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Las mañanas en Las Nevadas son todas tan iguales, alguien entra por la habitación compartida de la pareja, les anuncia que son las 7 am, Quackity se levanta, se baña, se pone uno de sus muchos trajes que al final son exactamente igual al otro, T/N se despierta y de sienta en la cama matrimonial pensada para que solo quepa Quackity y su ego, era mal tercio en aquella estúpida relación de poder en la que ella nunca podría ganar, T/N se ve en el gigante espejo de la habitación que da a su cama y aun que Quackity no lo admitia, él también a veía a la chica por aquel espejo, apreciaba su linda figura entre las sábanas, su cabello revuelto y con ese típico "almohadazo", sus ojos hinchados por recién despertar, la marca de la almohada en la mejilla y algunas veces algo de saliva que había salido después del descanso de la noche anterior, la chica siempre le dedicaba una linda sonrisa seguida de un "buenos días" seguido de esto Quackity le sonreía y salía de la habitación listo para trabajar.

Las mañanas en las nevadas siempre eran iguales, T/N salía de la habitación matrimonial en pijama, una sonrisa y el cabello desordenado, bajaba a desayunar al restaurante del casino y aunque lo abrían después de las 9 PM, a ella siempre le tenían el desayuno temprano, pues hacer que la chica esperara por comida haría que Big Q, el jefe, los matará.

Todas las mañanas en Las Nevadas eran siempre iguales, todas menos esa, comenzó como cualquier otra, pero escuchó los gritos de los guardias y sabía que esa mañana no sería igual a las demás.

Todas las mañanas son iguales pero esa mañana Alex junto con Sapnap decidieron "salvar" a T/N, todas las mañanas eran iguales pero esa mañana Rubius encontró donde se encuentran Las Nevadas.

—¡Ya te dije! — escuchó el grito del chico de binnie — ¡T/N, Estoy buscando a T/N! ¿La conoces o no idiota?

En ese momento la chica salió corriendo, Alex arriesgaba mucho su vida por una simple visita, conocía a esos guardias, eran sicarios por excelencia, hasta ella les tenía miedo.

—Hola — dijo T/N acercándose a la puerta con una sonrisa — vienen conmigo, ¿Podrías dejarlos pasar? — sonreía con cada palabra, intentaba no demostrar los nervios que tenía en ese momento, era una combinación de sentimientos en realidad, nervios, enojo, tristeza, coraje, todo pasaba por su ser, pero mentiría al decir que no lo quería ver, un escalofrío recorrió su cuerpo, recordaba esa sonrisa confiada, ese cabello cubierto por un binnie, su típico pantalón negro y hoodie azul, ese era el chico en el que había confiado y el que la había traicionado.

—¿Esta segura señorita T/N? — preguntó el guardia con una mirada de molestia dirigida a Alex

—Claro, pasen por favor, esperen me en el casino, voy a cambiarme — mencionó con las mejillas sonrojadas recordando que se encontraba en pijama — acompañen me por favor—
Los tres caminaron hacia el interior del casino donde T/N les señaló un sillón junto a la barra — regreso en un momento

—No — la detuvo la voz calida del pelinegro — vámonos, por favor, tenemos que irnos de aquí, estamos aquí por ti, vámonos

El chico le miraba con una sonrisa triste y mirada de niño molesto, aunque se veía muy tierno T/N no planeaba aceptar su propuesta, no podía irse así ¿Qué pasaría con su hermano? ¿Qué pasaría con su familia? ¿A dónde irían? ¿Dónde estaba su papá?

—No — mencionó caminando fuera de la vista de ambos chicos

—¡Regresa, por favor! — aunque esa voz le demostraba lo preocupado que se encontraba, ella prefería a su familia, cada quien ve por sus intereses y T/N también lo haría.

Mientras que en el pueblo de Karmaland, los héroes se preparaban para entrar en guerra, nadie dañaba a la familia de Rubius y vivía, nadie podía dañar a Rubius y Vegetta no se lo permitiría.

Who si he? (Quackity y Tu)Where stories live. Discover now