꒰ ᜊ capítulo 15 ꒱

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El suave color naranja del amanecer inundó el enorme espacio con parsimonia sobrante mientras Jungkook se estiraba, escuchó el agua gotear de la fuente de jade, y el chocar de las hojas en la vegetación, fue inevitable no relajarse al armonioso so...

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El suave color naranja del amanecer inundó el enorme espacio con parsimonia sobrante mientras Jungkook se estiraba, escuchó el agua gotear de la fuente de jade, y el chocar de las hojas en la vegetación, fue inevitable no relajarse al armonioso sonido.

Dejar sus pensamientos correr en toda la noche le había causado insomnio, por lo que cerrar un ojo y dejar descansar su mente fue prácticamente imposible.

Apenas se incorporó de la cama, sus banyalar lo despertaron con un enorme pastel de cinco pisos bellamente adornado con miles de figuras que asemejaban mosaicos y retratos artísticos, era un trabajo a mano excelente y el olor de su fruta favorita podía percibirlo apenas se inclinaba un poco hacia este.

Su vergüenza solo aumentó cuando cada una fue acercándose con diversos regalos en manos; Irene le dio un bello arreglo floral de lirios que aromatizaban el aire bellamente, Nancy optó por tres libros de poesía y algunos de la cultura del país, sin olvidar el diccionario turco entre ellos. Jungkook agradeció mucho cuando Soyeon se acercó con una alfombra bellamente grabada que ella misma hizo.

-No se si pueda aceptarlos -susurró bajo al ver los detalles a mano, su ojo de artista no falló en predecir que debían ser trabajos de días.

-Hürrem es hürrem, es un honor hacer esto -Irene lo motiva a ojear uno de los libros y se alegra de ver que estaban en su idioma.

Después de casi diez minutos de resistir en aceptarlos, argumentando no ser digno de los detalles, se dio cuenta que las mujeres tenían un don en la influencia. Al final acepto todos.

-Los cocineros pasaron tres días enteros para preparar este pastel hürrem, habían notado que le gustaba mucho el sabor de fresas así que consiguieron las más frescas del invernadero. Esperan que lo disfrute - Soyeon le informó mientras cortaba un trozo de pastel y se lo entregaba, el omega dudó un segundo antes de meter un pedazo a su boca. El sabor de los frutos explotaron en su boca y su lengua disfrutó en demasía los segundos en que el bocado se deslizó hasta su garganta.

Irene se acercó con tres canastas grandes, el castaño vio botes de pintura de madera, libros, telas y algunas joyas pequeñas como contenido.

-Yo...-empezó Jungkook con el afán de quejarse, habían hecho ya mucho con el pastel, para ser sincero nunca había visto uno tan grande en su vida.

-Estos regalos son mandados por empleados de la casa, saben lo modesto que puede ser así que pidieron que los aceptara con cariño, muchos son hechos a mano -le explicó la castaña antes de que Jungkook terminara. El omega suspiró rendido, golpe bajo.

-Realmente lo aprecio -el castaño agarró una de las telas de una canasta, era un cubridor a base de hilos finos. Su corazón se calentó en el gesto-. Muchas gracias, yo mismo les agradeceré personalmente a cada uno.

Las mujeres se inclinaron y aceptaron un trozo del pastel que Jungkook les ofreció insistentemente para después seguir preparándolo con paciencia.

Mientras lo visten, Nancy le explica que los omegas tenían que cubrir su cabello y cuerpo al entrar a la mezquita, diciéndole que antes no era necesario por ser un museo, pero con el cambio reciente se volvió a convertir en un lugar de rezo como en su año de fundación y que el hiyab también era necesario.

𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐑𝐨𝐣𝐚 ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now