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Era nuestro viaje de salvación, de esos que estám diseñados para curar el alma, como si se pudiese curar, como si se pudiese tener una.

Vegas era mi esposo desde hacía un año, un año intenso que nos había desesperado y derrotado, había amor por montones pero no era suficiente.

Iniciamos conociéndonos con el pie izquierdo, siendo el chivo expiatorio y él un verdugo. Yo lo hacia por ayudar a mi amigo Porsche y su esposo Kinn que estaban perdiendo clientes en su empresa por culpa de su primo, las dos más grandes empresas de construcción del país vivían en guerra aún siendo familia, las personas siempre nos sorprenden, aunque tenía como él, una familia rota y disfuncional, un padre como el de él, que quería moldeaerme a su antojo y no me dejaba vivira mi respectivo derecho de ser quien soy y mi preciada libertad de vivirlo.

Vegas y yo congeniamos como las tapas de un emparedado, ambos eramos de mundos distintos pero contiguos, el siempre ha tenido un carácter explosivo y agridulce, mientras que yo me he jactado de ser lo contrario. Tal vez eso fue lo que nos unió, y tal vez unido no es la palabra adecuada. Ahora estábamos ahí, celebrando nuestro aniversario con vino blanco en el cual también ahogabamos nuestras penas. La razón era sencilla y tal vez un poco inentendible para esa población que no sueña con lo mismo, para la que tal vez nuestro infortunio sonaría lo deseado.

-Ese fue el quinto intento en dos años - suspiré con pesar mientras con cada exhalación sentía mi alma resquebrajarse - Ya no tengo ninguna fe -

-Pete no digas eso, aun hay más métodos, más opciones - mi increíble hombre testarudo, amargado y enojón se redujo a un hombre comprensivo y sensible que se encierra a llorar en el baño para no lastimarme más -

-Lo sé, podríamos adoptar a un niño o niña y cambiarle la vida y claro que me gustaría eso, Khun hizo lo mismo pero tardó cinco años para que le permitieran adoptar a una niña, lo juzgaron, ella necesitaba un hogar, podríamos tardar mucho tiempo y yo no me siento capaz de esperar tanto -

Hacía dos años, antes de casarnos, habíamos creído que tendríamos un bebé y la emoción inundó nuestras vidas, fue la primera vez que Vegas se acercó a Kinn de forma amistosa para contarle las buenas nuevas, incluso bromeó con él sobre que un día sus hijos tal vez ya no pelearian, pero dos semanas después vino la noticia. Si había saco en mi útero pero este estaba vacío. Al parecer los embarazos como ese en donceles era común pero no en personas de mi edad. El resultado, una cirugía mínima invasiva para sacar lo que creí era mi máxima ilusión y reducirla a un pedazo de masa rojiza sin vida. No se si pueda alguna vez describir la forma en que me sentí, después de insistir por ver los despojos de lo que era mi bebé, sentí que algo había hecho corto en mi cabeza, por un momento no fui yo y solo lloré hasta cansarme, no era como ver una diente extraído, aquello era algo más. Vegas no lo dijo pero después de abrazarme y estar conmigo mientras lloraba, el salió al estacionamiento y deshizo el parabrisas del auto, se qué estaba tan dolido como yo.

Las cosas que siguieron a eso no fueron mejor, peleas, llanto, terapia de pareja y algunos intentos invitro para tener un bebé, todos fallaban, uno tras otro. Los médicos tampoco parecían saber la respuesta de lo que pasaba.

-Me dice que mi esposo no es infertil ni yo tampoco - Vegas se exaltó - ¿Qué padazo de mierda es eso entonces? -

-No lo sabemos, las pruebas no fueron concluyentes, todo en el cuerpo de su esposo está bien, para ser un doncel que está casi en los treinta, el útero tiene buena tonicidad, elasticidad y forma, sus espermas están bien, el conteo fue el esperado, pero en cuanto al por qué no logran embarazarse me temo no tengo respuesta, en todos mis años como ginecólogo - el hombre había apilado una enorme columna de hojas con estudios, exámenes, pruebas, imágenes y más, cosas que parecían no tener sentido -

-Sigue sin ser lo que pedimos, estamos aquí para saber lo que pasa y solucionarlo, pero todos son ineptos o estúpidos ¡Tiene que haber una solución! -

Alerta de spoiler, no parecía haber una. Dos años, cinco intentos todos fallidos. Nos esforzabamos y no sucedía. La vida parecía golpearme una y otra vez, en la calle veía cientos de donceles y mujeres en cinta, felices, a niños con sus madres tomados de las manos, a bebés en sus carritos, parecía que todo se diseñaba para herirme más. En cada reunión mis amigos evitaban tocar el tema, como si fuera una especie de tabú o algo más, eso me hacía sentir aun peor, nadie era capaz de mirarme a los ojos y decirme las cosas, no podían lastimarme más, ya podía escucharlos hablar de vidas felices con hijos y no de como el Manchester había ganado otro partido. Esa era otra de sus reuniones, iba por amistad no por placer y fingía como siempre que era feliz y no desdichado.

-Pete - Porsche se acercó a mi de forma sonriente y cariñosa - Tengo algo para ti de parte de mi esposo y mía y no puedo aceptar un no o me sentiré herido y traicionado - lo miré sin entender - Ambos lo elegimos, Vegas y tu necesitan romance y pocas preocupaciones, eres mi mejor amigo, me preocupas, esto es solo unas vacaciones -

-Porsche - me dio un sobre en la mano y un folleto - Venecia, creí que la capital del amor era París -

-Esta muy sobre valorada, Venecia es un lugar perfecto para vivir una vanetura romántica, esto es perfecto para ambos, solo ve a disfrutar y relajarte - me dio un abrazo y me sentí en paz en ese momento -

-Gracias, creo que si mereszo un descanso de todo y de todos, sabes, Vegas y yo decidimos que dejaremos de intentar - se separó de mi y me miró serio -

-¿Qué? ¿A qué te refieres? - suspiré y negué con la cabeza, era hora de seguir adelante -

-Ya no trataremos de tener un bebé, tal vez es una señal para dejar de intentar, no sucede por algo, hice méritos hace una semana y solo he pedido un poco de paz, me lo merezco, sé que me dirás que no me rinda pero aveces es bueno darse cuenta cuando intentamos algo sin sentido, así que se acabó, no más intentos, no más sesiones, no más ilusiones falsas, es hora de avanzar -

-Pero Pete - lo detuve antes de seguir por el camino donde recordaba la promesa de que un día nuestros hijos serían los mejores amigos -

-Gracias por el regalo, te aseguro que lo voy a disfrutar mucho - y lo necesitaba, un lugar donde no pensara en mi infortunio, donde solo disfrutara de la paz y de la vista -

De Venecia con Amor |BibleBuild|Where stories live. Discover now