capitulo 06

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Alianza Incómoda

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Alianza Incómoda

A pesar de que Harry iba al callejón Knockturn al menos una vez al mes, no visitó el callejón Diagon por segunda vez hasta después de su séptimo cumpleaños. La falta de visitas se debía en parte al ajetreado horario de Sirius como auror y en parte a la repugnancia de Harry ante la posibilidad de enfrentarse a las adulaciones del público mágico, en caso de que alguien lo reconociera.

Sinceramente, probablemente habría pensado en esperar, pero los Weasley sabían que Remus era un hombre lobo -había sido difícil ocultárselo, dada la frecuencia con que invitaban a Harry a jugar- y Molly insistía en que Harry se quedara en la Madriguera el día después de la luna llena, sobre todo cuando Sirius tenía que trabajar, para que Remus pudiera tener un día para relajarse. (Molly también habría insistido en que Harry se quedara la noche de luna llena, pero Harry se había puesto firme y había montado una rabieta fantástica ante la mera sugerencia de que no podría ir a ver al "tío Remus" en cuanto saliera el sol. Sirius, educadamente, había esperado a perder los papeles hasta después de que llegaran a casa, riéndose estúpidamente hasta ponerse azul por la falta de oxígeno).9

En cualquier caso. El día después de la luna llena, más Sirius teniendo que trabajar, más las cartas de Hogwarts saliendo el día anterior y los tres chicos mayores necesitando conseguir cosas, equivalía a que Harry finalmente fuera arrastrado a Diagon.

"Podría ser peor", le dijo Bill a Harry una vez que se hubieron escabullido del resto de la familia, Molly confiando en su hijo mayor para vigilar al chico al que parecía considerar su hijo adoptivo.

"¿Cómo es eso?" refunfuñó Harry, mirando irritado a los compradores que los rodeaban. "Es el día después de que hayan salido las cartas; todo el mundo sale hoy de compras".

Bill resopló y despeinó a Harry. "Podrías no tener varita".

Harry sonrió satisfecho y tocó la funda de la varita que llevaba oculta bajo la manga de la túnica, dentro de la cual estaba la varita que Sirius le había dejado escoger de una colección de viejas varitas de la familia Black para la Navidad de su quinto año. Harry era demasiado joven para conseguir una varita por cualquier medio legal, pero Sirius había admitido que no era raro que las familias de sangre pura guardaran varitas viejas para que los niños aprendieran algunos hechizos antes de que se les permitiera conseguir su varita. Dado que eso no solía ocurrir hasta que el niño cumplía nueve años como muy pronto, Harry era un caso bastante inusual.

"La gente también podría estar esperando verte", añadió Bill.

"Oh, supongo que es verdad", admitió Harry al fin; no estaba deseando que llegara el verano en que cumpliera once años, ya que sería el verano en que volvería a entrar oficialmente en el mundo de los magos. Esperaba la llegada de muchos curiosos, y ya había empezado a bromear diciendo que sería mejor que hicieran sus compras en el continente. O en América.

De Pie Contra La Luna || #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora