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Habían pasado días en los que el par de chicos habían estado en el bosque, las provisiones comenzaban a acabarse y la sed no tardo en hacerce presente y rasgar sus cuellos, arrastrándose en sus lenguas implorando por agua.

En un momento pensaron en tomar del rio pero no estaban seguros si era del todo potable, no querían agarrar un virus o resfriado, debían seguir su camino para salir de allí aunque estuvieran muriéndose de hambre y sed.

Debían escapar juntos de esta no podían quedarse atrás, sentían que estaban cerca de encontrar la salida del bosque pues hace ya unas horas que escuchaban ruidos fuertes y gritos cerca de ellos, aun había esperanza, aun había fe en sus cuerpos cansados.

—Tord creo que falta poco, escuchó voces a lo lejos.
El de cuencas tomó la mano del militar con una sonrisa emocionada, faltaba muy poco, no podían detenerse allí o si no su esfuerzo por caminar kilómetros y kilómetros, dormir en el pasto o sobre una manta serían en vano.

Pero el noruego parecía estar muy exausto y caminaba un poco más lento que tom, hace ya horas que había dicho que le dolían las rodillas, que quería tomar un descanso pero el de cuencas se negaba a parar, le repetía que cuando salieran de allí podrían descansar y el noruego aceptaba con una sonrisa pero ya era mucho, no podía más.

—Tom espera yo necesito sentarme un momento, solo unos minutos.
Suspiro soltando su mano para dejarse caer en la tierra, estirando sus piernas lo más posible para descansarlas, realmente se sentía mal, como si no pudiera llevar su cuerpo, cada vez se hacía más pesado, era como traer un saco de rocas en la espalda

El británico lo quedó viendo apenado y aceptó darle un tiempo para descansar tanto el extranjero como el, un último relajo antes de ser libres no? sus cuerpos merecían estar tranquilos un momento, lo habían echo bien en soportar todos esos días en el bosque.

—Tu me dices cuando te sientas mejor si?
Hablo una última vez, recibiendo un "Si" vago de parte de Larrs.

Y así se quedaron por varios minutos, recostados mirando el cielo, las nubes moverse con el viento y los pájaros de un lado a otro, corriendo en el aire, haciendo soniditos agudos como si estuvieran preocupados sobre algo, como si alertaran sobre alguien.

Las voces que Tom y Tord habían estado escuchando ese día se sintieron más cerca que nunca, los ruidos empezaron a hacerce más fuertes hasta que el de cuencas se dio cuenta que algo no estaba bien.

—Hay que irnos.
soltó apresurado mientras se levantaba, dejando al de cuernos confundido en el pasto, pero tom no estaba para rodeos y rápidamente le ofreció su mano para ayudarle a levantarse, cosa que el extranjero aceptó y se paró ya más descansado.

—Tom? sucede algo?
No tardo en cuestionar las acciones del de cuencas pero el parecía muy distraído como para responderle, podía notar que estaba más nervioso que nunca, sus manos le temblaban y sus cuencas no expresaban más que miedo, el mismo miedo que tord había visto cuando estuvo al borde de la muerte.

Eso le hizo darse cuenta que la situación había subido de tono y se encontraban en inminente peligro, debían salir de allí como el chico había dicho, no estaban a salvo.

La paz que antes los rodeaba se volvía turbia, el cielo comenzaba a volverse gris, las plantas se secaban a su al rededor y las flores se marchitaban sin razon, solo había una cosa que podía causar eso y ambos lo tenían bastante claro, no tuvieron otra opción más que salir corriendo.

—ALLÍ ESTAN, NO LOS DEJEN ESCAPAR!

A soldier's first love -tordtomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora