⅕. tres (no) son multitud

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Por cosas del destino, la cita del cine sufrió un pequeñísimo altercado, ya que las entradas se agotaron y por ello, decidieron mudar la cita a una casa.

Al inicio, Ken se ofreció a que todos fueran para su departamento, sin embargo, Big ofreció su casa, y al final, aceptaron.

Si debía ser completamente sincero, no prestaba ningún tipo de atención a la película que estaba reproduciéndose en la pantalla frente a ellos.

Era un gran sillón y estaban distribuidos sobre el, del lado izquierdo estaba Ken, en el centro de encontraba Big y en el lado derecho yacía Tankhun, los tres en completo silencio, mirando atentamente la pantalla, inclusive habían comido muy poco de las frituras que tenían en la mesita de centro.

Tankhun se removió en el sillón, intentando concentrarse en la película de acción en vano, su mente centrada en el olor picante del perfume de Big y en el olor suave del perfume de Ken, ambos aromas, creando un contraste increíble y que le enloquecía.

Los dedos le picaban por tocar, por tocarlos a ambos, le cosquilleaban los labios por besarlos, quería saber lo que se sentía besar a Big. Qué tan buen besador era. Quería que Ken tomara el control de su boca como siempre lo hacía, quería ambas cosas y no le importaba que fuese extraño, quería sentir un par de manos más sobre su cuerpo.

Quería poder besar a Big y que Ken no se molestará, quería que también fuera besado, quería observarlos besarse, quería que fuese mutuo. Quería que fuese posible.

Su mirada se desviaba a su izquierda inconscientemente, miraba el perfil de Big y el de Ken, se encontró con la mirada de su novio un par de veces y notó que sus ojos demostraban que se encontraba igual que él.

—Voy a pausarla un momento— dijo Big, atrayendo la atención de ambos cuando se levantó del sofá y le dió a un botón.—Necesito usar el baño.

No dijeron nada, ya que Big pasó frente a Tankhun se dirigió rápidamente al pasillo del fondo.

—Khun— escuchó que su novio lo llamaba, suavemente, su nombre siendo pronunciado de una manera que nunca había escuchado.—Lindo.

Miró a su izquierda, inclinándose un poco para acercarse a Ken, quién también se inclinó un poco.

—¿Si?

—Necesito besarte, ¿puedo?— confesó sin ninguna vergüenza.—No sé porque acepté ver una película, siempre terminamos sin ropa cuando vemos una.

Tankhun rió suavemente, sus dedos acariciaron la mejilla de Ken y posaron un mechón de cabello tras su oreja.

—¿Por qué siempre terminamos sin ropa?

—Porque mi mente no soporta tenerte a mi lado y no poder tocarte.

—La película es realmente llamativa.— comentó el pelimorado, sus dedos vagando por su quijada.—Pero no tanto como ustedes dos.

—Ni sé que película estamos viendo, joder, déjame besarte un poco.

La mano de Ken se posó en su nuca y Tankhun apenas tuvo tiempo de respirar antes de que su boca fuese atacada por los labios del otro. Khun suspiró y entreabrió sus labios, dejándole libertad, dejándole que lo usará y que le quitará el aire.

Ken no desaprovechó la oportunidad, su otra mano se posó en el hombro de su novio y lo hizo recostarse sobre el sofá, sus dientes dejando suaves mordidas en esos carnosos labios que le tenían encantado.

—Vaya— escucharon la voz de Big, a lo que dejaron de besarse y miraron en su dirección.—¿Ocupados?

—¿Quieres unirte?— preguntó Tankhun, sintiendo como Ken apretaba sus dedos contra su cadera y le hacía sentarse un poco.

(don't) let me go [VegasPete]Where stories live. Discover now