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" MILITARY " episode three
La luna resplandecía sobre la ciudad de Shibuya, las pantallas de los edificios se iluminaban dictando el camino al que sería su próximo juego. Nyoko soltó un pequeño suspiro moviéndose por las calles.
Ya llevaba casi tres semanas en este lugar, podría decir que los días que llevaba allí era la cantidad de personas que había visto morir en los cuatro juegos que había participado. Era escalofriante pensar en todo lo que había vivido pero si era honesta de alguna forma ya se había acostumbrado.
Las constantes muertes de personas, ir de un lugar a otro como nomade, no hablar con nadie y siempre estar completamente sola. No le fascinaba para nada esa rutina pero no había caso, en todos sus juegos casi todos murieron además de que nunca llegó a conocer a alguien en quien pudiera confiar al menos un poco. Solo podía contar con ella misma y nadie más.
Extrañaba a su hermano, si que lo hacía. Extrañaba sus llamadas de la nada, extrañaba que la reprendiera por no leer sus mensajes o por su adicción a la comida rápida. Extrañaba sus abrazos, ella siempre había sido una persona muy de piel y cariñosa cuando entraba en confianza, el hecho de que se le hacía más fácil trabajar sola no significaba que le gustara la soledad.
Lo extrañaba a él en general.
No sabía donde estaba, pero le reconfortaba un poco pensar que tal vez Akiro estaba en el Shibuya real, o en algún lugar seguro, donde fuera con que no estuviera jugando esos mortales juegos. Tenía tantas teorías sobre que era este lugar, este mundo, que ya no sabía que creer y que no.
Detuvo sus pensamientos un momento al llegar a la arena de juegos. Un gran edificio se posaba frente a ella, ingresó a este esperando ver la usual mesa redonda donde encontraría los teléfonos, pero ladeó la cabeza confundida al ver una de las televisiones de la entrada apuntar hacia el ascensor. Sin más se acerco y entro al elevador, entrecerró los ojos con desconfianza leyendo el pequeño letrero dentro de este.
La arena de juego está en el último piso.
Espero en su lugar mientras el ascensor subía, miro a su derecha, su reflejo devolviéndole la mirada. Se observo un momento de arriba abajo.
Llevaba un conjunto deportivo, de los cuales solía usar cuando entrenaba. Nunca se sabía que tipo de juego tocaría, así que prefería estar lista y cómoda en caso de que fuera un juego de picas. Podría decir que estos eran sus "preferidos", no es porque le gustaran, si pudiera no jugaría ningún puto juego en toda su vida, pero eran los que más le acomodaban tomando en cuenta sus condiciones. Los de pica y los de diamantes, también se las arreglaba mucho mejor en los de lógica que en cualquier otro.
Su conjunto era de dos partes, completamente negro y de mangas largas. Sobre este llevaba una sudadera gris mucho más grande que su talla y tenía la capucha puesta tapando un poco de su rostro. Aún viéndose al espejo del ascensor corrió un poco la capucha y observo en completo silencio la cicatriz que cruzaba su mejilla derecha.
