Capítulo 2

147 23 0
                                    

Ha pasado una semana desde mi llegada a ItaAirways. Las cosas van bastante bien, pero continúo adaptándome. Han sido cambios drásticos y retadores. Estoy entusiasmada pero un poco desilusionada, debido a que ni siquiera he podido volar con tanto papeleo que tengo que hacer diariamente.
Tomo un descanso, después de seis horas seguidas de documentación, firmas y quejas. Decido salir a comer algo porque no lo he hecho desde que salí del hotel, porque así es, aún no consigo departamento.

En la cafetería me encuentro con un menú basto de todo tipo de comida. Opto por oriental, y sirvo una equilibrada y deliciosa combinación de alimentos, entre ellos, sushi, ensalada, sopa miso y una que otra gyozza. Casi no hay nadie en la cafetería, así que me siento en la mesa que está más cercana al buffet.

-La capitana por fin salió de su cueva-escucho una voz a mis espaldas bastante alegre y chillona para mi gusto-

Volteo y veo a Travis Montgomery, técnico y especialista en corrientes frías. Mitad coreano y mitad irlandés, hijo único, escuela pública, viudo. Recuerdo toda esta información al instante, debido a que soy una obsesiva y gran parte de mi día de ayer lo dediqué a leer los expendientes de algunos de los trabajadores.

-Montgomery-le digo seria-
-Jefa, debería salir más, ahí adentro se va a llenar de moho y aburrimiento-dice riendo, mientras se sienta a mi lado. Le hago un espacio, para no tener que rozar contacto con él-

Entiendo que los jefes deban comer con sus subordinados para crear lazos y estrechar relaciones, pero para mí el contacto físico no va incluido en ese requerimiento.

-De verdad quisiera, pero el antiguo jefe dejó un desastre de papeleo.-bufo y Montgomery bebe de su botella de agua-
-Sí, era un idiota irresponsable.-dice bastante molesto-

Yo me sorprendo por su reacción, porque según su expediente, el jefe Theo era buen amigo suyo y de su esposo.

-Creí que te agradaba.
-¿Cómo podría saberlo, jefa? Es la primera vez que hablamos-me quedo callada y ahora yo bebo mi agua- Oh no-exclama exageradamente con una mano sobre su pecho y esa voz chillona e irritante-Usted es de esas
-¿De que hablas?
-Lee los expedientes donde vienen los más oscuros secretos de sus empleados-continua con su voz burlona y chillona, imitando a una mujer en aprietos clásica de películas de antaño-
-¿Es malo?
-No, tranquila-ríe escandalosamente, ligeramente me recuerda a Andy- Se ve que es de ese club.
-¿De qué club?-contesto sin entender-
-De las desconfiadas, controladoras y maniacas.-dice sin un atisbo de duda. Inmediatamente se percata del tono que utilizó y sus mejillas se enrojecen- no es que sea malo, ¿eh? Para nada, al contrario diría yo.-tartamudea nerviosamente-
-Si lo soy-respondo con una ligera sonrisa que provoca que Travis se relaje y sonría con alivio, lo que me hace reír-
-Y ríe.-sonríe gigantescamente- No es de hielo.
-No, Montgomery.-recojo la basura sobre mi charola- Fue bueno charlar contigo, nos vemos por los aires.-me despido escuetamente-
-Hasta luego, jefa. Fue muy grato saber que ríe y no es de hielo.-camino riendo hasta el depósito de charola y basura-

De vuelta en mi oficina, me hundo en papeles... de nuevo.
El día se pasa lento, pero antes de terminar mi turno de hoy, la puerta suena con un ligero toque.
-Pase.

-Jefa Bishop.

Ben Warren, estadounidense, anteriormente anestesiólogo y cirujano, casado con una cirujana general de alto nombre llamada Miranda Bailey, dos hijos. Nota roja en expediente por no seguir reglas y desafiar autoridades. Así repaso lo que recuerdo de su expediente en mi cabeza.
-Warren, adelante.
-Espero que haya tenido una semana muy amena aquí con nosotros-le sonrío obligatoriamente- Vengo a presentarme formalmente.-extiende su mano frente a mi. Oh no, tendré que tocarlo.-
-Un gusto, Dr. Warren-estrecho su mano a pesar de todo-
-Leyó el expediente-asiento mientras limpio mi mano en el pantalón sin ser tan obvia- Espero no decepcionarlo con esta carrera y que en un par de años nos deje para ser bombero.-me brinda una sonrisa con dientes blancos-
-No, jefa. Estoy muy comprometido.
-Como con los anteriores trabajos que tuvo...-lo interrumpo-
-Aun más. He encontrado quien soy en el aire. No pienso dejar de volar nunca.
-Eso espero. Porque según el expediente es de los tripulantes más calificados, con ideas innovadoras y un ansía inmensa de incorporar sus dos pasiones: volar y la medicina.-me siento en mi silla y lo invito a que él haga lo mismo frente a mi-Aprovechando que estás aquí, explícame cómo planeas hacer aquella hazaña.

Volando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora