47 | Atlantis

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Normalmente, Daniel desagotaba el estanque y trasladaba los peces a una pecera pequeña.

Pero debido a los movimientos las últimas dos semanas, les tocaba a ellos dos. Y aunque Daniel les diera una pequeña charla sobre eso, ninguno lo recordaba.

— Atrapar a estos peces es realmente difícil. — Miguel recordó su primera lección en miyagi-do.

— Lo se. — Coloco ambas manos en su cintura
— Podriamos ir por una red.

— Podria ser, pero Daniel nos descarto esa posibilidad. Y no quiero que nos regañe.

Suspiro sentándose en uno de los escalones de madera, fijando su vista sobre el estante a pasos de el. Si Sam estuviera allí sería más fácil, tenía casi un don en captar aquellos animales con sus manos fácilmente.

O mejor dicho; Daniel no tuviera cámaras así podrían usar algún tipo de red. Pero no era el caso.

Miguel tomo lugar a su lado dejando ir un pequeño bufido.

— Quisiera estar en casa...bueno en casa no. — Se retracto al recordar el humor espantoso de su madre los últimos doce días y el llanto contaste de su hermano menor.

— ¿Dylan es bullicioso no? — Pregunto mirándolo dos segundos.

— Mas de lo deseado. — Hizo una línea con sus labios.

— Bueno, es difícil, es solo un bebé.

— Si, ya te tocara a ti en cuatro meses. — Empujó su hombro ganándose una mala mirada.

— No me da risa alguna. — Negó — Pero se que el buen tío Miguel ayudará mucho.

Soltó una carcajada pero cambio eso al ver el rostro de su hermano — Bueno, con Dylan fui buen hermano. Sere buen tío, lo prometo Robby, deja de mirarme así das miedo.

— Si eso espero. — Bromeo.

— ¿Tory?,¿como se encuentra?

Ladeo su cabeza confundido — ¿Qué dices?

— Si, Jamie.... — Interrumpió su habla.

— ¿Qué con ese? — Fruncio el ceño molestandose un poco.

— Déjame hablar. — Se quejo.

Rodó sus ojos asintiendo.

— Me dijo que la noto rara los últimos días. — Encogió sus hombros sin mucha importancia — Y me pregunto a mi si sabía algo.

— ¿Porque a Jamie le importa como esta Tory?, no lo niego, es su amigo y se preocupa. Pero no me da buenas vibras. — Un mal sabor llegó a su boca.

Miguel lo miró para soltar una risa devolviendo su vista al estanque, ya conocía esos sentimientos.

— Son celos. — Soltó sin preámbulos.

Robby comenzó a negar con su cabeza no aceptando aquello.

— Deja de sacar conclusiones. Solo no me parece buen chico y ya. — Relamio sus labios dudando sobre el tema
— Solo que cuando esta cerca de ella....

— Si Robby tengo dos ojos, veo como te pones cuando están a menos de tres metros de distancia. — Rodó sus ojos — Es normal.

— No, no deberia ser celoso. Confío en ella.

— ¿Crees que esta mal tener celos?

Lo poco que recordaba de las relaciones de su madre era eso, los celos; y como la mayoría acababan por eso.
Incluso infidelidades, temia a algo así.

Trágico Romance | KeenryWhere stories live. Discover now