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Aquel hechizero salió de la polleria tranquilamente obviamente algunos le miraban como salía de aquella oficina y no era la primera vez.
Como Juan prometido iba a hablar con su amigo, por decirlo así el mago tenía claro que con Auron solo se dieron un beso y no llegaron a más, admitía que le atraía pero sabia que no le aceptaría sabiendo con era.

Caminaba hacia los portales algo que no se esperaba era encontrarse justo con Auron en aquel luguar, el de lentes pensó en ir a su casa para ver si estaba pero no imagino que estaría en el pueblo naranja con Biyin ahí los dos juntos de la mano, ¿habrían vuelto? Una pregunta que daba vueltas por la cabeza del hechizero quedándose como tonto parado en los portales, le sacó de sus pensamientos aquella voz dulce de la chica con sus llamativos cuernos rojos — Junito, ¿que te pasa? — pasó su mano agitandola enfrente de mi para que reaccionará cosaaue funcionó — ¿qué? No, nada. Solo que no me acordaba por que vine a este pueblo — ni de lejos estaba celoso pero se sorprendió, sería fácil decirle a Auron aquello — Por cierto tenía que decirte algo — la acompañante no intervino en aquella conversación ya que no era de su incumbencia — Creo que más o menos se lo que me quieres decir, así que tranquilo — el de la mecha apoyó su mano en el hombro del mago y siguió su camino con la chica sin antes susurrarle algo <<hacen buena pareja...>> con eso dicho se fue al pueblo verde con Sara dejando al hechizero ahí en medio.

Ya era la segunda vez que cae un otro oso pero Spreen era diferente a su ex esposa, tan diferente que hasta su amigo Auron acepto antes al oso, anteriormente se enemisto con su amigo por salir con Rubi y acabó todo mal esta vez tenía el consentimiento del ex-alcalde, saltó de alegría emocionado.

Después se hizo una pregunta ¿que hago ahora? No tenía nada planeando para este día y si volvía con el oso le echaría del local o le pondría la excusa de que esta ocupado, aun quedaban varias horas para que terminará el día y él no sabía que hacer para entretenerse, así que dedico su tiempo en ir a su santuario que echaba de menos.

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De camino por el bosque, apareció alguien que al parecer bajo del cielo como un ángel caído del mismísimo cielo y literalmente, pero ni era más que otra persona que Drako, la mano derecha del Profeta quien no se llevaba muy bien con el de lentes.

— Hola mamahuevo — como de costumbre el pelinrego era tan amable que quieres ahora pendejo, vienes a molestar? — se podía decir que no le entusiasmaba encontrase con ese sujeto Bueno esque doy muy chismoso y me dedico a ver lo que hace la gente en su tiempo libre, no se si pillas a donde quiera llegar con esto — se quedo en shock el castaño rezaba porque no fuera nada que ver con sus momentos instamos con Spreen y que sea otra cosa más absurda —

SALVAJE / SPRUAN Where stories live. Discover now