°☆｡* ʜᴇʀᴍᴏsᴏ ᴏᴍᴇɢᴀ *｡⁠☆°

Capítulo 1: "Sobrevivir"

Sasuke

Algún día el que se hace llamar mi padre pagará por todo el daño que me hizo, y no sólo psicológicamente, también físicamente

No fue fácil, pero escapé de ese lugar, jamás estaría con ese viejo asqueroso ni que me pagarán todo el dinero del mundo

Ahora me encuentro otra ciudad, no sé con exactitud cuál es, sólo sé que estoy a salvo de las garras de Sarutobi.

He pasado casi tres días sin poder comer nada, me subí al metro sin saber a dónde me llevaría, no creo que alguien me haya seguido así que estoy tranquilo, por el momento. Jamás en mi vida me hubiera imaginado en la calle y huyendo de unas personas que quieren prostituirme con las mafia japonesa. Porque, sí, habían muchos omegas en ese lugar como para que uno de ellos sea nada más el omega de ese asqueroso alfa. Diría que parece de películas de acción, sólo que la acción no la hay, lo que hay es hambre y ganas de bañarse.

«De mi parte, sí»

Siento que huelo horrible, a pesar de que mi olor a chocolate con nuez moscada. Si, ese es el olor de mis feromonas, y desearía que fuera de otra. Y cuando estoy en celo se vuelve aún más dulce de lo que ya es.

Paso por en frente de un establecimiento de comida, mi estómago da el aviso de que tengo hambre para que lo recuerde y no lo olvide. Giro la mira al suelo por dónde empiezo a caminar, cuando era más niño odiaba que la gente que me pasaba por el frente me viera comer, y sé que hay mucha gente con ese mismo pensar.

«Estoy empezando a creer que el karma de la vida si es real»

—Esto es una mierda —veo un teléfono inalámbrico en frente de mí. De repente algo en mi cere hace click. —Itachi... —digo en un susurro, puede que conteste y me venga a buscar a dónde sea que estoy.

Me tocó mis bolsillos con la esperanza de conseguir aunque sea una moneda, pero nada, ya sabía que no tenía ni medio, pero muy en el fondo presentí que podría haber tenido algo.

Ahora sí estoy decaído, por un segundo creí que podía haber llamado a mi hermano. Siento un fuerte olor a mi espalda, es un alfa puro.

«¿Me habrán encontrado, ya?»

—¿Disculpa, te encuentras bien?

Suspiro aliviado, pero no debo de bajar la guardia, aunque no creo que tenga fuerzas para pelear un combate.

Me giro viendo a un alfa castaño viéndome con preocupación, ¿sentirá lastima por mí? ¿Fuí muy obvio con mi tristeza al no poder comunicarme con mi hermano?

—Si —digo bajo y girándome para seguir mi camino.

«Uchiha Sasuke jamás demuestra sentimientos ni baja la mirada ante nadie»

—¿Puedo ayudarte en algo?—habla de nuevo ese alfa.

Que molesto, no quiero dar lastima y que la gente me de limosna.

—No, estoy bien—digo brusco y acelero el paso de mi caminar.

—De verdad quiero ayudar, no te ves muy... —me volteo rápido, poniendo mala cara —... bien— termina de decir bajito, cómo con miedo.

Este alfa no es muy grande, es unos centímetros menos que yo. Y tiene cara de ser un alfa amable, no por nada me está ofreciendo ayuda.

—Escucha. No quiero tu ayuda, estoy perfectamente —frunzo el ceño, aunque sea un omega, lo estoy intimidado.

«Por lo menos heredé algo bueno de ti, ¿no, Fugaku?»

—¿Querías llamar a alguien? —está ignorando lo que le digo, eso me molesta —Puedo darte de mi dinero —se busca en sus bolsillos.

Esa fue la última gota que derramó el vaso.

—¡Te estoy diciendo que no, maldición! ¡Déjame en paz!

Ese alfa hace un gesto, pero parece que fuera de tristeza o lastima. Aprieto los puños. Él no me dice más nada y coloca el dinero en el suelo.

—Llévatelo, no lo quiero —me giro para seguir caminando.

—Sé que no los quieres, pero los necesitas.

Lo ignoro, no quiero parecer miserable y aceptar dinero como un vagabundo.

...

Me encuentro en un bosque, acabo de meterme para ver sí consigo algo de comida como frutas o cualquier estupidez. Lo importante es llenarme la tripa que no ha dejado de fastidiar desde que llegué a este pueblo de mierda.

A lo lejos veo un árbol de cerezo con su hoyo en una de sus raíces, a mí parecer se ven muy cómodas, es mejor dormir en la tierra que en un piso de cemento o en el asfalto.

Dormir en el bosque es algo peligroso, esto es genial, cuando no peligras de que te muerda una rata, peligras de que te muerda una serpiente.

Demasiado genial, irónicamente claro, y ni siquiera tengo mi maldito teléfono celular para ver con la linterna de que no haya un bicho o cualquier animal peligroso. A parte de que gracias a los otros árboles no puedo ver nada de la luz que refleja la luna. Pasaré la noche aquí, de todos modos nadie me está buscando o esperándome para llegar a casa. Tal vez Itachi, pero no sabe dónde me encuentro ahora; si lo supiera estaría llorando por mí, es un idiota sentimental.

«Un idiota sentimental qué tanto amo»

Es el único miembro de mi familia que le tengo cariño, y a mi madre también le tenía.

—Mikoto, si me vieras así matarías a Fugaku—me remuevo un poco en el pasto buscando comodidad donde no la hay.

...

Unas ramas rotas me hacen despertar, estoy sentado y pegué mi espalda del árbol lo más que pude para ver a mi costado, si es un alfa, no sé que haré; me siento muy débil para salir corriendo o trepar el árbol de dónde estoy recostado.

«Mierda...» Es un hombre, no sé identificar su subgénero. No me pega ningún olor, quizá sea un beta, pero... ¿y si usó supresores? Se haría pasar por un beta muy fácilmente.

No veo bien, es de madrugada y todo está muy oscuro por los árboles de la zona.

Se voltea hacía a mí.

Me giré rápidamente, escondiéndome detrás del árbol, juré que casi sufrí un infarto. Por alguna extraña razón mi corazón acelera su palpitación.

¿Ahora me sale un fastasma?

No puedo evitar respirar agitadamente, en estos momentos estoy dudando si tengo algún problema respiratorio en mi caja torácica.

No tengo el valor para volver a mirar a esa entidad. Se supone que soy Uchiha Sasuke y no debo de tenerle miedo a nada ni a nadie, me siento como un estúpido.

Mis ojos se cierran solos, tengo sueño y no quiero esperar a que mi estómago vuelva a rugir por falta de alimentos.

—¿Sasuke?

Siento que me voy a desmayar, estoy delirando, hasta oigo voces llamándome.

«¿Tal vez sea mi mamá? ¿Ya me voy a morir?»

—¿Eres tú, Sasuke?

Mis ojos no pueden divisar quién es y no reconozco esa voz.

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—Bueno, nos seguimos leyendo, besitos en el ano y cuídense—.