3.13. Alivio liberador

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3.13. Alivio liberador

—<<En el año 900, murió Estefanium no sin antes hacer que su hijo de 47 años fuera elemento sin que nadie nunca supiera que era su hijo>>.

—Esto se está poniendo peor...es catastrófico y traumante...siento que no podremos manejarlo —se expresó Natzi, una elemento del Mandato —...y no tenemos ni un año gobernando...

—A ver —intervino Dobel sacudiendo una mano con molestia —analicemos los hechos.

—Primer acontecimiento, están saqueando casas, segundo, matan a sus dueños, tercero, violan a los más jóvenes. Hechos, son un gran grupo de revolucionarios, o no se si llamarlos reveladores o rebeldes...—narró la joven con sus ojos rosados claros fijos en Dobel sin titubear, algo que sin duda le agradaba al joven, pues ella parecía ser una de las pocas personas que no le intimidada su presencia.

—Podemos dejarlo con el nombre de sicarios —indicó él —cuyo objetivo parece ser placer y riquezas sin reparar en ningún costo, por eso matan.

—Totalmente de acuerdo —asintió para luego suspirar preocupada.

—Ya tengo un grupo de ayudantes movilizados por las zonas costeras que es por donde más atacan —anunció él.

—Sí pero aún así son muy pocos y estos sicarios son demasiado experimentados, no dejan nada de evidencia, ni una huella, ni una pizca, nada, son demasiado limpios y precisos a la hora de matar, tanto que no dejan sangre, las muertes son completamente sigilosas —puntualizó ella. Él resopló recostandose del respaldar del sillón de la sala disponible para reuniones —he estado pensando...creo que tengo una propuesta para el Mandato.

—¿Cuál será? —Preguntó inclinándose y fingiendo interés pero lo cierto era que las cosas le importaban poco, él simplemente no podía entender el afán de las personas y el transcurrir de la vida, él solo se levantaba para estar de pie y se acostaba para no estarlo, sin embargo se esforzaba en una sola cosa, fingir, hacer creer que le importaban las cosas que para la mayoría era indispensables.

—Tenemos muy pocos ayudantes que no están del todo capacitados, entonces yo propongo crear un lugar donde se puedan entrenar a más venedos para que sean supervisores, que cuiden de las calles de Axbell y restauradores, que luchen por acabar con los sicarios o los que pretendan hacer el mal...—chasqueo la lengua más entusiasmada —también en ese lugar se pueden formar futuros curanderos, profesores, los que nos sustituirán como elementos después del período de trescientos años que se estableció y otras ocupaciones.

—Creo que algo podemos hacer, no resulta tan mala idea...—meditó.

—¿Tan mala idea? —Repitió, rodó los ojos y bufó —¡por favor! ¡Es la mejor idea que tu nunca tendrás! —Se burló, él la miró con ojos entrecerrados.

—<<43 años les llevó crear el Formatorio, cuya institución fue muy bien recibida por los axbellianos e incluidos los demás territorios>>.

Natzi corría mientras su cabello gris oscuro volaba hacia atrás a dirección del viento nocturno, sus pies dolían, sus pantorrillas se apretaban al alzar paso, su abdomen ardía, casi quería vomitar, su respiración era irregular. Se detuvo porque se sentía desfallecer, se incorporó apoyándose sobre sus rodillas, era consciente de que debía respirar y beber un poco de agua para llegar al Mandato. Correr sin parar durante horas era sofocante incluso para ella quién lo hacía a menudo siguiendo el sendero por el bosque.

—Así que esta es tu manera de liberar tensión —una voz petulante la hizo pegar un pequeño grito del susto lo cual sin duda lo hizo sonreír victorioso.

—¡Dobel! —Reprendió incorporándose.

—No sabía que cuando salías todas las noches corrías por aquí —mencionó.

Veneda, la nueva Tierra 3Where stories live. Discover now