01

18.2K 987 489
                                    

Manchester, Inglaterra.

Le pido un trago al barman y espero paciente mientras veo a Lisandro al otro extremo de la sala. Estaba con una rubia en el sillón que le coqueteaba al oído y se reían. El Manchester United le había ganado al Crystal Palace 2-1 y habían organizado una fiesta privada en uno de los penthouse más caro de Manchester. Era costumbre que todos los jugadores asistieran a esas pequeñas fiestas ante una victoria y yo siempre asistía ya que Licha era mi mejor amigo y me invitaba. Eran fiestas bastante privadas así que lo que pasaba ahí se quedaba ahí. Sexo, alcohol, drogas y todo lo que se pueda imaginar.

La vida de los futbolistas era mucho más rebuscada que lo que mostraban al ojo público y yo lo sabía perfectamente. Desde que tengo uso de razón me muevo por estos ambientes y puedo decir que nada de lo que se ve en público es lo que ellos son en realidad.

Le agradezco al chico de la barra por el trago y me recargo en la misma. Vuelvo mi vista hacia donde está Licha y para mi sorpresa ya no estaba. Y la chica tampoco.

Genial. Se había ido a coger. Pongo los ojos en blanco haciendo una mueca. En realidad no me molestaba que se fuera con otras, pero esa noche me quería ir con él. Era rara la relación con Lisandro. Una especie de free era lo que habíamos acordado desde la vez que por un descuido de alcohol y un par de toqueteos terminamos cogiendo en el sofá de su casa. Y eso fue hace un par de semanas atrás. Desde entonces la relación que teníamos siguió siendo la misma solo que con el sexo de por medio y para los dos era excelente.

Termino mi trago y me levanto de la silla,  no me iba a quedar esperando a Lisandro como una boluda. Me abro paso entre la gente hasta la pista , un poco entonada por el alcohol, me acerco a Antony que estaba bailando junto a otros jugadores del plantel del United. Entre ellos  Casemiro y Marcus, cada uno con una modelo, bailando pegados. Los miro y rápidamente pienso: infieles.

La fidelidad no era una virtud que tenían los futbolistas, de hecho muy pocos lo eran y yo me había dado cuenta con los años de eso y por las cosas que contaba mi papá.

— ¿Lo viste a Licha? —el brasileño me saca de mis pensamientos y lo miro. Por lo chinos que tiene los ojos me doy cuenta que está drogado.

— Se fue con una, no sé dónde anda ahora —me encojo de hombros y empiezo a bailar al ritmo de la música. Antony decide no preguntarme más y empieza a bailar también.

Media hora después, sin saber como, terminé bailando pegada a Antony con mis caderas entornando su pelvis al ritmo de las canciones que sonaban. Su mano derecha aferrada a mi cintura y la izquierda apretándome la cadera hacia él. Podía sentir su erección presionando mi culo aún por encima de toda la tela que nos separaba. Éramos amigos pero al parecer en ese momento nos estábamos desconociendo completamente.

Siento una mirada quemándome así que empiezo a mirar por todos lados. A pesar de la poca luz y la pequeña nube de humo de cigarrillos que devoraba el aire pude ver a Lisandro recargado en la barra mirándome. Está inexpresivo, simplemente mirándome expectante.

Sonrío mentalmente. Empiezo a bajar mi cuerpo sin dejar de mover mis caderas de un lado a otro contra Antony y vuelvo a subir. Me inclino y meneo mi culo contra la entrepierna del contrario sintiendo como pone sus manos en mis caderas apretándome más hacia él. ¿Quería darle celos a Licha?, por supuesto, sabía lo posesivo que era conmigo y me encantaba cuando me cogía enojado asi que esa sería la excusa perfecta.

Vuelvo a incorporarme y Antony aprovecha para esconder su cara en mi cuello. Me muerdo el labio inferior cuando empieza a dejar besos a lo largo de mi piel. Vuelvo a mirar hacia donde estaba Licha y arqueo una ceja viendo como el castaño se está abriendo paso entre la gente hacia donde estoy yo.

MVP | Lisandro Martínez, Cuti Romero Where stories live. Discover now