SEX 2 | Enzo Fernández

03

Londres, Inglaterra. 23:34

Todo mal. Todo mal. Había empezado a llover, yo estaba medio desanimada y Enzo se había vestido con ropa deportiva. En conclusión: no salimos. Estábamos en la sala tapados con una sábana mirando películas y comiendo el combo de McDonalds que habíamos pedido por delivery, yo recostada contra él que está recargando uno de sus brazos en el apoyabrazos del sofá.

Al final decidimos dejar para otro día el temita de aparecer en público por primera vez. La lluvia parecía haber sido la excusa perfecta para que no fuéramos, se notaba que ninguno de los dos estábamos listos aún.
Enzo había elegido la película. Norbit . Le encantaban esas películas pedorras y yo me lo tenia que bancar porque él se aguantaba mis películas románticas. Pero las que ponía Enzo, con humor negro y esas cosas, no me gustaban para nada.

Meto una papa frita a mi boca y agarro mi celular sin prestarle mucha atención a la película, realmente no me gustaba. Estoy bastante entretenida leyendo tweets cuando de la nada Enzo pone su dedo lleno de kétchup encima de la pantalla de mi celular ensuciando el vidrio. Volteo para mirarlo mal.

-Enzo -me quejo tirándole una papita a la cara.
- Dale gila, yo me re banco tus películas mariconas -dice agarrando la papita que le había tirado para comersela, después me mira.

Se le desvían los ojos hacia mi boca. Sonrío.

— Pero no me gusta  —saco mi labio inferior para afuera, haciéndole ojitos.

Chasquea su lengua y después la pasea por sus dientes sin quitarme la mirada de encima.

— Me gusta cuando pones esa carita —mueve la mano que tiene estirada sobre el respaldo y me
acaricia la mejilla.

— ¿Cuál? —lo miro confundida sin entender a qué cara se refería.

— Esa de que querés que te coja —se ríe y sonríe
mostrando los dientes.

— ¡Enzo! —le reprocho indignada. Me siento sobre el sillón separándome de él—, No quiero coger, quiero que cambies la película.

Arquea una ceja, me mira unos segundos en silencio y suelta una carcajada. Se muerde el labio inferior mirándome cómplice y hace una montañita con sus dedos. Se empieza a reír.

Lo miro mal, ¿de qué se ríe?

— Que no vas a querer coger vos —se sigue riendo, me cruzo de brazos—, Si te pongo en cuatro ahora y te pones a gritar como loca seguro —me descansa pero como ve que no me estoy riendo la sonrisa se le borra de inmediato—, ¿Qué?, ¿Dije algo malo?

Volteo los ojos y me alejo un poco de él sentándome. Recuesto mi espalda en el respaldo y agarro mi celular.

—  Sos re bobo —frunzo mis cejas.

Se me queda mirando sin saber que hacer y por el rabillo del ojo veo como se rasca la nuca.

— Estas re susceptible, ¿te pasa algo? —pregunta inclinándose un poco, captando mi atención. Lo miro—, Si siempre te jodo yo y nunca te enojas

— Me vino

— Ah con razón —asiente. Lo miro mal-, Onda con razón estás re histérica —aclara.

¿Qué hago?, ¿Le pego?

— Bue -ruedo los ojos y me levanto del sillón.

— ¿Ahora qué dije? —me mira alzando ambas cejas y levantándose también cuando ve que me estoy por ir de la sala —, Eu, banca —me agarra la muñeca y tengo que voltear para verlo—, ¿Te enojaste?

— No —miro para el otro lado, él me rodea la cintura con un brazo y me agarra el mentón levemente haciendo que lo mire.

Esta sonriendo.

— Sos re tierna así —me mira, volteo los ojos-, Sabes que te jodo, ¿me perdonás? —pregunta.

Respiro hondo y asiento. Tampoco me la iba a agarrar con él.

— Estoy re cansada, vamos a dormir porfa.