여덟⁸

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ℋ𝒶𝓇𝓊

San se sentó en las gradas, sin mirarme a los ojos, y movió una pequeña caja en sus manos

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San se sentó en las gradas, sin mirarme a los ojos, y movió una pequeña caja en sus manos. Se parecía a la que me había regalado, con el collar de una azucena. Pero sabía que se lo había regalado una de sus compañeras. Lo había visto recibirla, lo había oído agradecerle. Me hice hacia atrás, sin hablar. Jongho jugaba al básquet con los amigos de él, además de otros compañeros de nosotros. Se me hacía extraño verlo jugando con el grupo de San. Casi no los miraba cuando yo hablaba con ellos. Era raro.

—Lo lamento— dijo. Lo miré.
—¿Qué quieres decir?— pregunté.
—Recibir el regalo. Te vi esperándome fuera de la sala. No acepté la invitación, pero no me dio tiempo a rechazar el regalo.
—No hay problema. Siempre y cuando no me engañes.

Era una broma, pero igual había sonado tensa. Se quedó en silencio, asintiendo. Miró la cajita, como preocupado. Mi celular sonó y lo saqué, encendiendo la pantalla. Era un mensaje de mamá, que me preguntaba cómo estaba. Sabía que, en ese momento, estaba en el hospital con Doyun, porque ya era tiempo de que Wooju naciera. Guardé el celular de nuevo, sin responder.

—¿Salimos hoy? Es que quiero... hablar contigo— dijo.
—No puedo, debo ir a la casa de papá.
—Esta semana te tocaba con tu madre.
—Sí, pero ella no puede tenerme en su casa— asentí, mirándolo a los ojos.
—¿Pasó algo?
—No, está todo bien. Solo... tiene que solucionar algunas cosas con Doyun.

Asintió. Vi a Jongho acercarse, y me di cuenta que los amigos de San estaban mirándonos. Ese era el día en el que, supuestamente, me habría dicho que era una apuesta, pero lo habían pasado a la otra semana. Y estaba nerviosa. Mi corazón se aceleraba cada vez que lo veía, pero no era como al principio. Era diferente. Y el psicólogo me había dicho que, por más que intentara convencerme a mí misma de que no me gustaba, sí lo hacía.

—Vamos, Haru— dijo Jongho, agarrando su mochila—. No quiero llegar tarde, hoy salgo con Yeosang y voy a básquet.
—Claro— dije, parándome. San me miró, mientras yo agarraba mi mochila. Me agaché y le di un beso corto en los labios—. Nos vemos mañana, gatito. Luego te cuento lo que ocurrió.
—Está bien, princesa— sonrió—. Te quiero.
—Yo igual.

Pasé por su lado y salimos de las gradas, luego nos dirigimos a la salida de la escuela. Vi que Yunho me miraba, con el ceño fruncido, y lo saludé con la mano, sonriendo. Me devolvió el saludo y se acercó a San, con los otros. Jongho no hablaba, solo escribía en su celular, concentrado. Yo iba perdida en mis pensamientos, así que no vi el poste de la luz, al igual que él. Hasta que escuché el ruido y giré, viendo que Jongho se pasaba la mano por el rostro. Me reí, confundida.

—¿Qué pasó?— dije.
—¡Me choqué el poste!— exclamó, igual de confundido que yo.

Se empezó a reír, dejando el celular en su bolsillo. Salimos, aun riéndonos, y caminamos hacia el hogar de papá. A pesar de que me sentía bien por ir con Jongho, tenía un mal presentimiento en el pecho. Como que algo saldría mal, pero no sabía qué cosa. Podía ser San, Jongho, o mis padres. No estaba segura.

«♡»

Llamé a Doyun, saliendo del departamento de papá, mientras él veía su serie. Cerré la puerta y caminé en círculos, mientras esperaba a que contestara.

Hola, Haru-ru— dijo, en cuanto contestó.
—Hola, Doyun. ¿Cómo está mamá?
Bien. Wooju aún no nace. Llevamos aquí desde la madrugada, y aún nada. Los médicos esperan que nazca a la noche.
—Vaya. Se hace de rogar— bromeé. Se rió, aunque sentía que estaba igual de nervioso que yo.
Ya lo creo. Dicen que, si no nace a la noche, probablemente tengan que hacerle una cesárea.
—Esperemos que no. Escucha, si nace esta noche... ¿podrías preguntarle a mamá si podré ir a verla mañana?
Claro, yo le preguntaré.
—Si no puedo, dile que me diga si puedo ir otro día. Quiero conocer a mi hermanito.
Yo le diré, Haru, no te preocupes. ¿Cómo estás tú? ¿Jongho está contigo?
—No, salía con un amigo, y luego iría a básquet. Yo estoy bien, tranquilo. Papá me llevará hoy al psicólogo, así que estaré ocupada.
El sábado te vi con un chico, Haru— dijo. Se me aceleró el corazón. Fue cuando salí con San—, y quería preguntarte algo.
—Sí, ¿qué cosa?
¿Quién es? No recuerdo que lo hayas mencionado o que tengas fotos con él.
—Ah, no. Es que... es un amigo de la escuela, lo conocí hace poco. Quería decirle a mamá si podía ir a casa, pero... no quería molestarla, por el tema del embarazo y todo, y...
¿Es algo serio?
—Bueno— dije. Se me llenaron los ojos de lágrimas—... casi. Conocí a sus padres. Él sabe de la familia, papá lo conoce porque me llevó al club con él, pero estaba nervioso sobre conocer a mamá. Pero no quiero que sea ahora porque mamá ya tiene suficiente para preocuparse.

«♡»

Love Bet - San (최산) |  {ATEEZ}Where stories live. Discover now