22.

800 80 3
                                    


  Sexo sin protección❗
No es algo bueno hacerlo sin consentimiento de ambas personas, además que puede traer embarazos no deseados y enfermedades sexuales.

Kena cubría su rostro con su brazo, mientras que él moreno le daba pequeñas y lentas estocadas, se sentía avergonzada, más ahora teniendo al moreno arriba de ella y sobrio. La última vez que había tenido intimidad con Izana fue a sus 19 años, o bueno, no estando drogado.

Miles de sensaciones se mezclaban en el organismo de la rubia, su cuerpo estaba sudado y caliente por lo que estaba pasando en la habitación, pequeños gemidos salían de sus labios, agitados y sin llevar la cuenta de cuánto tiempo llevaban así, pero no quería detenerse. Ella disfrutaba mantenerlo dentro en este preciso momento, aunque fuera algo malo.

— ~Nee, si quieres podemos parar, creo que me he abusado un poco... Solo que había extrañado sentirte, eres dulce —le susurró lo último con picardía en su oreja, sonrojando más el rostro de Kena, quien quería que en ese momento se la tragara la tierra.

Izana dió una embestida profunda llegando al punto dulce de la rubia, quien dejó escapar un gemido ahogado haciendo sonreír al moreno con diversión, no llevaba la cuenta de cuántas veces su linda chica se había corrido, o él lo había hecho.

Sabía que tener intimidad sin protección alguna traería consecuencias si no tomaba las pastillas anticonceptivas, pero el anehelaba arreglar las cosas con la mujer que adora, tal vez con el tiempo podrían formar una familia...

— P-Porfavor... Yo... Te necesito — musitó Kena con la voz entrecortada, su pecho subía y bajaba del cansancio, pero quería sentir un último orgasmo por parte del moreno.

Izana asintió y lentamente introdujo su miembro en la feminidad de la rubia, quien abrió un poco la boca dejando escapar un jadeo, esa zona ardía, sus piernas temblaban, dudaba que pudiera caminar despacio de esto.

Ahora que lo pensaba bien, se arrepentiria.

El moreno tomó las caderas de Kena, profundizando sus estocadas y admirando las expresiones de satisfacción de la fémina, quien ahora lo miraba a los ojos, Izana sonrió y se acercó al rostro de la rubia para depositar un húmedo beso.

— ~Adoro tenerte frente a mí de esta manera... Me hace sentir tan... Bien —comentó mirando de cerca a Kena, está le sonrió y jugó con la cabellera de Izana, ella adoraba su cabello.

Siento que... que esto es peligroso, que cada vez que trato de alejarte solo me hiero a mí... Yo realmente te amo Izana —dijo Kena con algunas lágrimas en sus ojos por la brusquedad de los movimientos del moreno.

— Voy a correrme —avisó jadeante, soltando un gemido ronco cuando todo su esperma terminó dentro de su chica, salió de esta lentamente y se acostó al lado de Kena mientras sonreía satisfecho— me siento feliz de tenerte, Kena, yo te amo... Tú eres mi vida entera, moriría por tí si alguna vez estás en peligro, yo sacrificaría mi vida por tí...

Te amo Izana... —giró su cabeza para mirarlo, él moreno observó el rostro de Kena, tocando con delicadeza su mejilla, la cual estaba algo pegajosa por el sudor— ¿Apetece algo de cenar? —se levantó de la cama con algo de dolor en sus piernas.

Izana rió.

— Nah, ya me comido un buen postre, creo que estoy lleno... ¿Mmm? No, creo que mi estómago pide más de tí Kena —imitó la acción de Kena quedando sentados ambos en la orilla de la cama, la rubia lo miró con los brazos cruzados.

— Te quedarás con las ganas, no hay más —se quejó— me dejaste inválida hombre.

— Fue lo suficiente para que en unos meses llegue un mini Izana o una mini Kena, sería bonito ver a una pequeña pelinegra igual de hermosa que su madre —suspiró— me gustaría formar una familia contigo Kena...

Kena se quedó en silencio pensativa, se levantó de la cama matrimonial y se dirigió al baño para darse una ducha.

Las palabras de Izana la habitación sorprendido, no decía que fuera malo, pero no era el momento ahora, eran ambos fugitivos de Bonten, si tuvieran un hijo sería peligroso, no era momento para formar una familia con Manjiro buscándolos por mar y tierra.

Algo le decía que él no se había rendido.

Manjiro la quería a ella y eso la asustaba.

________________________________

Gracias por leer hasta acá, nos vemos en el próximo capítulo
___________________________________

~Smailer-Shimura

Un capítulo más ahhh, estoy que lloro (⁠ ⁠≧⁠Д⁠≦⁠) no saben cuánto me he divertido escribiendo esta babosada que gracias a ustedes ha llegado a más personas, espero que les guste.

PD: la parte +16 no fue la mejor, pero bueno... Leyendo se aprende jejeje.








AMOR DE PSICÓPATA | 𝑰𝒛𝒂𝒏𝒂 𝑲𝒖𝒓𝒐𝒌𝒂𝒘𝒂Where stories live. Discover now