[Ansatsu Kyoshitsu] El amor puede matar {Karma x Nagisa}

Un prodigioso violento

La voz del profesor dictaba a una velocidad inalcanzable para mí. Mi mano copiaba lo más rápido posible y aún así era inevitable el perderme. No tenía ni idea de donde podría conseguir los apuntes más tarde...

Al darme por vencido solo me dispuse a mirar por la ventana, siempre quedaba un sitio libre a mi lado, pues el chico que lo ocupaba no solía presentarse a todas las clases... Supongo que era bueno, así tenía todo el acceso a mirar por la ventana.

- Shiota. - Sentí al profesor cerca de mí, había golpeado mi mesa con una regla que tenía en su mano derecha.

Solo sacudí mi cabeza, muy avergonzado. No era necesario llamar la atención de toda la clase también.

- No es la primera vez que lo pillo así de distraído, esto afectará a sus calificaciones. - Eso me alarmó en seguida. Si mis notas bajaban más...

Sería mi fin.

Los chicos y chicas de mi alrededor no dudaron en soltar risas en cuarto el profesor de volteó.

Pobrecita, seguro que está apenada. Tenían que burlarse por mi aspecto.

Acabará en la clase E. Tampoco es que sepa mucho sobre ese aula.

No pude escuchar nada más, nada más que no fuese la puerta del aula abriéndose...

Ese característico color carmesí en el cabello que destacaba por encima de los demás.

Karma Akabane entró en mitad de la clase, como si fuese la sala de estar de su propia casa. Todos se quedaron muy callados, como si un depredador acabase de entrar en aquellas cuatro paredes. Yo solo lo miré con tranquilidad, lo notó, pues me sonrió con ese gesto chulo pero simpático a mi parecer.

- Akabane... La próxima vez por lo menos, llame. - El profesor habló intentando llamar su atención, cosa que no consiguió, pues más temprano que tarde se sentó en el único sitio libre...

Era justamente el asiento que quedaba a mi lado.

Debía admitir que era extraño sentirlo cerca. No solía acudir... Sin embargo, me sorprendían sus esplendidas calificaciones académicas. ¿Alguien le pasaba los apuntes y anotaciones? ¿Copiaba en los exámenes? ¿O era simplemente su propio talento?

Quisiera tener esa clase de talento.

La voz del tutor comenzó de nuevo a dictar lo que tenía escrito en su papeleo. Yo ya había dimitido, no había forma de que me adaptase a su ritmo llegado a tal punto.

Cuando quise mirar por la ventana como antes, él ahora se encontraba en mi campo de visión.

- Nagisa-kun.

La clase finalmente terminó e incluso me dispuse a recoger mis cosas lo antes posible para irme y que nadie me preguntase nada. Pero Karma se acercó a mi pupitre antes de que pudiese ponerme en pie. Dejó una libreta encima de mi mesa, un cuaderno negro con una pegatina en la que ponía GEOGRAFÍA en mayúsculas bien grande. Lo miré sin entender la acción.

- No estabas copiando, así que, aunque yo no lo necesito, he copiado el resto del interesante discurso ahí. - Mencionó con ironía, clara ironía.

Pasé un par de páginas y todo lo que el profesor había explicado desde que Karma estuvo, estaba copiado. Sí, sin duda se trataba de un prodigio.

- ¿De verdad no los necesitas tú? - Pregunté.

- No, me basta con lo que he escuchado.

Para ser honesto, me había salvado la vida. Suspiré con alivio mientras le agradecía sonriente.

El comentó que no era nada, para meterse las manos en los bolsillos de su propio pantalón, y sin prisas y sin preocupaciones, salió del lugar dejándome solo allí.

Era visto como un alumno violento, pero fuera de la apariencia, me daba la impresión de que era un buen chico. Más bueno que el resto.

Quiero que pidas un uniforme femenino.

Recordé las severas palabras de mi madre. Tenía que pasarme por la sala del profesorado para solicitar uno.

Me sonrojé.

Que vergüenza. ¿Qué podría decir? ¿Qué era para mí? ¿Poner una excusa improvisada mejor? Tenía que pasarme todo esto precisamente a mí...

- Eh, tú. - Era una voz femenina, de una mujer.

La limpiadora había llegado y yo era el único en la clase. Me había quedado haciendo una guerra de pensamientos y ni había oído la campana.

Las clases habían finalizado. Pediría el uniforme en otro momento...

Sí, eso sería lo mejor.