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Muchas partes de la vida se ven afectada a la hora de tomar decisiones. Simples, pero de alguna manera efectiva. Si decidís proceder con quimioterapia que entrar a un quirófano y no stir par el cáncer de primera, puede ser una consecuencia positiva como también negativa. Si tomas la decisión de extirpar el tumor con láser en vez de una cirugía laparoscópica, sin dudas trae consecuencias predecibles como inpredecibles. ¿El cuerpo del paciente lo aguantaría? ¿La anestesia que se le proporciona de tal manera será aceptada y prolongada?

Simples preguntas como simples consecuencias traen grandes cambios.

En primer año de residencia te enseñan personas, cuerpos que respirar, corazones y tumores reales: ya no son más muñecos de plásticos y tomografías de muertos, ahora debes encontrar una solución para el problema que coexiste contigo.

Louis era malo en la tomada de decisiones, por tal razón fue suspendido y expulsado de su primera residencia, donde había llegado a grandes cirugías y salvado pacientes como un reconocible residente. El castaño se arrepentía de sus errores, y sabía recordárselos a la hora que debía tomar una decisión, al punto de procesar mentalmente rápido que sería lo mejor tomando en cuenta todas las alternativas repetidas veces.

Si bien, para el castaño, aquel recuerdo quedaba en su interior sin salir a la luz; sabía que lo haría tarde o temprano. Sabía que flotaría a la superficie aquel error que trajo como consecuencia una vida. Temía constantemente que sus compañeros en el nuevo internado -del cual todavía se cuestiona cómo se le permitió tal opción- sacaran a luz la vez que el ojiazul operó un paciente, remplazando su válvula mitral, a escondidas de cualquier superior.

Luego de sangrado excedente y presión arterial baja, viéndose en la obligación de acudir a algún superior, el paciente sufrió una arritmia al rechazar la válvula; fue cuando comprendió que Alex le había jugado una mala pasada y él, jodidamente, cayó en la trampa. El secreto quedaba guardado entre el hospital y él, gracias a intervención de su padre -del cual Louis no pidió tal ayuda, pero Morgan no dejo que opinara-.

Σ

Las paredes parecían achicarse. Louis se sentía completamente sofocado, sin oxígeno; pero parecía no importarle. En sus brazos, el rizado que tanto admiraba, rompía en llanto aferrándose a la tela celeste, como si la pequeña aparecería de tal manera.

Las gotas se posaban en sus uniformes celeste y azul, los brazos pequeños rodeaban la ancha espalda del ojiverde, atrayéndolo a sí, mientras le pedía que respire junto a él. —Vamos, Hazz... se que puedes, yo se que si— susurraba una y otra vez, mientras repetía sus inhalaciones y exhalaciones frente al hombre y frotaba su mano en el pecho ajeno, dando un pequeño calor alojándose en la piel.

El rizado intentaba seguirle el pulso, pero se ahogaba entre sus lágrimas -las cuales no podían contenerse-.

Fue pasados los minutos que Harry pudo ir consiguiendo una respiración ordenada, sin lágrimas interponiéndose o pulsos acelerados. Louis en ningún momento soltó su rostro o dejó de frotar su mano, guiándolo con la mirada que lo estaba haciendo bien.

— Muy bien, Hazz. Bien, lo haces bien—felicito soltando una pequeña sonrisa para darle tal confianza, mientras su dedo pulgar, en el rostro, hacía pequeños circuitos; Harry se inclinaba al tacto, cerrando los ojos. —Tranquilo ¿Si? Todo estará bien— trago la arqueada que se aproximaba con asquerosidad, no se apartaría del chico para ir a devolver lo único que logró picar en el día.

—Si— susurró una vez que consiguió aire. Se volvió a acurrucar en el cuerpo ajeno, quien lo tomó en brazos sin protestar y volvió a hacer círculos con su pulgar en la espalda baja del mayor. —Si— de alguna manera eso lo auto convencía, lo que lo tranquilizaba un poco. Harry cerró los ojos ante el suave y leve tacto que ojiazul le proporcionaba. No sabe de donde, o como, pero las ganas de hablar de su pasado surgieron en su interior haciendo que soltara lo que guardaba en lo más profundo de su corazón. Louis le transmitió tal confianza. Tomo una bocanada de aire y la soltó tratando de conseguir calma cuando sus pensamientos lo atacaron— Tenía una hija, antes... cum-—se freno en un suspiro, volviendo a recuperar el aire. Notó que los toques en su espalda cesaron, pero a los minutos volvieron a hacerse presentes, tratando de darle a entender que escuchaba atentamente — cumpliría tres años...—el llanto del mayor hizo que Louis lo estrujara más contra su pecho. Los "sh, tranquilo" se hicieron presentes en su oído, logrando calmarlo a medida que los minutos pasaban.

Heart Rate » l.s. [M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora