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Agarró el vaso en forma de copa que habían comprado recientemente y preparo el fernet. Antes de salir al patio se puso una campera ligera, y por no mirar por donde iba se llevó puesto a Emi justo cuando estaba entrando.

—Na, esto tiene que ser joda —se quejo él, mientras se reía- te das cuenta que estamos destinados, ¿no gorda?

—Si, todo muy lindo, pero ya ensucie la ropa que estrene hoy —limpio con un dedo un poco del fernet que se le salpicó en el pecho, después lo lamió- uh, encima me había quedado re rico.

—A ver —agarró el vaso, y probó. Se quedó un rato asintiendo y después se lo devolvió- taba' muy bueno.

—Bueno, el campeón del mundo empieza navidad como quiere —sonrió de lado, y tomó del poco fernet que quedaba- sácate la remera.

—Epa, primero invitame un café, ¿no?

—Damian —dijo, en tono de advertencia. Él levantó las manos- te lo digo así la pones ya a lavar, y no te queda toda pegajosa. Haceme caso.

—Ta bien, no te enojes —dejó un beso en su boca antes de sacarse la remera y pasar por al lado suyo. Ella se mordió el labio mientras miraba su fornida espalda- te está sonando el celu boluda. Deja de mirarme así.

Valen se quejo por lo bajo, y mientras Emiliano subía las escaleras para ir a la habitación, ella agarro el celular.

¿Hola? 

—Tía Valen —sonrió al reconocer la voz de Thiago.

¿Qué pasó Thiagui? ¿Qué haces con el celu de tu vieja?

Es que mis viejos están en pedo, y me aburro. Aparte mamá me dijo que te llame porque tenía que decirte algo.

Pásame con ella 'tonce.

Escucho la cumbia de fondo, junto con varios gritos, y entre tantos uno de su sobrino diciendo "mamá".

Valennn, ya estoy.

Tranqui Anto, decime, ¿qué pasó? El nene me dijo que tenías que decirme algo.

Ah, sí. Leo va a hacer una fiesta acá en Rosario por fin de año, y me dijo que te invite, porque él se iba a olvidar y tu hermano también.

Ay me muero. Si de una, vamos con Emi.

Okis corazón. Te dejo porque sino estos pibes sin supervisión van a abrir los regalos. Te quiero.

Te quiero más, hablamos después.

Colgó la llamada, y sonrió. Realmente Anto y Leo acababan de salvarle el año nuevo, además de que iba a darle un toque lindo a la sorpresa que le iba a dar a Emi.

—¿A quién querés tanto? —los brazos del arquero le rodearon la cintura, y después apoyó la barbilla en su hombro.

—A alguien —se giró, y lo encaró- era Anto, nos invitó a una fiesta de fin de año.

—Uy, vivimos de joda nosotros —asintió- bue, vamos a comer ya porque me cago de hambre. Quiero más de tu fernet flaquita —hizo un puchero, y ella sonrió- que no se te vuelque.

—Mboe, si vos no me llevaras puesta siempre que entras a algún lugar —viró los ojos. Le dio unos golpecitos en el pecho y lo empujó- dale, ya preparo otro.

Finalmente pudo ser feliz con su plato de asado y ensalada de papas, junto al glorioso fernet acompañando. Entre música y escabio, empezaron su cena de navidad.

La noche había puesto a Emiliano meloso, de más, y ella no podía más con las mariposas que sentía por tanta dulzura. Así que mientras la hacía estirar la mano, para bailar "Nunca Me Faltes", no paraba de reírse o sonrojarse. Estaba siendo feliz.

vulnerabilidad - dibu martinezWhere stories live. Discover now