Después de "Vivir o Morir", llega la segunda parte de esta historia de lucha, aprendizaje y amor.
Benjamín Rojas es un cantante de éxito que la vida lo pone en su lugar en el momento culmen de su carrera. En ese instante, conoce al que será el amor...
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La vida se resume en una constante y diaria toma de decisiones. Algunas con escasa relevancia y otras suponen una gran dificultad tomarlas. Aun así, estas decisiones nos ayudan a avanzar, a dar un paso más.
Empezar lo que vendrá después o lo que va a depararnos durante el camino...
Son infinitas las ideas que nos planteamos y vemos como razones para no avanzar. Y eso, a veces, hace bloquearnos.
El miedo, la ansiedad, los pensamientos intrusivos y las creencias irracionales, se van apropiando de nuestra mente y nos cubren por completo.
Así se pasan los días, las semanas, los meses... Incluso, los años.
El monstruo que nos devoró se mantiene igual, o algo lo alimenta con el paso del tiempo.
No obstante, en algún punto de nuestra vida, algo sucede. Nos damos cuenta de lo que nos hemos hecho a nosotros mismos y llegamos a una encrucijada en la que debemos decidir si cambiar o dejar las cosas tal y como están.
Si decidimos cambiar, tenemos que hacer frente a nuestros temores, a cambiar esas metas que era imposibles en un inicio por posibles y enfrentarnos a nosotros mismos sin buscar un resultado perfecto, solo un resultado para seguir viviendo y continuar.
También podemos decidir dejar todo tal y como está. Seguir hundiéndonos, perdiéndonos, desechar todas nuestras metas, perder el tiempo, viviendo sin vivir.
No es nada fácil ninguno de esos caminos.
Pero en esta vida no todo es blanco o negro, existen grises. Esos momentos donde retrocedemos un par de pasos o, incluso, volvemos al inicio, para después avanzar otro paso más. Todo depende del poder que le cedamos a nuestro monstruo interior y del tiempo que le demos.
Paso a paso.
Nuestros temores e inseguridades no pueden impedirnos avanzar, al menos no para siempre. Avanzar es esencial; enfrentarnos a nosotros mismos es una tarea necesaria para dar nuestros primeros pasos.
No es un proceso sencillo, por eso hay que avanzar paso a paso, a nuestro ritmo.
Con la experiencia, nos damos cuenta que lo mejor que podemos hacer es aceptar los obstáculos que nos vienen, lidiar con ellos tanto como podamos y afrontarlos en la medida de lo posible sin buscar la solución perfecta, tan solo tener el final que nos haga sentir mínimamente bien consigo mismo.
Esto también es avanzar, es dar un paso más.
Porque la vida es así.
Tan llena de emociones y experiencias preciosas como tragedias y obstáculos.
Es dar dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás.
