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OLIVIA
En el auto de camino a casa de Lisandro después de haber estado un largo rato en el restaurante, teníamos una hora de viaje porque quedaba lejos del country. La música sonando en aleatorio mientras cantamos al coro y nos reímos. Yo usaba mi celular como micrófono y Lisandro se mordía el labio inferior riéndose mientras negaba con la cabeza, con la mirada fija en el camino y se le achinaban los ojos cuando sonreía. Era muy común en nosotros vivirla con las canciones cuando se trataba de viajes largos en auto, era el momento en que más desconectábamos de la realidad.
Termina la canción que estaba sonando y empieza a rolar La Curiosidad de Jay Wheller. Me encantaba esa canción así que no pude evitar chillar emocionada. Decido no cantarla porque me gustaba disfrutar la letra cuando se trataba de mi canción favorita. Lisandro decide sonreír una parte en particular a lo que arqueo una ceja al escucharlo tatarear
" Daría lo que fuera por verte de nuevo, tranquila, nadie tiene que enterarse
Y no quiero envolverme, pero contigo me atrevo.
Hace tiempo tengo ganas de tocarte.
Y es que tu arrebato me tiene loco
Y cuando veo tu foto me desenfoco"
La voz de Jay Wheeler recitando los párrafos de la canción y a Lisandro no se le había ido la sonrisa en ningún momento, como si me estuviese dedicando esas estrofas.
— Dicen que es de locos lo de nosotros y no saben lo que pasa cuando te toco —canta en voz alta esta ultima frase al mismo tiempo que la canción y voltea la cabeza para verme un segundo antes de volver su atención al camino mientras apoya su mano en mi rodilla.
Mi mente disocia por unos segundos tratando de pensar si lo había cantado por que sí o si realmente me había dedicado esa parte. Me toco el pelo tratando de calmar los nervios que me invadieron de pronto y me mordisqueo la pielcita del labio inferior mirando al frente. La melodía sigue sonando y se abre un silencio entre ellos dos. No es incomodo, simplemente los dos parecemos habernos puestos nerviosos de la nada. No puedo saber que pasa por la mente de él y eso me da pie a indagar mucho sobre lo que me está pasando ahora mismo. Una exhalación sale por mi boca cuando aparta su mano de mi rodilla y la pone sobre el volante, como si hubiese retenido el aire al momento en que me tocó. Cruzo mis piernas y muevo el pie juntando mis manos sobre mi regazo mientras pienso.
¿Le gusto a Lisandro?
Trago saliva. Era una pregunta que rondaba por mi cabeza y que siempre había sido una incógnita para mi. No me gustaba cuestionarme eso pero era algo imposible de ignorar desde que empezamos a coger, porque para mi era obvio que es atracción física y nada más. O eso pensaba hasta las últimas semanas cuando empezó a tratarme más cariñoso. Sumando los celos por Cristian y ahora también estas pequeñas cosas como dedicarme versos. Aún así, si hubiese una mínima chance de que me gustara, seguiría dudando porque sé bien como es él y mi mayor temor era que me cambiaran por alguien. Como mi ex, que me cambió por su ex y ahora estaban en una linda relación.
