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No sabían cuándo se había hecho la hora de volver de SinB, pasaron la siguiente hora con Eun Ha comentándole sobre libros que podría prestarle, a pesar de que SinB se negaba, sin mucha autoridad de todas maneras, así que Eun Ha de todas maneras se los prestaría.

—Déjame invitarte —se apresuró a decir Jung cuando vio que la chica comenzaba a buscar en su pequeño bolso luego de que les dieran la cuenta.

—Oh, no sería correcto, yo te dije que nos viéramos —negó la de cabello largo con una sonrisa gentil, pero dada la insistencia de la más baja guardó con timidez el dinero—. Gracias, eres muy amable.

Ambas chicas se pusieron de pie, y SinB se apresuró para abrir la puerta para Eun Ha, gesto que ésta agradeció con una sonrisa.

—¿Quieres que te acompañe a tu casa? —ofreció la más baja, posando su mirada en las delicadas manos de la chica.

—Oh, claro, si tú quieres —ella asintió suavemente con un leve sonrojo de timidez—. ¿Sabrás volver?

—Si, no te preocupes —respondió Jung con despreocupación, rogando que Ye Rin no estuviera rondando por su casa y la dejara mal de alguna manera.

Sin más se encaminaron lideradas por SinB, vivía apenas a unas pocas calles de la casa de Eun Ha, pero parecía un vecindario completamente diferente, con grandes y lujosas casas, más bien a Eun Ha le parecían lujosas.

—Bueno... Puedes venir a mi casa cuando quieras, para ver películas o hablar de libros —propuso la de cabello corto, con un tono cálido para disfrazar su doble intención.

—Me encantaría —respondió SinB sin más, evidentemente le agradaba la idea, pero parecía dudar, probablemente se debía a sus estrictos padres—. Uhm... Cuando no estoy en la iglesia o en clases de danza lo más probable es que no tenga nada para hacer.

—De acuerdo —soltó Eun Ha sin presión, no quería que la chica huyera o pensara que trataba de llevarla por el "mal camino"—. Me divertí mucho, eres muy agradable, espero que volvamos a vernos pronto... Ya sabes, fuera de la iglesia.

La chica asintió con una sonrisa, parecía más cómoda con la situación.

—Claro, te lo aseguro —dijo SinB con suavidad, y se detuvo frente a la entrada de un terreno gigante con muchas y bonitas casas, vivía en el mismo vecindario que Ye Rin.

Y Eun Ha sintió los problemas cuando notó que Ye Rin salía de su casa y se aproximaba a ellas con una sonrisa.

—Nos vemos —dijo rápidamente, volviendo su mirada a SinB, y la chica asintió con una sonrisa para sacar su llave y entrar, en lo que Eun Ha se alejaba rápidamente, pero llegó a ver cuando Ye Rin saludaba a SinB con una pizca de malicia que solo Jung notaba.

—¡Oye! Espérame —Ye Rin se apresuró para alcanzar a su amiga y caminar junto a ella—. Wow, qué rápido avanzaste, un día estás diciendo "Amén" a diez metros de ella y al otro la acompañas a su casa.

Eun Ha rodó los ojos, y esperó hasta que estuvieran en la otra calle para encender un cigarrillo que Ye Rin le arrebató de la boca para compartirlo.

—Ye Won vive justo al lado de la familia de SinB —comentó la mayor para le devolvía el cigarrillo, y se llevó las manos a su pantalón—. Yo tendría cuidado si fuera tú. Si las ve juntas tal vez ella te delataría, ayer nos vio fumando en el parque.

—Umji no hace esas cosas, no es como alguien que conozco —respondió la más baja recibiendo un empujón—. Como sea, no me preocupa.

Ye Rin paró en una tienda y luego de quitarle su dinero a Eun Ha entró para comprar un par de latas y otra caja de cigarrillos que se guardó en su propia chaqueta.

—Imbécil —soltó la baja entre dientes, y ante la sonrisa burlona de su amiga solo siguieron su camino hacia el parque.

—¿Tu madre aún no sospecha que tu "cambio" es porque quieres acostarte con una chica que conociste en la iglesia? —preguntó la mayor en un tono burlón, dejándose caer sobre el césped descuidado—. Deberías rendirte. No sé qué fue lo que le viste, la Eun Ha que yo conozco no sacrificaría su reputación por una chica.

—Solo... Tiene algo, Ye Rin, no voy a darte explicaciones sobre lo que pasa en mi cabeza —respondió ya notablemente molesta, y tomó una lata para abrirla con brusquedad—. Descubrí que tenemos cosas en común.

—¿Acaso te gusta? —cuestionó Ye Rin con sorpresa, viéndola con el ceño fruncido y los ojos entre cerrados.

—Claro que no, solo quiero acostarme con ella —repitió con cansancio, y se recostó en el suelo para cubrir sus ojos con su brazo.

Su amiga se encogió de hombros, y con un movimiento rápido sacó un cigarrillo de la caja recién comprada.

. . .

Había intercambiado un par de mensajes con SinB desde que habían salido, la chica era algo cerrada y tímida, pero poco a poco comenzaba a tener confianza y a sacar sus propios temas de conversación.

Eun Ha por momentos olvidaba su verdadera intención, es que no había tenido a nadie con quien hablar de sus intereses reales desde que había discutido con Ye Won, que era su amiga de la infancia de la que poco a poco se había comenzado a alejar.

Ese martes de taller SinB no había respondido sus mensajes, a veces se demoraba bastante en responder, así que Eun Ha no le dio mayor importancia; simplemente al llegar la hora se arregló y su madre se ofreció a llevarla con el auto, cosa bastante extraña.

La mujer una vez estacionó frente a la iglesia esperó que su hija volteara para despedirse con un beso en la mejilla, pero Eun Ha simplemente abrió la puerta con un "adiós mamá"; estaba bien, no iba a presionarla, al menos se había despedido, era un avance.

Ingresó en su aula habitual ya casi llena, y tomó asiento, no sin antes percatarse de que SinB aún no había llegado.

Si SinB no iba a estar, Dios, eso si sería una tortura.

La mujer responsable del grupo de adolescentes se posicionó frente al salón y luego de saludar comenzó a repartir unas copias.

En ese momento SinB entró silenciosamente en el salón, y se disculpó con una reverencia por haber llegado tarde, la señora solo lo pasó por alto, y la joven de cabello largo tomó asiento junto al escritorio principal con la mirada baja.

Eun Ha creyó que ella la saludaría, habían entablado un vínculo suficiente como para saludarse exclusivamente, pero la chica no levantó la mirada de sus manos sobre su regazo, y a pesar del clima agradable SinB cubría sus manos con unos guantes marrones a juego con su falda.

Eun Ha solo pensó en que le gustaba su estilo de vestir, más bien se veía excepcionalmente bien en Hwang; oh, esperaba el momento de desabrochar esa blusa y levantar esa falda tan delicada.

La mujer le indicó a SinB que se sentara en el escritorio para encargarse de anotar los asistentes mientras ella salía un momento, la chica levantó la mirada y asintió poniéndose de pie. Se sentó en la silla detrás del escritorio y tomó un cuaderno y una lapicera, evidentemente se veía incómoda con los guantes, tenía dificultad para escribir.

Eun Ha leyó con desinterés la copia que se le había entregado, solo por disimular, pero volvió a dirigirle la mirada a la chica cuando se quitó los guantes para volver a escribir; pero SinB hacía una mueca de incomodidad de vez en cuando, sobre todo cuando tildaba junto a los nombres de la lista, tal vez de dolor.

Entonces Eun Ha se enfocó en las manos de Hwang, tenía marcas moradas en sus dedos, se veía extremadamente doloroso, y lo era, porque se veía en los ojos llorosos de la chica.

HOLY《2eunbi +18》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora