viéndote en los descansos. -sonrió en dirección al castaño, que al igual que ella, terminaba de vestirse.

- Silvania, sabes que solo es sexo, y ni siquiera...

- Por supuesto que es sexo, chico. Casi que te doblo en edad, y estoy casada. -alzo la mano donde llevaba el anillo - Esto va en descansos. No quiero más, gracias -sonrió volteándose en dirección a la puerta, pero cuando estaba por girarla alguien más lo hizo por ella, y un chico moreno se adentró en la habitación.

Zayn se arrepintió en cuanto vio a ambos residentes dentro- Lo siento, lo siento, lo siento, y-yo... solo venía a buscar unas toallas blancas selladas que me pidieron en urgencias. En el otro almacén no ha... perdón, las agarro y me voy -y el morocho hablo tan rápido que ambos superiores solo entendieron que necesitaba toallas, así que la mujer se desplazó a un costado e hizo un gesto con la mano para que pudiera adentrarse, para después ella salir

Heart Rate » l.s. [M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora