Capítulo 17.

46 6 0
                                    

Ambos se encontraban dentro del hogar del mayor y el castaño veía a Harry esperanzado, realmente quería ser escuchado.

—Harry... —susurró el menor mientras buscaba la mirada del contrario.— ¿Podrías verme, por favor?

El rizado negaba con su cabeza, se sentía tan mal porque no estaba seguro de estar escuchando realmente al chico de ojos océano. —Ni siquiera sé si estás aquí... —susurró mientras alzaba su mirada para encontrarse con la del castaño.— ¿Realmente estás aquí?

—Maldición, amor... Prometo que soy yo, estoy aquí contigo, ahora mismo somos nosotros dos. —dijo en un tono suave mientras se acercaba al contrario.

Harry retrocedió algunos pasos, no estaba seguro de estar escuchando con claridad.

—Sé que ella te dijo cosas, sé que piensas que tú estás mal y que yo soy un jodido fantasma, pero, te prometo que no estoy mintiendo, estoy aquí contigo, mi amor. —esta vez el tono de su voz sonó desesperado, realmente lo estaba.— Por favor, escúchame...

El rizado asintió un par de veces con su cabeza. —De acuerdo, te escucho... —habló en un susurro, era imposible negar que por dentro moría de miedo.

Porque sí, temía de estarse volviendo loco y hablar con la pared, se sentía muy afectado por las palabras de la pelirroja porque le hizo creer que estaba perdiendo la cordura por completo.

—Yo conozco a Florence... —dijo mientras desviaba su mirada para evitar la de Harry.

Harry frunció el ceño completamente desencajado y confundido.

—La conocí hace unos meses en Doncaster, ella estaba de vacaciones por allá cuando Zayn me la presentó, al principio creí que no nos llevaríamos bien porque tiene un humor medio bizarro pero encajamos tan bien que terminamos saliendo durante un par de meses, todo estaba bien hasta que ella me encontró charlando con una amiga que teníamos en común, no fue nada comprometedor, simplemente creyó lo que quiso y terminé siendo el malo, me acusó de abusar de ella y eso me trajo tantos problemas, claramente sus acusaciones fueron falsas, nunca se pudo comprobar nada porque no había razón alguna para incriminarme, mi familia me dio la espalda y por eso terminé aquí, fui juzgado injustamente y lo perdí todo, por eso me encontraste esa noche caminando hacia ningún lado, por ello terminé durmiendo afuera de tu puerta, porque no tenía a donde ir, recién había llegado a esta ciudad. —habló en un tono relajado mientras observaba al mayor.

Harry tardó unos segundos en procesar lo que había escuchado. —¿Y el día que nos conocimos realmente fue una coincidencia? —cuestionó mientras jugaba con sus propias manos, estaba notoriamente ansioso.

—Te lo juro, yo no tenía idea de la cercanía que había entre tú y ella, no sabía absolutamente nada. Cuando llegué a visitarte me di cuenta que ella y el chico ese estúpido estaban contigo, me sorprendí mucho y prometo que no iba a irme, no hasta que él me tomó con fuerza y me alejó, me habló sobre tu enfermedad y cosas que no le correspondían, me dijo que no necesitabas un problema más en tu vida y yo simplemente no sabía que hacer, me tomé el jodido día para pensar, realmente quería correr a tus brazos para explicarte todo. —tomó el rostro del chico entre sus manos con sumo cuidado.—Si no confías en mí después de todo esto, lo entenderé, Harry. No estoy aquí para agobiarte más.

El chico de ojos esmeralda se mantenía quieto en su lugar, no hacía nada más que escuchar con atención al contrario.

—Es una casualidad tan grande que hayamos coincidido, Louis... —fue todo lo que pudo salir de la boca del mayor.

—Y lo es, amor, jamás creí en el destino hasta que te conocí, no sé si sueno como un tonto cursi o un idiota pero, quiero que sepas que no estoy mintiendo en nada, cariño. —dijo mientras aún sostenía el rostro del chico entre sus manos.— Por favor, confía en mí, si alguien miente te juro que no soy yo, podemos ir con esa chica y te puedo repetir cada palabra en su cara. Yo no tengo miedo y sé que no hice nada de lo que ella dijo. —aseguró mientras rozaba la punta de su nariz con la de Harry, con cariño y delicadeza.

Y Harry creyó en él, sabía y juraba que Louis estaba siendo honesto, porque era así, la victima había sido él cuando la chica lo acusó de cosas que no hizo, perdió a su familia y a sus amigos gracias a las acusaciones falsas.

Louis solamente tenía a Harry y al parecer era recíproco.

—Ahora la estoy odiando tanto por hacerte creer que soy un maldito fantasma, la detesto por jugar con tu enfermedad como si eso fuera un chiste, me duele verte de es...

Entonces fue interrumpido por los labios de Harry, el mayor había cortado la poca distancia que los separaba y unió ambas bocas en un necesitado beso que al instante fue correspondido, ahora ninguno lo dudaba, ellos estaban destinados a estar juntos, estaban unidos por un mismo hilo rojo, uno inquebrantable e irrompible. Eran su persona, eran lo que el otro necesitaba.

Escenas borrosas. (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora