-34-

1.3K 57 0
                                    

El dolor en mi cabeza me estaba matando, no sabía si era por el golpe o la fiebre había regresado.

Al abrir los ojos encontré un lugar diferente a mi habitación, era la de Billy, ya había estado ahí antes por lo que el olor a cigarro y perfume llegó a mis pulmones.

-Ya despertaste

Me sobre salté al escucharlo, él estaba a un lado con los brazos cruzados sin quitarme al mirada.

-¿Qué me hiciste?

-¿De qué hablas, amor?

Este se acercó pero me alejé al instante, este soltó un ligero gruñido e igual se acercó.

-No temas, sabes que no te haré nada

Dejó su mano acunando mi rostro, me detuve unos segundos a controlar mi respiración y volví a mirarlo.

-Déjame ayudarte

-¿Ayudarme? Amor, estoy de maravilla y pronto también lo estarás – sonrió.

-Billy por favor

Llevé mis manos a su rostro, este cerró sus ojos disfrutando el tacto, por un momento su cuerpo se relajó volviendo a ser él.

-Te ayudaré, lo prometo

-Te juro que no quería, él me obligo

-Te creo ¿si? Te voy a ayudar, te sacaremos esa cosa

-Por favor…

Dejé que el rubio me abrace, su rostro se escondía en mi pecho mientras que mis manos se posaban alrededor de su espalda.

-No quise hacerte daño – murmuró – Sabes que no lo haría, pero él no me deja, quiere salir y no puedo controlarlo

-Shhh… está bien

Dejé un par de besos en su cabeza, este se fue apartando dejando un beso en mis labios lo cual acepté.

-Vamos

-¿A dónde?

-Debes comer, Susan preparó sopa y compré medicamento

Asentí siguiendo al chico, este me guio por los pasillos hasta llegar a la cocina, dejó un beso e mi cabeza antes de irse a la estufa.

Me acosté sobre mi brazo dejando que el chico sirva un poco de sopa, iba divisando hasta que una de las repisas reflejaba lo que hacía el rubio ya que este me daba la espalda.

De un momento a otro vi como sacaba un pequeño frasco de su bolsillo, lo acercó a la olla y lo vació, mi corazón corrió cuando este giró a verme a lo que hice como si no lo hubiera visto.

-No muy caliente por favor, sino me quemaré – sonreí.

-Como desees princesa

El rubio me devolvió la sonrisa, me acerqué abrazándolo por la espalda, este giró un poco la cabeza para darme una sonrisa.

-Haré unos huevos revueltos para ti

-Ya comí – informó.

-Entonces será para mí

-Yo lo hago, solo pásame la sartén

Asentí.

Me hice a un lado buscando la satén, una vez que lo encontré lo tomé del mango, no quería recurrir a la violencia pero lo necesitaba para escapar.

Giré sobre mis talones con la sartén en alto, de un momento a otro ya había golpeado en la cabeza al rubio, este cayó inconsciente al piso de la cocina por lo que apagué la estufa y me aseguré de no haberlo matado.

EN OTRA VIDA || Billy Hargrove Where stories live. Discover now