Capítulo 3

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Al día siguiente desperté como nueva, debido al único mojito que bebí anoche. No puedo decir lo mismo de Travis, quien en este momento se encuentra en estado muerto sobre mi sofá.

-Si que bebió anoche-comenta Andy, mientras yo busco en el refrigerador, la fruta para mi smoothie-
-Bastante...-respondo mientras corto la fruta- ¿Por qué no llegaste anoche? Te esperé un rato.
-Tuve visitas...-me guiña el ojo y cotonea las caderas como buena latina-
-Interesante... No escuche esta mañana.
-Se fue por la noche, antes de que llegaras.
-Oh, es un misterio entonces...
-Para nada, pero tuvo una emergencia-bebo mi smoothie recién hecho- Te extrañe a ti, pero no extrañaba que robaras mis frutas.-me abraza de lado-
-No cambies el tema, quiero saber quién es.
-Te invito el brunch y te cuento, ¿te parece?
-Aun debo entrenar.
-Por eso dije brunch, Maya. Te veo a las 11am.
-¿Dónde?-grito un poco al preguntar, ya que Andy va caminando al baño-
-Hay una nueva cafetería de especialidad en el centro, tengo ganas de ir, así que ahí nos vemos.
-Ok, supongo me mandas la dirección, ¿no?
-Si-es lo último que escucho después de la puerta cerrar-

-Ustedes las americanas son muy ruidosas.-dice Travis, sobándose la sien- ¿Como llegue aquí?
-Ella es latina-corrijo mientras me acerco a él con una taza de café- Toma, no es un espresso italiano pero te ayudará.
-Gracias-da un sorbo al café y hace una mueca-
-Lo se, te lo dije.-reímos- Anoche estabas muy ebrio, tuve que traerte porque no te podía dejar así.
-¿Tan mal estaba?-se levanta-
-No tienes idea.-rio al recordar a Travis aferrado al barman por no querer irse, y la cara del barman pidiendo ayuda-
-Gracias.-asiento a manera de respuesta- Bueno, ¿y a donde vamos?-dice mientras se va levantando del sofá-
-Yo a entrenar, tú a la ducha-le digo divertida- Esa es mi habitación-señalo el camino- No entres a otro cuarto, porque está Andy y suele ser muy ruidosa. Y a parte, creo que no ha entendido que eres gay.
-Ya lo noté- bromea-
-En la cocina hay de todo para un buen desayuno, yo regreso en un rato.-le digo-
-Ok, gracias, Maya.
-Estás muy callado-le comento-Ni una broma en 10 minuto. Muy extraño, seguro estás bien?
-Sí, solo me siento mal. Deja toma esa ducha y ese desayuno y el buen Travis está de regreso-termina su comentario con un baile divertido, que me hace reír-
-Bueno, bye.-cierro la puerta aun riendo. Tengo el presentimiento de que Travis y yo seremos buenos amigos-

Después de casi tres horas entre correr y rutina, regreso a casa trotando, recibo una notificación en mi reloj inteligente, así que me distraigo... Lo siguiente que se es que estoy en el piso, con café helado encima de mi hoodie y a mi derecha se encuentra una castaña en el suelo también.

-Disculpa, no te vi...-escucho ese acento-
-Carina, ¿estás bien?-esa voz igual la reconozco, pero un poco menos- ¡Oh, por Dios! Jefa Bishop, déjeme ayudarla.-

Arizona Robbins, divorciada, una hija, americana también, sobrecargo, muy conocida en el gremio lésbico por su gran lista de conquistas, pero extraordinariamente excelente en su trabajo, muy comprometida, antigüedad mayor a doce años, muchos la llaman leyenda porque sobrevivió a un accidente aéreo, perdió una pierna y aún trabaja en aviones.

-Todo bien, Robbins.-me levanto y sacudo mis shorts-
-Gracias por la ayuda, Arizona.-escucho a esa particular voz con un tono sarcástico desde el suelo aun-
-¿Te encuentras bien?-corro a ayudarla a levantar- Perdona, no te vi.-digo apenada mientras deslizo mis dedos sobre los suyos y la levanto de un tirón, provocando que la distancia entre las dos sea muy diminuta, lo cual aprecio-
-Lo noté, Maya-dice algo molesta mientras me quito la hoodie con ambas miradas sobre mi, debe ser porque solo traigo un top, pero me resigno a quedarme con la hoodie llena de dulce, cafeína y leche. Veo de reojo a Carina, su mirada me provocó una tormenta de sensaciones en mi zona pélvica. Me ha mirado como quien mira un platillo delicioso.-
-Te compro otro café.-me dispongo a entrar a la cafetería, sin embargo me detiene con su mano en mi hombro. Extrañamente, de nuevo el contacto físico con ella no me molesta en absoluto, al contrario, lo disfruto, y provoco sutilmente que sea lo más duradero posible-
-No es necesario, fue un accidente. ¿Tú te encuentras bien?-ahí está ese aroma tan delicioso-
-Sí, ¿tú te has lastimado?-tengo la intención de darle un ligero apretón en su antebrazo pero me detengo a medio camino. Creo aun no estoy preparada a iniciar yo el contacto físico-
-Creo que me doble el codo-ríe- pero sobreviviré.
-Lo siento mucho.-digo de verdad muy apenada- Quizá quieras cambiarte la ropa, traigo otra hoodie en la mochila-se la doy- ten.
-De verdad no te preocupes-ella si me da un leve toque en mi antebrazo, que me provoca un volcán en el estómago, y recibe la hoodie- Ya me lo compensaras-me guiña el ojo y yo sonrío-
-Disculpen que interrumpa lo que sea que esto sea-menciona Arizona con cierto desdén, señalando el ligero, que no había notado, espacio entre Carina y yo-Pero Cari, tenemos que irnos, ya es tarde.-presiona a Carina-
-Oh, lo siento, no las entretengo más.-digo para evitar problemas, porque Robbins ha fulminado con la mirada a Carina, de una manera que cabe deshacer me agradó nada-
-Te espero en el auto, Cari.-Robbins se va después de mirar horriblemente a Carina y a mi una última vez. Observó cómo Deluca se pone completamente nerviosa-
-De verdad perdón.-repito, no sé si refiriéndome a la caída, o al desdén con que fue tratada por parte de Arizona, debido a mi, o tal vez por ambas-
-Descuida, Maya.-ahora el toque de brazo se mantiene con una ligera caricia por parte de su dedo pulgar, acompañado de una mirada dulce con un brillo especial por no se cuantos minutos- Los accidentes pasan.-me guiña el ojo-
-Bueno, no te detengo, ve.-señalo a una Arizona desesperada a lado de un auto-
-Que espere un poco-dice mientras arruga ligeramente la nariz, lo cual encuentro adorable- solo es una cita con el manicurista-ríe provocando una sonrisa en mi rostro-Anoche ya no te vi... -menciona después de unos segundos mirándonos- Te fuiste muy rápido... Yo...-habla nerviosa mientras juega con sus dedos- Yo pretendía regresar contigo.-noto que se sonroja y yo le sonrío, mientras siento a mi estomago volar y caer sin gravedad- Bueno... A donde estabas tú...-a este punto sus mejillas podrían compararse fácilmente con un jitomate. Serénate Bishop. Es tu empleada... No puedes dejar que esto continúe-
-Travis...-le digo, sacudiendo mi cabeza junto al pensamiento anterior y tratando de tomar postura firme porque de otra manera no podré controlar todo este caudal que Carina provoca en mi cuerpo, y porque se a donde va dirigida su conversación-
-Terminó muy ebrio.-afirma en lugar de preguntar, yo asiento- Siempre termina igual.-rie-
-¿Siempre?-estoy confundida. Entonces ellos se han frecuentado previamente-
-Sí, bueno, el y yo hemos salido a festejar varias veces... Y siempre toma un poquito de más.-dice mientras articula con sus manos como toda una italiana-
-Ok...
-Y volvemos a los monosílabos, jefa Bishop-suena un poco a reclamo al notar mi postura firme. La escucho suspirar con ¿frustración?-
-Oh, disculpa, no es personal... Perdón.-si, claro, Bishop- Es solo que...-me interrumpe con un tono de voz un tanto elevado-
-Descuida, ya entendí entonces-noto que baja la cabeza desilusionada, yo me siento desfallecer, porque no pensé que demostraría aquel sentir- Bueno, pues nos vemos luego, si no Arizona me mata-me sonríe sin llegar esa sonrisa a sus bellos ojos choléate y levanta la mano a manera de saludo, después de intentar dar un paso más cerca de lo, asumo que queriéndome dar un beso-
-Ehmmm... Ok.-Sin querer me alejo, dando dos pasos atrás. Ella vuelve a reír, pero esta vez, con cierto cinismo en el tono-
-Hasta luego, jefa.-dice, se da la vuelta decidida, comienza a caminar, se detiene por un segundo y da la vuelta, encarándome- Y perdón por lo de anoche-comenta avergonzada pero decidida, lo que provoca que yo sienta mi corazón casi salirse de mi pecho, rompiendo toda esa postura firme previa. Intento gesticular o hablar pero simplemente mi cerebro se bloquea, así que ella continúa con su monólogo.-Había... -juego de manos de su parte- Bebí demasiado.-soltó-No lo justifica pero perdón.
-Descuida, estuvo bien...-Qué estupida, Bishop, ¿en serio?-Bueno... digo...
-Así déjalo-ríe sarcásticamente mientras se toca la frente- No se ni si quiera por qué lo consideré...-quiero hablar pero mi lengua está totalmente congelada- pero bueno, adiós.-levanta la mano en señal de despedida nuevamente y se va con mi hoodie puesta. Dios, se ve tan sensual.-

Volando Where stories live. Discover now