28. Drama queen

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•JK•

Ahora mismo estoy por entrar a mi edificio, y no, Jimin no viene conmigo.

¿Hubiera sido el final ideal? Yo creo que sí, pero simplemente no se sentía correcto.

Lo cierto es que pasamos una tarde hermosa. Jugamos. Reímos. Comimos. Sacó muchas fotografías. Nos besamos. Y fui feliz, muy feliz.

No miento cuando digo que hace mucho que no me sentía de esta manera, aún así suene cliché. Hace casi un año que me acuesto casualmente con otras personas, pero Jimin es el único que ha causado algo más en mí. No ha habido nadie que se mantenga en mi cabeza por tanto tiempo, nadie que me haga sentir tan cómodo como lo estoy con él, nadie que me ponga tímido con solo dedicarme una mirada coqueta. Nadie.

Es la única persona a la quiero seguir viendo, abrazando, sintiendo, besando. No pienso en nadie más. No quiero a nadie más.

Y eso me aterra.

Quiero entender por qué Jimin se ha vuelto así para mí, ¿qué lo hace diferente y especial ante los demás? Desde que lo conozco, no he salido con nadie, no he tenido sexo y a la única persona que besé fue a Taehyung, y ni siquiera fue porque quise, sino porque sentía que él lo necesitaba en ese momento.

Y hablando de Taehyung, él también es otro tema importante. No quiero romperle el corazón. Siento que, en el momento en que lo deje, las cosas cambiarán mucho y eso es justamente lo que no quiero. Quiero que siga en mi vida, no como pareja, pero que esté ahí. Hemos sido amigos desde siempre, solo de pensar que eso se puede desvanecer hace que todos los planes que estoy armando se derrumben.

Aunque, si hay algo de lo sí estoy seguro, es de que quiero intentarlo con Jimin. Quiero ir despacio, no necesitamos apurar las cosas, y esa es una de las razones por las que ni siquiera insinué que pasara la noche conmigo. El día llegará, solo que no ahora.

Estoy subiendo por el ascensor y los recuerdos del día llenan mi cabeza. No puedo esperar para verlo mañana y…

—¡Imbécil! —Escucho que me gritan cuando salgo—. ¡Hace dos horas que estamos esperándote!

Reconocería esa voz en cualquier lugar.

—Hasta que apareces, no puedo creerlo —dice, mientras se levanta del piso—. ¿Dónde estabas?

Seokjin tiene el ceño fruncido, mientras que el chico a su lado —Yoongi— lo mira con aburrimiento.

Paso por su lado e introduzco la llave en mi puerta, la abro y extiendo el brazo en señal para que entren.

—Oh, gracias —dice Seokjin en modo dramático—. Y yo que pensaba que iba a quedarme en tu puerta todo el día.

Ingresa a la casa mientras da pisotones en el suelo. Siempre igual. Yo aún no entiendo cómo es que Seokjin se llama así y no drama queen.

Ambos se sientan en el sillón, pero mi mejor amigo sigue viéndome con enojo.

—¿Les puedo ofrecer algo? —pregunto, tratando de calmar las aguas.

—Sí, ahora que lo pienso, me apetece… ¡Una explicación! —grita Seokjin y se para de golpe.

—Agh, necesito un break. Te he escuchado gritar todo el día —dice Yoongi con cansancio—. Permiso, voy a pasar al baño.

Yo asiento y él sale de la sala.

—¿Y bien? —pregunta con impaciencia el chico frente a mí.

—No puedo creer que estés haciendo este escándalo… —Suspiro—. El que debería estar enojado soy yo, Seokjin.

Mi amigo suelta una risa incrédula.

—¿Disculpa?

—¿No pensabas decirme que habías llegado al país? —digo, levantando una ceja.

—¡Claro que no! ¡Quería sorprenderte! —grita.

—¡Tengo celular, Jin! —grito yo también.

—¡¿Y eso qué!?

—¡ERES FAMOSO, IMBÉCIL!

Oh… —Seokjin asiente mientras recapacita—. No lo había pensado.

Dios, quiero darle un cabezazo a la pared.

—Sí, oh… —repito con ironía.

—¿Al menos te sorprendí? —pregunta, levantando ambas cejas.

Agh, no puedo enojarme con él.

Lo miro con una sonrisa. Puede ser tonto, pero no lo cambiaría por nada en el mundo.

—Claro que sí, Jin. —Me acerco hasta él y le doy un abrazo fuerte—. La próxima llámame, ¿ok? Recuerda que eres famoso, las noticias vuelan.

—Lo tendré en cuenta.

En ese momento, llega Yoongi y nos mira con el ceño fruncido. Voltea hacia Seokjin y le pregunta:

—¿Ya dejaste de gritar?

Mi amigo me dirige una mirada rápida y vuelve a mirar a su manager.

—Solo un segundo más —avisa y se voltea hacia mí. Levanta un dedo y lo apoya en mi pecho—. ¿DÓNDE ESTABAS?

Jin puede parecer inofensivo, pero eso no quita que sea mi mayor y que, cuando levanta el tono de esta manera, me achique como un perrito.

—C-cita —titubeo—. E-estaba en una cita.

—¿Cita con quién? —interroga, mientras me mira con los ojos entrecerrados.

Inconscientemente, se forma en mi cara una sonrisa tonta, y tanto mi amigo como su manager me miran extrañados.

Ah, Jin… Siéntate, voy a hablarte de la mejor cita de mi vida.

A reason to stay ☕ | hv - kmWhere stories live. Discover now