16. Confesiones

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CASIE

La noche estaba lluviosa, la tormenta arrasaba allí afuera y yo no podía dormir, no desde que me enteré de todo ¿Cómo no lo supe desde el principio? Si ellos eran perfectos en todo lo que hacían ¿Cómo no darme cuenta? En ese momento me sentía como una tonta.

Debí saberlo cuando entré en el cuarto piso de la mansión y ví aquella puerta gigante de oro, debí saberlo cuando al ir subiendo las escaleras vi aquel perro gigante de tres cabezas, con una melena y una cola de serpiente y garras de león ¡Qué tonta he sido!

¿Cómo no darme cuenta que el lugar en el que había vivido desde hacía tres meses era el...?

- Casandra - llamó Ajax al otro lado de la puerta pero yo no dije nada ¿No que no quería hablar conmigo? Pues le estaba dando la oportunidad de no hacerlo, pero entonces recordé que a pesar de todo, quería saber lo que él tenía para decir, quería escucharlo porque por alguna razón esto tal vez significaba que yo debía tomar una decisión sobre mis sentimientos por él y darles fin de una vez por todas.- Casandra, sé que estás despierta, por favor, necesito que hablemos.

Muy bien podría simplemente aparecerse dentro de la habitación pero supuse que quería respetar mi espacio así que me levanté con pereza de la cama y fui a abrir la puerta con cuidado, no lo miré, solo abrí y sin decir nada más, me acosté en la cama poniendo las mantas hasta la punta de mi nariz - ¿Por qué no me lo dijiste? - susurré.

- Tenía miedo de lo que pensaras - se acercó despacio a mí, sin hacer ningún ruido - No es fácil lo que soy, Casie.

- Llevas semanas sin dirigirme la palabra ¿Por qué estás aquí? - por fin lo dije.

- Creí que era lo mejor.

- ¿Para quién? ¿Para ti? Dijiste que no sentías lo mismo, que mis sentimientos no eran correspondidos - me senté en la cama para mirarlo más de cerca, sin borrar mi tono de amargura, por supuesto.

- Tus sentimientos son más que correspondidos - dijo él despacio - pero tenía miedo que lo supieras y me vieras de otra forma, no... no quería ver tu mirada de desilusión hacia mí.

- ¿Qué está mal en ti? - pregunté con voz tajante. No podía permitir que él creyera que no era suficiente para mí simplemente por lo que era pero que no decidió ser.- Tú no lo escogiste, Ajax y tampoco eres malo ¿Qué está mal en ti? Dime - grité lo último cuando él me dio la espalda mientras se agarraba el cabello con fuerza.

- ¿Recuerdas esa profecía que Helena te dijo?

- ¿Un hermano con el poder del cielo y otro con el poder del infierno? - por supuesto que sabía cual era, desde que Helena me lo dijo esas palabras rondaron todo el tiempo por mi cabeza. - Según dice, fueron dos hermanos separados al nacer, la profecía puede no ser cierta.

- Las profecías siempre se cumplen, Casandra. Yo podría traer la destrucción a este mundo - me miró mordiéndose el labio con fuerza.

- ¿Crees que se trata de Alesandro y de ti?

- Sí.- suspiré, tratando de buscar una respuesta que me ayudara a hacerlo entrar en razón, pero solo pregunté.

- ¿Y si no es la correcta?

- No sabría si es o no es la correcta, pero todos dicen que se trata de mí ¿De quién más podría tratarse?

- No lo sé, pero podríamos averiguarlo, podríamos... no sé, hablar con tu padre, tal vez él...- me echó una mirada como diciéndome que estaba loca - Sé que no debe tener un aspecto paternal adecuado, pero...

- Mi padre me dejó ver el mundo cuando me escupió, Casandra. No tiene un aspecto paternal en ningún sentido, es un tirano.

- Lo sé, pero...

Amnesia (#1 OELS)Where stories live. Discover now