Capítulo 1

254 20 0
                                    

American Airlines siempre ha sido mi hogar desde que termine mi carrera de piloto. Al graduarme inmediatamente me admitieron como piloto de prueba. Poco a poco fui subiendo de jerarquía hasta llegar a COMANDANTE. No ha sido un camino fácil, al contrario, por ser mujer tuve que dar más que todos los candidatos, quienes, vale destacar,  eran hombres. Sin embargo, logré mi principal meta: ser la primera y más joven comandante a mis 28 años de edad.

Al llevar ya casi cinco años en la empresa, pretendo plantearme una nueva meta, algo más desafiante, una meta que me rete y me saque de mi zona de comfort. Llevo semanas ideando que podría ser aquella meta, pero aun no logro descifrarlo.

Hoy después de aterrizar de un vuelo desde Buenos Aires a Washington, me dirijo a mi hogar en Seattle, donde me recibe nada más que mi soledad y mi adorado departamento. Me cambio apenas llego a mi habitación. En la cocina me preparo un smoothie para evitar cocinar y salir a buscar comida, y así, poder únicamente recostarme en mi sofá y ver un poco de televisión, algo cero usual en mi, pero después de trabajar casi una semana y media sin descanso, pienso merecerlo.

Me encuentro haciendo zapping en el televisor cuando la apertura de mi puerta principal me asusta, hasta que miro quien es la culpable: Andrea Herrera, mi mejor amiga, podría etiquetarla así supongo.

-Me has sacado un susto, toca aunque sea.-le digo mientras me levanto de mi cómodo sillón a regañadientes-
-¿Por qué tendría que tocar si vivo aquí?-dice sonriente, yo solo doblo los ojos pero me rio-
-A veces lo olvido.-ella ríe escandalosamente como buena latina-.
-Pues como no, si nunca estás aquí.-azota la puerta y avienta las llaves sobre una mesa de cristal que tenemos en el recibidor de nuestro departamento-.
-¿Por qué siempre tienes que ser tan ruidosa? ¿No puedes simplemente existir en silencio?-digo a tono de broma pero con un pequeño ímpetu de realidad disfrazada dentro de mi ante mi comentario-.
-Ya deja de quejarte por todo y ven a darme un abrazo.-me jala y estruja fuertemente entre sus brazos. A veces olvido que es bombera y su físico es de miedo.- Te extrañe, Bishop. Estuviste fuera mucho tiempo.-la suelto con un ligero aventon debido a mi cero gusto por el contacto físico, y ella me aprieta las mejillas-.
-Solo fueron un par de días, Andy.
-Casi dos semanas, Maya.-sonríe de lado y camina hacia la cocina-. Y veo que ya has asaltado mi fruta para tus smoothies.-dice mientras revisa el refrigerador y mete más comida ahí-
-Pues ya estoy aquí, y te agradezco plenamente que dejes tus frutas para cuando llegue.-digo para fastidiarla. Ella ríe y niega con la cabeza-

Al día siguiente, despierto temprano para salir a correr mis 10km diarios (cuando estoy en tierra), no sin antes un smoothie más y mi licuado proteico, a pesar de las quejas de Andy por sus frutas. Mientras avanzo a paso rápido, recibo una llamada de un número desconocido. Detengo el paso e inmediatamente contesto.

-Bishop.-contesto reteniendo el aliento-.
-Capitana Bishop, ItaAirways al habla. Nos complace anunciar que solicitamos sus servicios como capitana de flotilla en nuestra aerolínea.
-Eh... Gracias, pero no estoy disponible. Estoy contratada en American Airlines.
-Eso lo sabemos, pero esta es una oferta de trabajo a nuestra aerolínea, que esperamos tome en cuenta para un futuro cercano. Nos tomamos la libertad de enviarle un correo electrónico con todos los requerimientos y por menores para su conocimientos. Sí desea trabajar con nosotros, estamos a sus órdenes.
-No estoy interesada, pero muchas gracias.-interrumpo-.
-Muchas gracias por su tiempo. La oferta seguirá vigente hasta que decida tomarla. Nos tomamos muy en serio su contratación, y deseamos tenerla a bordo con nosotros. Gracias nuevamente, hasta pronto-y así sin más, cuelga-.

Completamente confundida comienzo a caminar de regreso a mi departamento. Tengo mucho que pensar. Para empezar, no se como consiguieron mi contacto; a pesar de que estoy al tanto del renombre que he logrado, nunca imagine que mi nombre llegara a oídos de una aerolínea en Italia, y mucho menos una de esta magnitud.

Volando Where stories live. Discover now