Capítulo 2

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Pasaron unos días, Jack ya no había escuchado de nuevo la voz del hombre joven. Quizá todo fuera un tipo de alucinación a causa del estrés o los medicamentos. Quizá fuera alguien que trabajaba en ese hospital y no un paciente. Fuera lo que fuera, ahora sí que se sentía solo. Nunca fue bueno haciendo amigos, a pesar de que trataba de ser sociable. De vez en cuando escuchaba la voz de sus padres en el pasillo, pero hasta ahora no habían entrado a verlo ni una sola vez. Jack sospechaba que su padre, quien siempre fue muy estricto, había convencido a su madre para que lo dejaran solo, como una especie de castigo.

Ahora que ya no hablaba con nadie más que con médicos y enfermeras que pasaban a revisarlo, pasaba mucho tiempo encerrado en sus pensamientos. A veces pensaba que habría sido mejor estar muerto a ser completamente ignorado por la gente que decía creer en él.

Le parecía haber estado en el hospital por muchísimo tiempo ya, aunque apenas habían sido unas semanas, cuando se enteró, por un médico que pasó a revisarlo, que sería dado de alta al día siguiente. Al escuchar esto, Jack sintió algo de alivio, prefería mil veces estar en su casa o en su habitación y no un hospital, porque le traía todos los malos recuerdos de lo que había pasado. Pero entonces, el médico dijo:

-Mañana mismo cuando se complete tu alta te podrían llevar al Hospital Norte.

- ¿Cómo? ¿Cómo dice? ¿Al Hospital Norte?

El médico, al ver la reacción de Jack, trató de disimular un poco:

-Bueno, eso es lo que tengo entendido. Y si es así, la verdad es un lugar donde podrían ayudarte mucho, no es como en las películas, hay especialistas muy profesionales trabajando allí...

Jack ya no le prestaba atención. El "Hospital Norte" era un centro psiquiátrico, sólo lo había visto por fuera y sabía algunas cosas por compañeros de la universidad, era un sitio que no le daba buena espina. Y aún cuando fuera el hospital psiquiátrico más prestigioso de la ciudad, el sólo quería estar de vuelta en casa, no ir a un lugar desconocido.

Esa noche fue especialmente tranquila y silenciosa. Era como si algo estuviera a punto de pasar. Jack dijo en voz baja:

-Hey, ¿Estás ahí? Sé que me estuviste vigilando, no sé para qué, pero ya eso no me interesa. La última vez que hablamos, me dijiste que podría conseguir poderes si quisiera. ¿Aún me vas a ofrecer esos poderes? Porque me interesa.

Apenas terminó de decir esto, le pareció escuchar que alguien caminaba hacia él y escuchó una leve risa que le dio escalofríos.

-Bueno, bueno, Cambiando de opinión a último momento, ¿eh? Muy bien, empecemos entonces...

Un empleado de limpieza del hospital estaba guardando sus herramientas de trabajo en un pequeño almacén cuando le pareció escuchar algo raro, eran como rasguños. Alguna vez se metió un animal como un perro o un mapache, pero en el primer piso y este era el cuarto piso. ¿Será que había escuchado mal?

Trató de ubicar el sonido y fue avanzando lentamente. Siendo casi las cuatro de la mañana no era de extrañar que el lugar estuviera muy tranquilo. Podía escuchar los monitores de algunos pacientes, tal vez alguno roncando, pero el ruido de los rasguños seguía ahí. Parecía venir de la zona aislada, donde habían internado a aquel chico que se había dañado los ojos, era algo que se comentaba mucho en el hospital. ¿Debería llamar a alguien o entrar solo a revisar? Tenía algo de curiosidad de ver al chico, tal vez si le avisaba a otra persona iban a tardar mucho o no le harían caso, era más fácil ir él mismo a ver.

Llegó hasta la puerta y se asomó por una ventana corta y alargada que había. Sólo había una luz muy suave en una esquina, lo demás estaba muy oscuro. El ruido sí debía venir desde ese lugar, porque ahora que estaba muy cerca, el ruido era más fuerte. Le dio algo de miedo entrar, quizá sí se había metido un animal, decidió que lo mejor sería abrir rápido la puerta, asomarse y cerrarla de nuevo. Se armó de valor y abrió la puerta, volteó hacia la única cama que debía estar ocupada, pero estaba vacía. Eso le pareció muy raro y lo distrajo un momento, pero justo a sus espaldas escuchó de nuevo los rasguños y se dio cuenta que algo se había movido justo detrás de él. Ahora de verdad estaba asustado. Como seguía pensando que podría ser un perro u otro animal, se quedó muy quieto, para tratar de que no lo atacara. Esperó unos momentos y decidió acercarse poco a poco hacia la puerta. Había apenas avanzado unos pasos, cuando sintió que lo atacaban, clavándole algo en los costados. Trató de voltearse para ver qué era, y apenas pudo notar la silueta de alguien que debía ser Jack porque llevaba una bata de hospital y vendas sobre las cuencas vacías, solo que las vendas parecían tener manchas de un líquido negro. Entonces quiso gritar, pero por alguna razón parecía no escucharse su grito...

Unas horas después, un enfermero que pasaba, notó algo raro y se acercó a la puerta entreabierta, en la cama parecía haber un paciente, pero entonces se dio cuenta que tenía un corte en la yugular y hacía tiempo había muerto. Después reconoció al empleado de limpieza, pero se dio cuenta que le habían quitado casi toda su ropa y puesto una bata de hospital ensangrentada. Jack no estaba. El enfermero entonces avisó a los guardias de seguridad y revisaron el hospital, pero no lo encontraron por ningún lado, sólo había algunas huellas de sangre que posiblemente había dejado al escapar. Revisaron entonces las cámaras de seguridad, pero no lograron verlo.

La policía empezó una investigación en el lugar. Al revisar más a detalle el cadáver, notaron que no sólo tenía el corte en la yugular, también había un corte en su costado. Cuando se hizo la autopsia, descubrieron que le habían quitado un riñón.

Entonces, calculando la hora en que habían asesinado al empleado de limpieza, volvieron a revisar las grabaciones: había un hombre que había salido del hospital a esa misma hora, llevando una sudadera negra con capucha como la que usaba el empleado.

Eyeless Jack: La Mirada VacíaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz