67 El día después y la partida

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Despierto de la mejor forma posible cuando la luz del sol se filtra por las cortinas y soy saludado por el culo respingón de mi nena ¡hum! ¡hum...! ahora esposa, esta provocadora no sabe lo fácil que me calienta y cuando por fin podíamos dedicarnos a joder en cada espacio de la casa el pendejo del príncipe se carga todo, si hubiese ido su hermano nada de esto hubiese pasado y podría disfrutar a mi esposa a gusto ¡Uff! por lo menos espero haberla dejarla satisfecha por el concierto de gemidos de ayer, la abrazo y beso su suave cabello rojo a pesar de mi erección, necesito llevarme algo con su olor para masturbarme allá o terminare con los huevos morados, aprieto su pecho y pienso en nuestra separación, no voy a poder manosear durante quien sabe cuanto tiempo. 

Anoche le aplique un gel antiinflamatorio para que pudiera dormir bien y hoy pudiéramos darnos un rapidito antes de partir, me separo de ella para separar sus pliegues con mis dedos y ver la zona afecta ¡Mierda...! creo que quiero la cámara otra vez, abrí sus piernas para ver mejor y termina expulsando parte del semen que deposite anoche junto a una ligera mancha de sangre, fui lo más controlado que pude anoche y ahora necesito más...

-Juro que porque te amo no te la meto ahora mismo.

Sigue dormida sin ser consiente de lo sexy y desprotegida que luce ¡demonios! seria tan fácil deslizarme dentro de ella, embestir su pequeño agujero y contemplar sus tetas meciéndose a mi ritmo hasta que despierte.

Chupo uno de sus pezones haciendo ruido con mi saliva y estirándolo para despertarla pero solo suelta un leve gemido así que creo que necesita un poco más... soy un buen esposo y mi deber es despertar suavemente a mi mujer. 

Beso y lamo su cuello dejando un camino desde sus pechos mientras masajeo sus senos, no lo pondré hasta que despierte pero aprovechare el tiempo para dejarle varios recuerdos sobre su delicada piel mientras introduzco un dedo y su humedad me recibe. 

-No me quiero separar de ti.

Creí que seguiría dormida pero la siento tensarse antes de escucharla

-Yo tampoco quiero que te vayas. 

-¡je, je! Querida esposa estabas despierta mientras dejabas que te manoseara.

-Desperté cuando metiste tu dedo en mi. 

-Pues ahora meteré otra cosa.

-¡No...! Le- León no, no estaba lista. 

-¡Joder hermosa! 

-¿Qué sucede? ¿cariño te lastimaste? 

-¿En serio? ¡um...! Regina aprieta otra vez. 

-¿De que hablas?

-Tu vagina, casi me corro cuando apretaste mi pene. Cambiemos de posición. 

-¡Aw...!

La quería tener desde hace mucho encima de mi desnuda y brincando en mi polla.

-Eso nena, monta a tu esposo y estruja su pene. 

-¡¡León!!  

-Amor lo sacaste, intenta meterlo.

Intenta introducirlo solo sentándose encima un par de veces y no es capaz de mirarme cuando agarra mi pene y esta vez lo guía a su entrada, se que aún no es fácil para ella.

-Me da vergüenza estar arriba. 

-Pero si ya te has frotado encima de mí sin ropa, lo único diferente es que esta vez te la clavar...

Deme una villana para llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora