15; Decepción Amorosa

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Las mejillas del omega se encontraban infladas debido a que no podía aceptar no tener una explicación por las repentinas acciones de Park Jimin, y por supuesto por ese pequeño descuido suyo, Yoongi todo este tiempo había soñado tener un beso indirecto de Jeon Minho, no de Park Jimin, y haberlo tenido con quien menos deseaba solamente causaba estragos a todo su ser, porque besar indirectamente al alfa gruñón no era como besar a un príncipe, y eso no le gustaba, hubiera deseado que las cosas fueran distintas, pero no lo eran, y ahora se encontraba caminando afuera de la escuela sintiéndose con los ánimos por los suelos y molesto por haber obtenido ese tipo de contacto con el villano de la historia.

—Maldito seas, Park Jimin —mascullo en voz baja para que nadie más lo escuchará, no es como si le gustase gritar groserías, eso sería más de Jimin, y no quiere actuar como él, eso sería el colmo.

Mantuvo sus pasos firmes y su ceño fruncido mientras seguía con su camino hacia las afueras de la escuela, esperando no encontrarse con ese tonto alfa y por supuesto con pasar una agradable tarde realizando la tarea correspondiente que tendría que entregar más pronto y quizás adelantar algunas investigaciones, sí, todo eso lo haría olvidar ese amargo recuerdo, de solo pensar en esos palillos en sus labios podía imaginar que ese brusco y terco alfa le daba un beso y no era nada bonito.

Pudo haber seguido con sus pensamientos en donde una y mil veces mandaba lejos a Jimin y lo insultaba y le daba mil y un bofetadas para que no se le acerase más, pero no pudo evitar que unas risas lo hicieran mirar hacia uno de los jardines que se encontraban allí, iba a ignorarlo, pues se trataba de una risa femenina, pero después de unos segundos una risa masculina lo hizo detenerse, dejo de caminar y dejo de fruncir el ceño para pasar a elevar sus cejas ligeramente, parpadeo un par de veces no creyendo la risa que escuchaba, la conoce perfectamente porque ama escuchar esa suave y grave risa tan dulce que le llenaba de paz y alegría en sus malos días.

Por unos instantes el miedo invadió su ser, porque no quería mirar la escena, porque sabía que alguien más estaba con él, con Minho, pero quería mirar, porque quizás solamente estaban hablando, y quizás él podía acercarse y saludarlo, quiso sonreír para sí mismo pensando que podía obtener un saludo del alfa que le había robado el corazón. Al girar su rostro del lado derecho, de donde provenían aquellas risas, fue cuando su corazón se quebró, comprobó en primera instancia que sí, era Jeon Minho, pero él no estaba solo, había alguien más, una omega.

La chica tenía su piel ligeramente bronceada, se veía suave y brillante, tenía unas piernas contorneadas y perfectas, luciéndolas aún más con aquel vestido corto de color rosa pastel, su cabello era largo y le llegaba casi por la cintura, de color castaño claro, brillante y sedoso, utilizaba poco maquillaje, tenue, y miraba a Jeon Minho con tanta adoración y ensoñación, y Minho no es como si se resistiera.

Yoongi estaba comprobando algo, y era que Minho, no mantenía una distancia prudente con ella, sino que invadía su espacio personal, algo que no hacía con él, Minho le tomaba la cintura y le sonreía de una forma coqueta, juguetona, algo que tampoco hacía con él, Minho estaba demostrando todo su interés en esa omega, algo que definitivamente no hacía con él.

La opresión dentro de su pecho lo hizo abrazar su mochila contra su cuerpo con fuerza, apretándola, mantuvo su mandíbula apretada mientras observaba como Minho pasaba su mano por la quijada de esa omega y se llevaba un mechón corto de su cabello para apartarlo un poco de su rostro y pasarlo detrás de su oreja, ¿lastimado? Yoongi no estaba lastimado, se sentía destrozado, hecho cenizas, completamente irreparable, quiso apartar la mirada, pero parecía que ni su cuerpo quería responderle, parecía que le querían indicar que viera todo lo que pasaba, que permanecería allí para ser testigo de como el amor de su vida estaba coqueteando con alguien más, sus ojos se sintieron picar mientras esa espantosa opresión crecía en su pecho, mordió su labio ligeramente sintiendo impotencia y tristeza al mismo tiempo.

—¡Al fin te encontré, omega llorón! —ni siquiera escucho a Jimin—. ¿Dónde se supone que estabas, Yoongi? —pregunto Jimin, pues se había pasado buscándolo por toda la escuela, pero no había tenido éxito, hasta ahora—. ¿Omega? —Jimin rodo los ojos al no obtener respuesta, pero más temprano que tarde se fijo en la dirección en la que Yoongi miraba, y entonces lo vio, era ese bastardo de Minho y estaba ligando, quizás lo hacía para tener con quien pasar su siguiente celo, le daba asco ese tipo, estaba a punto de hablar de nuevo, pero un pequeño sollozo llamo su atención.

Dejo de mirar la patética escena y se dedico a mirar a Yoongi, quien había sido el dueño de aquel lastimero sollozo, el alfa relajo sus facciones al escucharlo. Era obvio que Yoongi se sentía desbastado por lo que ahora miraba, no podía dejar que el omega se sintiera de ese modo, sabe que le gusta Minho, y es el peor error que ese omega ha cometido, enamorarse de una persona como él, soltó un suspiro, sólo esta vez, no actuaría rudo con él, sabe que, si lo hace, la probabilidad de una discusión era mayor, así que solamente haría lo que alguna vez no hicieron por él, ayudar.

—Omega —camino hacia él y se interpuso entre la mirada de Yoongi y esa estúpida pareja, el omega parpadeo un par de veces al ver que alguien interrumpía su vista—, hey, Yoongi —elevo su rostro y allí lo vio, Park Jimin, quien tenía un semblante sereno—, hay que irnos.

—N-no —dijo Yoongi sintiendo la humedad en sus mejillas, odiaba llorar, ya había llorado lo suficiente hace unos días, e inclusive se olvido un poco del tema gracias a la interrupción tan abrupta de Jimin en su vida, pero ahora era diferente, quería estar solo, quería alejarse, dejar de llorar o hacerlo en silencio, pero solo—, v-vete, no sé q-q-qué haces aquí —sorbio su pequeña nariz mientras sentía las nuevas lagrimas acumularse en sus ojos—, no quiero a-a nadie a-aquí...

—No me iré —dijo Jimin seguro de sus palabras, Yoongi frunció el ceño al escucharlo.

—S-s-solo lárgate, ¿quieres? —soltó un pequeño hipido—. N-no necesito estar con alguien como tú, ni con nadie.

—Ya te dije que no me iré —hablo de nuevo Jimin, haciendo que el omega gruñera por lo bajo.

—V-vete... —volvió a pedir, pero el alfa negó con la cabeza—, ¡con un c-carajo, vete!

Jimin soltó un largo resoplido al escuchar al omega, y lo volvió a mirar, su pequeño cuerpo temblaba, su respiración era entrecortada y esos ojos rojizos por las lagrimas no estaban ayudando en nada, quizás sus acciones iban a ser precipitadas, pero su lobo le decía que serían las correctas, así que sin más, se acercó más a Yoongi.

—¿Q-qué haces? V-vete de una vez, P-park —hablo de nuevo el omega, pero no espero las acciones de Park Jimin.

El alfa en cuanto estuvo invadiendo el espacio personal del omega, no dudo en tomar al omega por la cintura y pegarlo por completo a su cuerpo, el omega mantenía su mochila abrazada, y sintió la calidez del cuerpo ajeno tocar el dorso de sus manos, su mejilla derecha choco contra el pecho del alfa, y la tibieza y el aroma levemente picante inundo sus fosas nasales, el alfa libero unas cuantas feromonas para tratar de calmar de esa forma al omega y que esté dejase de llorar, Yoongi entreabrió los labios ligeramente ante la sorpresa de los actos del alfa, creyó que hasta allí terminarían, pero en cuanto sintió unas suaves caricias ir y venir a lo largo de su espalda, sintió que era lo que en realidad necesitaba en ese momento, su respiración poco a poco se regularizo, los latidos de su corazón dejaron de ser tan constantes y precipitados, dejando que fueran latidos más calmados, el omega podía escuchar claramente el latir del corazón del alfa y cerro sus ojos disfrutando de aquellos latidos.

—No lo vale, Yoongi —murmuro Jimin con voz calmada, y dulce, tan dulce que el omega no pudo evitar despejar su rostro del pecho fornido del alfa para elevar su rostro y mirarlo a los ojos, Jimin lo miraba de igual forma—, deja de llorar, omega —canturreo levemente sin dejar de acariciar la espalda de Yoongi—, no quiero que ese lindo rostro tuyo se llene de lágrimas, ¿entendido?

Quizás lo siguiente fue lo que hizo que el corazón de Yoongi diera un vuelco, porque el alfa le regalo una sonrisa, una diminuta, pero había sido una que logro llenarle de calor su rostro, haciendo que sus mejillas adquirieran un tono rojizo, y el omega estaba tan concentrado en mirar a Jimin y percibir su aroma tan agradable, que se olvido por completo del motivo de su llanto. Era la primera vez que Yoongi se había sentido en las nubes, tal y como lo decían las historias de amor cuando encontrabas a la persona indicada.

Una Cita Para Un Corazón Roto ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora